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Mostrando entradas de 2020
Tan cerca y tan lejos (versos)
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¡Tan cerca de mi corazón y tan lejos de mis brazos! Se ha vuelto una ilusión sentir sus dulces abrazos . ¡Tan cerca de mi alma y tan lejos de su mirada! Busco su mar en calma y encuentro marejada. ¡Tan dentro de mi vida y tan lejos de mis dedos! Mas es la mas querida, es el credo de mis credos. Tan cerca y tan lejos tengo su piel aterciopelada. Tan cerca y tan lejos tengo lo besos de mi amada. José Enrique Oti García .
Capricho (poesía)
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Dos hogueras en noche lluviosa hacían de la entrega su pendón. La leña verde ardía con pasión. Se derretía el travieso gorrión. moría de gozo la paloma melosa. Vi una muñequita revoltosa. Llevaba en sus labios mi prisión y en la mina un húmedo filón que por bello alegró mi corazón con calor de su tormenta gloriosa. Vi el candor que guardaba la rosa al entrar en cielo de satisfacción, un cielo que causaba admiración al perderse en una riada hermosa. E staba radiante, esplendorosa, cómo una golondrina en sazón volando de sofocón en sofocón y volando se sentía dichosa. No quise dejar la selva frondosa. Fui cautivo en celda de sin razón haciendo a la carcelera golosa . Y bebiendo néctar de la mimosa me transmitió la bonita sensación de viajar por una senda asombrosa. José Enrique Oti García.
Si un día todo pinta fatal en tu vida
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Es otoño en mi vida (poesía)
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Es otoño en mi vida, las hojas no dejan de caer El invierno se acerca, es tiempo de querer. Es tiempo de querer con mil besos de día, con mil caricias de noche repleta de algarabía. Algarabía y regocijo de picaras sensaciones, a veces de naranjas a veces de limones. De limones amorosos, tiernos y blanditos. La noche pide amor, pide amor a gritos. Es otoño en mi vida, las hojas no dejan de caer. El invierno se acerca, es tiempo de querer. José Enrique Oti García.
Escultores y sus esculturas
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Navegando entre beso y beso (poesía)
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Navegando entre beso y beso ¡Qué rizada se pone la mar, se delira, se ama y se sueña, se sueña despierto y se vuelve a soñar! Navegando entre beso y beso. ¡Qué rizada se pone la mar cuando el gorrión se derrite y la paloma empieza a volar! Navegando entre beso y beso. ¡Qué rizada se pone la mar cuando las amada paloma te devora para recompensar! Navegando entre beso y beso. ¡Qué rizada se pone la mar ! Afortunado es el marinero que entre dos besos puede navegar! José Enrique Oti García.
Las cosas del querer (poesía)
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¿Has sentido la brisa del mar acariciar tu tez de amor embriagada? ¿Has sentido lo que se siente? Se siente que sin ella no eres nada. ¿Has visto la fuerza de la ternura escondida bajo una sonrisa pura? Esa sonrisa te enamora, y te lleva al borde de la locura. ¿Has sentido la voz de una sirena diciendo: te quiero, loquito. Esa voz te sumerge en una mar donde te ahogas poquito a poquito. ¿Has visto cómo llega al cielo una angelito que se hizo mujer? Lo más bonito es el dulce vuelo, un vuelo que nunca soñarías ver. ¿Has visto en tu amada una diosa, o el Edén en los labios de es a mujer Si lo has visto, has visto ese arco iris donde se esconden las cosas del querer. José Enrique Oti García.
Maldiciendo (poesía)
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Maldita sea la ingente distancia que separa tu aliento de mi aliento, maldita sea porque me sumerge en el más asolador abatimiento. Malditos sean los inevitables celos que surgen en algún momento. Malditos sean los campos sembrados con palabras que no venían a cuento. Maldito sea el pesar que desgarra con sus sus cuchillas afiladas. Maldita sea esta triste soledad que añora dulces horas pasadas. Maldito sea el caprichoso mañana si tu ya no formas parte de él. Maldito sea porque se burlaría de quien a tu cariño fue fiel. José Enrique Oti García.
La pintura en el siglo de oro neerlandés
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Símbolos sexuales de la historia del cine
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Fresas salvajes (versos)
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Vi en mi reina fresas salvajes . Vi deliciosos frutos celestiales. Vi una preciosa ave del paraíso. Vi mieles delicadas, sensuales. Fresas salvajes eran sus senos que saboreé en la madrugada. Mis pensamientos eran ensueños cuando de pasión me embriagaba. Dulces frutos celestiales los besos que en mi sana locura le robaba. Mis pensamientos eran ensueños cuando sin ser mía la devoraba. Bella ave del paraíso era su cala, cala con agua limpia, cristalina. Mis pensamientos eran ensueños cuando su talle era mi doctrina. De terciopelo eran las caricias que se perdieron en mi almohada. Mis pensamientos eran ensueños en soledad de amor sembrada. Vi en mi reina fresas salvajes. Vi deliciosos frutos celestiales. Vi una bella ave del paraíso. Vi mieles sensuales, angelicales. José Enrique Oti García.
No era una muñequita de cristal (poesía)
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En medio de una preciosa fantasía me encontré con la dulce la realidad, y la realidad era que la quería, que la quería hasta la misma saciedad. No era una princesa de cuento. No era una muñequita de cristal, era la madre de la mar y del viento, era una diosa con belleza sin igual. No era sólo una preciosa mirada. No era solo ternura, beldad, amor, era un suspiro en la madrugada, estaba echa de fuego abrasador. Ahora cabalgo contradicciones, contradicciones de amor y de amar. Amar, amo a la reina de corazones, amar, amo a quien no podría olvidar. José Enrique Oti García.
Soneto a una beldad (poesía)
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Y la beldad se hizo mujer. Y salió de su Olimpo de cristal. Y la amé en medio de un vendaval. Y fue mía en un nuevo amanecer. Y sus besos me hicieron verdecer. Y se volvió lo divino lo carnal. Y me dio su esencia angelical. Y volamos juntos hasta fallecer. Y fue mimosa entre las mimosas. Y su delicadeza me hizo temblar. Y gocé de sus caricias garbosas. Y juntos recitamos el verbo amar. Y unidos nos hicimos mariposas. Y de nuevo la he vuelto a soñar. José Enrique Oti García.
Señora (poesía)
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Carabelas cargadas de suspiros. Carros de fuego tirados por deseo. Veleros surcando mares de pasión hay en mis labios cuando la veo. Enredaderas imagino sus manos. Colmenas de miel sus dos colinas. Ambrosía en húmeda hondonada. Terciopelo en sus manos divinas. Imagino que los dos somos uno, imagino que la enamoro, señora, imagino que que volamos juntos, imagino que nos despierta la aurora. Imagino que le entrego mi alma cuando me da su esencia de mujer, que surcamos un mar de azucenas que la devoro y que se deja comer. Es mi manera de vivir muriendo, muriendo por su talle perfumado, y viviendo para hacer realidad lo que tantas noches he soñado. José Enrique Oti García.
Pensamientos
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1.-No hay grandeza sin humildad ni humildad sin grandeza. 2.-No hay pisadas inmundas que no dejen huellas profundas. 3.-Consejos no debes dar si en ti mismo no los puedes aplicar. 4.-La mujer honrada es por todos los babosos deseada. 5.-En tu peor enemigo se puede convertir quien dejó de ser tu amigo. 6.-La grieta más pequeña puede romper una peña. 7.-El hombre de pocas luces por todas partes ve cruces. 8.-La verdad, al buscarla, se corre el riesgo de encontrarla. 9.-Quien pide perdón sin estar arrepentido es para volver a engañar a quien perdón le ha pedido. 10.-No hay venganzas buenas, más sí buenas venganzas. 11.-Lo mejor de los juegos de azar es no comenzar a jugar. 12.-Quien actúa con prudecia tiene menos cargos de conciencia. 13.-Hablar, hablan hasta los locos, entonar, entonan muy pocos. 14.-Esta vida es cómo una balada que unos bailan mucho y otros casi nada. 15.-Quien mide con doble rasero tarde o temprano se le ve el plumero. 16.-Para que vuelvan nuestros veranos tras los inv
Grandes pintores de desnudos femeninos
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Pintores gallegos del siglo XX y XXI
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Anoche he rozado la gloria(poesía)
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Anoche he rozado la gloria, he podido acariciar su suave piel . He estado en el jardín del Edén. He besado tus labios hechos de miel. He estado en un nuevo paraíso, en un paraíso hecho de gemidos. He sentido una carroza de fuego quemando todos mis sentidos. He sentido el precioso murmullo de una ola remontando otra ola. He visto a una hermosa sirena tocando una mágica caracola. He escuchado música celestial. He estado unos segundos en el cielo. He escuchado el aleteo de un ángel mientras disfrutaba de un dulce vuelo. José Enrique.
El loco (poesía)
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El loco quiere miel ajena. Besa labios que no debía besar. Vuela con su amor hasta el cielo. Sueña con quien no debería soñar. Es un ladrón de amor prohibido y le roba a quien no debía robar. Nada en unas aguas tan profundas que se ahoga si deja de nadar. Le roba el alma al mismo viento para poder con su amada volar. Es capitán de un hermoso velero que va surcando el inmenso mar. ¿Mas quien al ver una bella rosa no desea gozar de su aroma? ¿Quién viendo una diosa carnal en su imaginación no la toma? Por eso roba y seguirá robando. Por eso es pirata, es filibustero, es bucanero, es un ladrón enamorado. Es un loco que le robó un te quiero. José Enrique Oti García.
Capricho - La hizo suya
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El alma de un gorrión aguerrido moraba en nubes de desilusión, como sierpe mordía el corazón y lo envenenaba sin compasión intentando robar lo más querido. Mas olvidar el ángel consentido era ir al valle de la contradicción vistiendo de luto la admiración que sentía el extraviado gorrión al soñar con el fruto prohibido. Entre la niebla, cómo forajido, voló un beso de seductor bribón La osa vio en el gorrión un halcón que le hizo olvidarse del marido. La insolencia de un atrevido convirtió a una gardenia en tifón que arrasó con las alas de su pasión al gorrión, al halcón y al bandido. Sintió su aliento embravecido, caliente como un juvenil sofocón, y sin darse cuenta se había ido. Voló por un mundo de colorido montada en su caballo bermellón hasta que casi pierde el sentido. Quique
Muñequita morena (versos)
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Amar no será suspirar al ver tu irresistible hermosura. Amar no será imaginar que poseo a la más tierna criatura. Amar no será despertar viendo tu cara de ángel sonriendo. Amar no será volar entre tus brazos en mi pensamiento. Amar no será decir te quiero a quien no se le puede decir Amar no será vivir deseando poder en tu dulce cuerpo morir. Mas si no es amar, belleza entre bellezas, muñequita morena, ¿por qué sé que si te dejo de adorar en las ramas de mi pesar moriría de pena? José Enrique Oti García.
Mírame, soy yo (poesía)
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Mírame, soy yo, el viento que busca/ tus almenas para acariciarlas en esas noches/ mías, en que respiro aroma a/ fantasías y son ríos de lava mis encendidas/ venas. Mírame, soy yo, el que sueña tus/ colmenas, el que a tu beldad rinde dulces/ pleitesías, el que convierte las tristezas en/ algarabías y en truenos los falsos cantos de/ sirenas. Mírame, soy yo, yo, yo, el travieso/ caminante que recorre tu bello talle con la/ mirada desando devorarte a cada/ instante. Mírame, soy yo, yo, el pícaro,/ el tunante, el loco que te ama cada/ madrugada, imaginando que es tu seductor/ amante. José Enrique Oti García.
Fuiste (poesía)
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Fuiste mujer y fuiste diosa. Fuiste realidad en un sueño. Fuiste en la noche vampiresa, Fui en tu hoguera noble leño. Fuiste cómo lava de volcán. Fuiste amor pasión y delirio. Fuiste cómo cigüeña volando. Fuiste bella rosa y yo fui lirio. Fuiste agua que sació mi sed. Fuiste vino que me embriagó. Fuiste arco iris sobre mi piel. Fuiste paloma y halcón fui yo. Lo fuiste todo en esa noche en que voló mi imaginación. Esa noche en que una garza se dejó amar por un gorrión. José Enrique Oti García. .
Capricho (poesía)
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Tiernos besos en mejilla candente parecían refulgentes chispazos. Ella era brisa entre mis brazos, brisa que me hacia dar bandazos en mi creación de lava ardiente. Aquella mariposita decente me iba quemando con sus ojazos, pero siendo tan frágiles los lazos fui alga en el mar de los sargazos arrastrada por submarina corriente. Fui un pobre peregrino, doliente, que miraba los inmensos ribazos donde se agachaban los abrazos rodeados de deseo creciente . Soñador, cobarde e indigente. Cómo beodo fui dando trompazos. Poco a poco caía a pedazos si la garza me besaba sonriente. En el talle de la flor vi algo diferente, vi la miel, vi bondad, vi los brochazos que pintaron un mundo iridiscente. Maravillosa fue la cruz latente, mezcla de chaparrones, sol y nevazos de aquel amor de adolescente. José Enrique Oti García.
Mujer (poesía)
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No hay día en que no seas por mí amada, ni ilusión más grande que desear tu querer, ni tampoco mas limpia y clara alborada que la que veo en tu sensual boca, mujer. No hay día en que no sonría al pensarte, ni aún pensando que un día va a llover, ni tampoco momento en que deje de amarte porque ya formas parte de mí, mujer. No hay día que no te sueñe, bella rosa, ni noche en la que no te quiera tener, ni tampoco sensación mas deliciosa que imaginar que te abrazo, mujer. No hay día en que no te bese, cariño, ni noche que no quiera fundirme con tu ser, ni tampoco día que no nazca en mí el niño que desea hacerte la más dichosa mujer. José Enrique Oti García.
Fui barca de pescador (poesía)
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Fui barca de pescador destrozada por la tormenta. Fui neblina entre la niebla lejos de sus campos de menta. Fui triste gorrión bebiendo rocío en gélida madrugada. Fui desesperado luchador con una mano a la espalda atada. Fui grano de maíz maduro añorando a su bella molinera. Fui mendigo de palabras, fui inmunda cizaña en la era. Ahora soy caballo de batalla. La amaré sin cansarme, ya que una palabra de mi diosa basta para desbocarme. José Enrique Oti García.
Capricho - Almas perdidas
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Disfrazando vanidad de grandeza gozamos de mágicas madrugadas, mas dejamos horas dulces quemadas con falsas aventuras doradas y sumimos al amor en tristeza. Sexo puro y duro en la rudeza de almas perdidas, descontroladas, que gozaban de sus barrabasadas amenizando carnales veladas, era pura lujuria sin terneza. Garzas que anidaron en la maleza. Serpientes reptando acaloradas hacia placeres de vidas colmadas de placeres, fantasías y bajezas. Tigresas fingiendo delicadeza dejaban las sábanas empapadas gritando y temblando extasiadas, encontrando en el gozo riqueza. De pájaros tuve llena la cabeza. en mi juventud. En horas doradas donde la mentira era franqueza. Ahora que ya son aguas pasadas las mentiras y la falsa nobleza las contemplo cómo inocentadas. José Enrique ,
Las mejores películas de amor de la historia
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Ella (poesía)
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Yo soy cómo viejo farol, apagado, que años atrás presumió de lucero. Ella es rayo de luna en florido prado a la que mil veces le diré que la quiero Ella es aceite y yo agua estancada. Ella es calandria y yo ave de mal agüero. Yo soy anochecer y ella es alborada. a la que mil veces le diré que la quiero. Ella que parece muñeca es gran señora. Ella que parece frágil cristal es de acero. Es la criatura más dulce y más seductora a la que mil veces diré le que la quiero. Ella es sueño que sueñas los ganadores. Ella es ventura que busca el aventurero. Ella es el más grande amor de los amores a la que mil veces le diré que la quiero. José Enrique Oti García.
Realismo e Hiperrealismo erótico
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She is my sunshine in the snow
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She is my sunshine in the snow. She is my princess of switness. She is foam of the sea waves. She is satisfaction in lonliness. Se is the prettiest queen of hearts. She is pace in my stormy nights. She is water, fire and tenderness. She is bewitchment in moonlights. Se is the sweet dream of the dreams. She is the sweet wide of the narrow. She is te sweet cream of the cake. that knows that I am a little sparrow. Little sparrow that dream with her lips. A little sparrow dying for her love, for the love of an pretty earthly angel, for the love of the mos beatiful dove. Joseph Henry.
Ángel (poesía)
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Tiene la gracia en su talle de diosa. Su dulce mirada le habla sin hablar. Lleva las alas en su sonrisa. Es un ángel bello, bello a rabiar. Ni el Arco Iris pintando el cielo. Ni colibrí, ni mariposa alas de cristal. Ni aurora boreal. Ni puesta de sol. tienen su belleza celestial. Su voz es tan dulce que seduce. Su rostro lo tiene embobado. ¡Ay viejo, viejo de sueños dorados! ¿No te da vergüenza estar enamorado? No se hizo la miel para la boca del asno. No se hizo el cielo para un pecador. Sólo en sueños estará en tus brazos. Sólo en sueños, gorrión, serás ruiseñor. José Enrique Oti García..
Te quiero por lo que de ti veo (poesía)
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Te quiero por lo que de ti veo, no te quiero por lo que de ti ves. Tú puedes verle tres pies al gato mas un gato no tiene tres pies. Te veo como reluciente aurora no te puedo ver como anochecer. Te veo como mora de la zarzamora, no te puedo ver como espina, mujer. Tu quieres ver solo tus defectos, yo al quererte no los puedo ver. Eres el centro de mi universo. Simple gota de agua tú quieres ser. Te quiero por lo que de ti veo, no te quiero por lo que de ti ves. Tú puedes verle tres pies al gato mas un gato no tiene tres pies. José Enrique Oti García.
Capricho (poesía)
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Vivian en nubes azucaradas. Amor y paz eran su compromiso Sus besos eran frescos cuan heladas, mas estaban de otra madera talladas, madera de fantasías preñadas no les bastaba un gorrión sumiso. Eran ángeles con fuego en el viso. Querían envolverse en llamaradas. Vivían en sus nubes azucaradas. Dichosas sin estar enamoradas en su estrafalario paraíso. Cómo un campanero indeciso toqué a misa en las madrugadas dando mil placeres sin compromiso. En los setenta t odo era conciso. Si deliciosas eran las cascadas. grandes eran las heridas dejadas si el gorrión se volvía insumiso. Al ensuciarse los talles en el piso la paz se perdía entre cañadas. y la vida daba al amor un aviso. Mas el gorrión hizo caso omiso, eran tan deliciosas las veladas que dejó correr el caudal preciso, José Enrique Oti García.
Deseé (poesía)
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Deseé su precioso talle ardiente. Deseé que con su cimbreante cintura reptase por mi cuerpo muy lentamente y me llevase a su cielo de locura Deseé de sus lindos labios de fresa besos dulces, tiernos, apasionados. Deseé ser el halcón y la presa en sus verdes y húmedos prados. Deseé a la chiquilla, mala, traviesa. Deseé a la leona que exhala sensualidad. Deseé a la pantera que muere matando, a la garza que se baña en su humildad. Deseé a la capitana cuando está al mando, a la mujer que veo cómo una deidad. Deseé que su aliento bebiese mi aliento y me encontré de nuevo con mi soledad. José Enrique Oti García.
Le falta el aire (poesía)
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Aire, le falta el aire, que le daba su seductora mirada, que le daba su sonrisa angelical, que le daba su voz aterciopelada. ¡Que daño pueden hacer los equívocos! ¡Pueden convertirse en acerado puñal que se clava en las entrañas sacrificando un cariño sin igual! ¡Qué triste no poder dar explicaciones y que quede por chacal el cordero! un cordero que balando querría decirle, te quiero. ¡Te quiero! ¡¡Te quieeeero!! Y aunque ella sólo fuera un dulce sueño, el spam, el correo no deseado, jamás debió usurpar el lugar del correo que debia haber llegado. Las sombras lo vuelven a envolver. Volvió el invierno. Se fue la primavera. ¿Será la diosa feliz en su Olimpo? Él daría la vida porque lo fuera. Aire, le falta el aire, que le daba su seductora mirada, que le daba su sonrisa angelical, que le daba su voz aterciopelada.
Antollo en galego - Os pecados capitais
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Eu pequei de "soberbia", petulante, porque non quixen na fame esmola, anque viñera deses da estola. De "envexa" co cheiro dunha ola ateigada de chicha fumeante. De "gula" ó ver algo diante, en especial se era de tixola acompañado de pan e cebola De "ira" ó zouparme na escola porque quería morder ó cargante. De "avariza" o soñar con ante cando abordei a idade tola, e mentres trepaba por unha farola funme convertendo nun tunante. De "luxuria" coma un mangante ó ver nunha rosa una centola. De "preguiza" por non romper a cachola dalgún que se pasaba de arrogante. A inseguridade foi insultante. Fíxome moverme na vella pola donde pousa o reiseñor sen cante. Desde cativo fun un inconstante. Vagaba no meu mundo de trola porque me via insignificante. Xosé Enrique Oti García.
Quizá (poesía)
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Quizá fue por tu carita seductora. Quizá fue por tu figura espectacular. Quizá fue por tu belleza cautivadora. Quizá fue por tu peculiar forma de mirar. Quizá fue por que te abriste cómo una flor que muestra su lindo cáliz perfumado. Quizá fue por que destilabas candor en un mundo donde está todo descontrolado. Quizá fue porque eres una hada hecha mujer, una mujer que rezuma fresca primavera. Quizá fue porque eres cómo un río al atardecer, que dulcemente desemboca en la ribera. Quizá fue por que me hiciste volver a navegar en una barca con los remos plateados, en la que este tonto y loco rema sin cesar por un mar donde navegan los viejos chalados. José Enrique Oti García.
Viejo loco (poesía)
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Desaprendiendo lecciones con su mano tocó la luna. Estaba soñando, el viejo lo sabía, mas bendijo su fortuna. Ya no desgranaba sombras en medio de la dehesa, ahora desgranaba suspiros de la más bella princesa. Ya su mano no temblaba al perderse en su cintura, ya su boquita de fresa lo llevaba a la locura. Ya su aliento era caricia en su piel aterciopelada, el momento era irrepetible, después de ella no habría nada. El viejo loco estaba en el cielo. y no quería de las Alturas bajar. Era tan hermosa la paloma que del sueño no quiso despertar José Enrique Oti García.
Hay amores que no mueren (poesía)
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Hay amores que no mueren aunque otro amor los quiera matar, son amores iluminados por sus dulces ganas de amar. Hay amores que no mueren aunque los quieras matar, se irán un día con el alma cuando la parca nos venga a buscar. Hay amores que no mueren aunque intente matarlos la soledad, esos son los grandes amores, los amores de verdad. José Enrique Oti García.
Quisiera ser... simplemente él (poesía)
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Quisiera ser rayo de sol y soy sombra. Quisiera sentir su piel en mi piel. Quisiera ser en su talle alfarero. Quisiera ser... simplemente él. Quisiera hacer de ella un poema. Quisiera probar de su fuente la miel. Quisiera llevarla seis veces al cielo. Quisiera ser... simplemente él. Quisiera ser el aliento de su boca. Quisiera que me viese como su corcel. Quisiera estar en sus pensamientos. Quisiera ser... simplemente él. Quisiera ser quien la haga reír. Quisiera que me viera cómo palomo fiel. Quisiera oír de sus labios un te quiero. Quisiera ser... simplemente él. José Enrique Oti García.
La belleza femenina en la pintura
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Sombra en su sombra (poesía)
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Él es sombra en su sombra, es el que busca una tierna mirada, es peregrino de su dulce voz, es gota de rocío en la madrugada. Ella es la ternura personificada. Es la belleza hecha mujer. Es un rayo de sol por la mañana. Es un rayo de luna al anochecer. Es un sueño que lo hace soñar. Es ventura y es descontento. Es una bella rosa de Alejandría. Es la muñequita del cuento. es la ventura de un loco perdido, pues la flor más bella y lozana vive por y para su marido. José Enrique Oti García.
¿Quién puede retener la brisa? (poesía)
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¡Qué duro es despertar, amigos, con los brazos desnudos, vacíos. después de haber imaginado que sus dulces labios eran míos! Mas. ¿Quién puede retener la brisa? ¿Quién pude detener la tempestad? ¿Quién puede detener a una pantera que corre en pos de su felicidad? Ella era mi tierna hada del cuento. Ella era mi princesa carcelera y en su cárcel de melosos besos descubrí una nueva primavera. Y si alguien me viese nostálgico, Y si alguien me viese un día llorar. Creedme, no será porque se fue será porque no se pudo quedar. José Enrique Oti García.
Capricho - Amor adolescente (poesía)
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Tenía dos almendras imponentes en dulce paraíso prometido que iban socavando mi sentido al imaginar el bello colorido de cimas con picos relucientes, Cómo enredaderas complacientes en torrente de gozo prohibido que deje corretear cohibido por mi semblante de ganas vestido, fueron sus cabellos iridiscentes. Cómo fresas fueron su besos candentes entre caricias en su valle florido. No tome el dulce miel ofrecido fui el más prudente de los prudentes. ¡Tonto es el amor de adolescentes! El viento acariciaba un vestido que debí de quitar cuan forajido olvidando las ideas decentes. Sus lindos y virginales presentes. Lo que se presumía bendecido. Lo que era simiente de simientes. Es asignatura de las pendientes que dejó al gorrión arrepentido por no beber frescas aguas corrientes. José Enrique Oti García.
Blondie - Heart Of Glass (Official Music Video)
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Festival de Woodstock 1969
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Si tú supieras (poesía)
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En lo más profundo del silencio se encuentra un grito escondido, que dulcemente trae el viento cuando hago el amor contigo. Un dulce grito que dice te quiero. y que se pierde en mi almohada, al hacerte el amor en la soledad, de mi cama de besos tapizada. Estás presente estando ausente. Estás entre mis brazos sin estar. Eres un sueño que hago realidad. Eres hoguera que quiero apagar. Eres suave brisa y amable huracán, Eres tierna doncella y eres princesa. Eres cómo agua fresca del arroyo. Eres mi morena con labios de fresa. ¡Si tú supieras cómo te amo, paloma! ¡Si tú supieras cómo te disfruta el azor! ¡Si tú supieras cómo te devora, morena o me matabas o me hacías el amor! José Enrique Oti García.
Morena (poesía)
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Morena de miradas apasionadas que se bañó en ríos turbulentos. ¡Qué bellas eran t us llamaradas al soplar a favor los vientos! Morena d e miradas traviesas, de labios con sabor a miel. ¡Cuántas embrujadas madrugadas dibuje senderos sobre tu piel! Morena de miradas seductoras y abrazos cercanos a lo divino. ¡Qué feliz haces al caminante que se pierde en tu camino! Morena de miradas cautivadoras que enamoran con su mirar. ¡Cuántos besos te tengo guardados, cuántos besos te quiero dar! Morena de miradas aterciopeladas. Preciosa flor de encantado jardín. ¡Quien fuese caja de bombones en el día de San Valentín. José Enrique Oti García.
La confianza (poesía)
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Dulcificas tus desagradables lamentos y reptas cómo una serpiente desnuda en medio de arruinados cimientos por arrasarlos con mil y una duda. Ganar la confianza del bello diamante te costó arrastrarte por la humildad y si perderla la perdiste en un instante poder recuperarla te llevará una eternidad. Sembraste el campo en la distancia. y aunque el viento llevó a él la semilla no lo regaste con firme perseverancia, fue como si llevaras una barca sin quilla. Rema, rema, rema, rema loco barquero, que quizás un día llegues a esa bella orilla, donde la confianza está en un te quiero que esconde en su alma la linda chiquilla. José Enrique Oti García.
Capricho - No sabía nadar (poesía)
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En la balsa su candor embrujaba. la brisa y el sol la querían rozar. La ranas recitaban el verbo amar. Los zapateros jugaban a pillar. Aroma a anís la perfumaba. La paloma, desnuda, disfrutaba. Un ramo de dulzura en su mirar. Sus brazos del cielo querían hablar. El gorrioncillo no sabía nadar. Desesperado se mortificaba. El agua fresca la acariciaba. Hojas secas la conseguían besar. Los jilgueros comenzaron a trinar. El gorrión, en tierra, casi lloraba. Se desvistió mientras ella silbaba. Temblaba cuan náufrago en alta mar. Se persignó sin parar de tiritar. Ella sonreía, cantaba, nadaba. Voló el gorrión. ¡Cuánto la amaba! En el rostro sonrisa crepuscular. En la garganta nudo que ahogaba. Por el hondo de la balsa suspiraba. Luego hizo pie sin parar de rezar. ¡No cubría! Al fin la abrazaba. José Enrique Oti García.
España Camisa Blanca de Mi Esperanza (Directo Gira 2016) ([El Gusto Es N...
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Pintura erótica hiperrealista
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Cydel gabutero - 'the power of love
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Pintura erótica hiperrealista
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Amores de agua, luz y miel (poesía)
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Amores inmaculados , cristalinos, estrellas de un universo paralelo, que parecieron melodiosos trinos, música enviada desde el cielo. Llegaron cómo lindas amapolas. Amores de agua, de luz y miel, más fueron espuma sobre las olas fueron humo sobre nuestra piel. Amores que fueron cómo ambrosía que te hicieron soñarla enamorada, mas estabas viendo en la noche, día, eras dueño de todo y dueño de nada, Cuando te quede muy lejos su risa. Cuando te entren ganas de llorar, recuerda que tuya fue la bella brisa que otro jamás consiguió disfrutar. Alza al cielo azul tu triste mirada y si ves a algún gorrioncillo volar dile que le cuente a tu amada que estas aprendiendo a olvidar. José Enrique Oti García.
Capricho - La rosa
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Cuando el gorrión de pueblo quería volverse balada dentro del pajar la mente no se cansaba de volar y ni la lluvia lograba apagar el fuego que su talle derretía. La rosa, acurrucada, mentía diciendo que la podía abrazar, que cualquier cosa podía aguantar por que la frialdad era su guía. Mentía, la bella se consumía. Se consumía la flor de azahar cuando en su boca crepuscular se posó un beso que comprometía. Comprometía la tez que ardía, y ardiendo se iba a empapar la rosa que aprendía a amar en la hoguera que no se extinguía. La rosa muriéndose desprendía, un aroma tan sensual que al gozar escondía tintes de algarabía. ¿Que era aquello que descubría? Era algo que no la dejara hablar. ¿Era la gloria o lo parecía? José Enrique Oti G arcía.