Miscelánea de autodidacta

  Madreselva colorida, bella, trepadora, dulce cómo un caramelo de algodón, eres amiga, amor,  amante seductora y tierna reja que ara en mi corazón. Madreselva de mi juventud divina en la que los caminos eran de tierra, el agua de los arroyos pura, cristalina, y los halcones volaban sobre la sierra. Madreselva que aún trepa hacia el cielo donde derramas toda su sensual ternura. ¡Qué maravilloso es tu dulce anhelo cuando mezclas cordura con locura! Madreselva cuyas pinturas de guerra estaban en los colores de su rubores, eras y eres la más bella de la tierra, eres la reina morena de mis amores. José Enrique Oti García.

 

 

Habló el silencio y al gorrión le dijo,  le dijo que había mucho en la nada aunque lejos estén las alas de su amada en medio de una solitaria madrugada. Habló el silencio y al gorrión le dijo que si oía campanas tocando a misa buscase siempre a la misma sacerdotisa, la sacerdotisa de la  celestial sonrisa. Hablo el silencio al gorrión le dijo que la vida es ese incierto camino donde debería ir forjando su destino unos días con hiel y otros con vino. Habló el silencio y al gorrión le dijo que su gran amor nunca tendría fin si cada día que Dios le de a su vida lo convierte en día de san Valentín. José Enrique Oti García.