Capricho (poesía)
Dos hogueras en noche lluviosa
hacían de la entrega su pendón.
La leña verde ardía con pasión.
Se derretía el travieso gorrión.
moría de gozo la paloma melosa.
Vi una muñequita revoltosa.
Llevaba en sus labios mi prisión
y en la mina un húmedo filón
que por bello alegró mi corazón
con calor de su tormenta gloriosa.
Vi el candor que guardaba la rosa
al entrar en cielo de satisfacción,
un cielo que causaba admiración
al perderse en una riada hermosa.
Estaba radiante, esplendorosa,
cómo una golondrina en sazón
volando de sofocón en sofocón
y volando se sentía dichosa.
No quise dejar la selva frondosa.
Fui cautivo en celda de sin razón
haciendo a la carcelera golosa.
Y bebiendo néctar de la mimosa
me transmitió la bonita sensación
de viajar por una senda asombrosa.
José Enrique Oti García.
Comentarios
Publicar un comentario