Miscelánea de autodidacta

 Ella era estrella en sus noches sin luna.       Golondrina refulgente de beldad.        Carbón encendido en intimidad.      Dulce alma que se entregaba tuna. Tenía aires de gata. Mirada de pantera.      En su negro mirar, pura ansiedad.        Su aroma despertaba virilidad. Guardaba fuego entre cadera y cadera.   Él era dulce esclavo de su voluntad.         Del amor era su leal soldado.       Su gladiador fiero,  apasionado.        Su fuente de gozo y felicidad.     Juventud... sin máscaras, sin caretas,       en la que que pájaros del algodón,         revistiendo de acero su pasión             se tiraron a las escopetas. José Enrique Oti García.

Y yo me la llevé al río creyendo que era mozuela, pero tenía marido. Fue la noche de Santiago y casi por compromiso. Se apagaron los faroles y se encendieron los grillos. En las últimas esquinas toqué sus pechos dormidos, y se me abrieron de pronto como ramos de jacintos. El almidón de su enagua me sonaba en los oídos, como una pieza de seda rasgada por mil cuchillos. Sin luz de plata en sus copas los árboles han crecido, y un horizonte de perros ladra muy lejos del río. Pasadas las zarzamoras los juncos y los espinos, bajo su mata de pelo hice un hoyo sobre en limo. Yo me quité la corbata. Ella se quitó el vestido. Yo el cinturón con revolver. Ella los cuatro corpiños. Ni nardos ni caracolas tienen el cutis tan fino, ni los cristales con luna relumbran con ese brillo. Sus muslos se me escapaban como peces sorprendidos, la mitad llenos de lumbre, la mitad llenos de frío. Aquella noche corrí el mejor de los caminos, montado en potra de nácar s

Anoche cuando dormía soñé ¡bendita ilusión! que una fontana fluía dentro de mi corazón. Di: ¿por qué acequia escondida, agua, vienes hacia mí, manantial de nueva vida en donde nunca bebí? Anoche cuando dormía soñé ¡bendita ilusión! que una colmena tenía dentro de mi corazón; y las doradas abejas iban fabricando en él, con las amarguras viejas, blanca cera y dulce miel. Anoche cuando dormía soñé ¡bendita ilusión! que un ardiente sol lucía dentro de mi corazón. Era ardiente porque daba calores de rojo hogar, y era sol porque alumbraba y porque hacía llorar. Anoche cuando dormía soñé ¡bendita ilusión! que era Dios lo que tenía dentro de mi corazón. Antonio Machado.

¿Qué es poesía?, dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul. ¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas? Poesía... eres tú.

              Si oy es que dice "cua".          Si ves que tiene pico de pato.       Si ves que camina como un pato              y crees que es un pato,  y tu pareja te convence de que es un ñu, la culpa de que te engañara es de tu pareja,              la culpa de que te engañe                         la tienes tú. José Enrique Oti García.

José Enrique Oti García.

José Enrique Oti García.

José Enrique Oti García.

Cuando la palabra es refrescante. Cuando el besar es gloria divina. Cuando la mirada es ave que trina. Cuando el movimiento es tunante. Cuando el aroma llega fragante. Cuando llega la delicia supina. Cuando el río llega a la mina. Cuando la pasión es delirante. Cuando el suspiro se hace canción. Cuando la noche se hace día. Cuando se nos derrite el corazón. Cuando el roce es algarabía. Cuando hace la garza del gorrión, halcón, anida en los besos la poesía. José Enrique Oti García.

      Hay ricos, creyentes y sencillos.              Son ricos con grandeza,           mas la verdadera grandeza                 de los seres sencillos, la tienen aquellos que dan  gracias a Dios                por todo lo que les da          teniendo vacíos los bolsillos. José Enrique Oti García.

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WITCHES

                       Pequé Yo pequé de "soberbia", desafiante, por que jaman le dije al mal, amén. De "envidia" al pensar en algo fetén, como un buen  de cocido humeante. De "gula" al pillar algo dulce delante, o algo que se friera en la sartén. De "ira" al pegarme un buen vaivén algún niño chulo, soez, pedante. De "avaricia" por  fruta madura por que nos hacía a los niños iguales. De "pereza" por venir con la criatura. De "lujuria" en los juegos carnales en los que maté solo la calentura. ¿Son tan graves mis pecados capitales? José Enrique Oti García.

A veces me gustaría ser ciclón, ciclón enamorado, de su piel, de su boca, de su risa, de su aliento azucarado, mas solo soy... tímida brisa. A veces me gustará ser gavilán, gavilán enamorado, de su frescura, de su aroma, de su talle apasionado, mas solo soy... tímida paloma A veces me gustaría ser halcón, halcón enamorado, de sus almenas, de su torreón, de todo su fruto granado, mas solo soy... tímido gorrión. Y es que no puedo ser más que brisa, brisa enamorada, dulce paloma, pequeño gorrión, que su ternura encantada, y a veces soy... abrasadora pasión. José Enrique Oti García.

José Enrique Oti García.

Hay días que me siento pluma aguerrida               que escribe con la tinta                 del tintero de la vida,           mas sé que siempre seré papel,                      blanco papel,                   en el que la vida   escribirá con renglones de hiel y miel. José Enrique Oti García.     

Casi todos los hombre y mujeres tienen alguna historia que contar         que jamás contarán.     Por eso, entre la gente cabal,        escupir al aire no es plan,             pues podría suceder  que cambiara el viento y trajera        migajas del pan de ayer. José Enrique Oti García.

Solución: otneilA José Enrique Oti García.

                   Cada uno es como es,            hay quien se viste por la cabeza                y quien se viste por los pies. A mi siempre me gustó pensar con propiedad.                      Razonar y dialogar.             Comportarme con humildad,     y aunque a veces también dije sandeces,              como me visto por los pies,   jamás podrán decir, ni amigos ni enemigos,                   que en tiempos de frío         cambié de caballo en medio del río. José Enrique Oti García.

Quien se viste de poeta debe desnudar sus fantasías, y soñar, soñar y hacer soñar con deleites y algarabías. ¡Quién pudiera ser poeta para hacer tus tentaciones mías! Quién se viste de poeta debe desnudar cuerpo y mente, y dibujar senderos floridos que duermen en el subconsciente. ¡Quién pudiera ser poeta para ser tu deseo más ardiente! Quien se viste de poeta debe desnudar, con sutileza, la mentira, la triste sinrazón, la dulzura del amor, y su tristeza. ¡Quién pudiera ser poeta para pintar con palabras tu belleza! Quien se viste de de poeta debe desnudar sus sentimientos, y pintar un cuadro con palabras que jamás se lleve el viento. ¡Quién pudiera ser poeta para ser aliento en tu aliento! José Enrique Oti García.

    No soy más que un humilde jinete montado en un caballo llamado Destino.                 Yo llevo las riendas, pero el caballo es el que sabe el camino. José Enrique.

José Enrique Oti García.

Él, quiere escribir un poema con sus labios sobre tu piel. Quiere ser marino que rema sobre tu talle de vino y miel. Él, quiere que quieras querer, querer ser barquita en su mar, y luego que quieras, mujer, entre sus brazos naufragar. Él, quiere ser tu estrella polar. Quiere ser de la noche tu faro. Quiere amar después de amar. Quiere ser tu luz y tu amparo. Él, quiere estar en tu boca perdido. Quiere que turbes su semblante. Quiere ser de tus gemidos, gemido. Quiere ser... tu amigo y tu amante. José Enrique Oti García.

José Enrique Oti García.

José Enrique Oti García.

No hay valles ni praderas. No hay sendas ni altozanos. Ni hay jardines más lozanos como los que hay en sus caderas. Mezcla de miel y pimienta. Mezcla de embrujo y aventura. Mezcla de dulzura y ternura. Mezcla de uvas, miel y absenta. No hay cielo más bello de ver. No hay paraíso más encantador. Ni hay mayor medida de amor que el que puede dar una mujer. José Enrique Oti García.