Y viceversa

Mira a los ojos a tu amada,
envuelve  tus deseos
en una tierna mirada,
y envíaselos en un suspiro
que parezca llamarada,
si ves que no hay cariño,
y su ilusión está muerta,
no seas como un niño,,
no esperes en la puerta.
¡Qué corra el aire!
Y a buscar otra huerta.

José Enrique Oti García.







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