Amores de verano

¿Quien no recuerda amores 
de verano
que entraron en nuestra vida 
como ciclón?
Los paseábamos cogidos 
de la mano,
parecía que nos salía de pecho 
el corazón.

Cuando la maldad era patrimonio
del villano,
y la dulce ternura era abanderada 
de la relación.
Se fueron cómo golondrinas con viento
de solano,
pero nadie, nadie olvida, que fueron
bendición.

José Enrique Oti García.













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