Miscelánea de autodidacta

Para quien le interese: La vida, señoras y señores,  la vamos haciendo con pequeñas,   grandes historias. El primer beso, el primer abrazo, la primera  vez (ese gran desastre.) la última vez. ¿Se acuerdan cuándo fue?  Yo no. A lo que íbamos, se va haciendo con llantos de niños al nacer y risas al crecer, con llantos por la perdida de un ser querido, que se nos fue. La vida, señoras y señores, sus vidas, mi vida, es lo mas hermoso que puede haber. Por eso, no se debe  perder el tiempo tratando de solucionar lo que no tiene solución. Al pasado, echarle encima tierra. José Enrique Oti García.

Un beso de los que llevan fuego, rompe la calma, es cómo oración, cómo ruego que llega al alma.  Un beso de los que llevan fuego es un beso de verdad, es un beso que te deja ciega buscando la eternidad. Un beso de los que llevan fuego, hace, de felicidad, llorar. Comienza dónde comienza, y termina, donde debe terminar. José Enrique Oti García.

José Enrique Oti García.

Todos tuvimos amores, amores que nos hicieron felices y amores que nos hicieron miserables, fueran como fueran, y por lo que nos hicieron sentir, son amores, inolvidables. José Enrique Oti García.

Mujer, misterio sin resolver. Posas  desnuda.  Dicen que ven piel de terciopelo,  mirada de tigresa, montañas de caramelo, labios de fresa. Mujer, misterio sin resolver. Posas desnuda. Yo veo, a una dulce muda. No me dices nada, tu pose no me ayuda, tampoco  tu mirada. Mujer, misterio sin resolver. Posas vestida, se acelera mi corazón, dejas presa mi alma de traviesa imaginación. José Enrique Oti García.

Todos tenemos nuestra estrella, la mía se llama: Ella. José Enrique Oti García.

El amor tiene tiempos dorados, nena, y tiempos muy cansinos. Si me dieran diez centavos, por cada vez que discutimos, por cada vez que nos chillamos, por cada vez que nos sufrimos, por cada vez que reímos, por cada vez que lloramos, por cada vez que nos desnudamos. por cada vez que nos amamos... Si me dieran diez centavos, ya, estaría viviendo como un marajá. José Enrique Oti G arcía.

Si le das a un perro hambriento, cobijo y comida, tendrás un amigo que te defenderá toda su vida. José Enrique Oti García.

         Mujer, enamorada,         que  atesoras sonrisas        para la persona amada,        no puedes robar el sueño        a quien te tiene entronad a,       sabe  que  tu eres una diosa,     sabe que él, es menos que nada,    se queda con la espina de una rosa    que sueña, y sueña en la madrugada,    y se siente orgulloso de su loco amor, porque como él te ama, nunca serás amada. José Enrique Oti García.

Con demasiada frecuencia,  abrimos la ventana del tiempo. Echamos la vista atrás.  Recordamos momentos felices.  Cualquier  tiempo pasado fue mejor.  Somos animales inconformistas. Tontos ,ciegos, que  no  queremos ver,  que el  tiempo que nos queda de vida  es el más maravilloso que pueda haber. José Enrique Oti Garcia. 

Cuando un hombre que te gusta te trata con indiferencia, no te armes de paciencia, comienza a tratarlo como te trata él , pues al ver que has perdido interés igual va a por tu miel y si no es así, carretera y manta que una aguanta lo que aguanta. José Enrique Oti García.

Mañana. ¿Qué es mañana si no hoy con otro nombre? Mañana no es el comienzo de nada, es la continuación de hoy. Esta noche abraza a tu amada, o en su defecto a la almohada, y viaja por el mundo de los sueños, porque, de mañana no puedes esperar nada, mañana,  no existe, mañana, es siempre, hoy. José Enrique Oti García.

Quien pisoteando a su prójimo llega a lo más alto, como persona, ya no puede caer más bajo. José Enrique Oti García.

Amanecer. Primavera. Sueños. Si ves el amanecer, la primavera y el mundo de los sueños dibujados en los labios risueños de tu enamorado, criatura de dulce mirada, es que eres una romántica empedernida, una  de las últimas señoras soñadoras, que viven, plenamente su vida.  José Enrique Oti García.

Es mentira que las personas estén solas cuando están en soledad, las acompañan sus pensamientos, esa es la pura verdad. José Enrique Oti García.

Con pasión desbordada en miles de noches de locura, quemando a besos la madrugada, matando con  atrevidas caricias la ternura, es como mantiene, el esposo, la llama sagrada. Un esposo, que  en  sus bellos delirios conjura, al mismísimo diablo, para que su bella amada, que entregándole su pureza, ve pura, se pierda en medio de la nada derramando su dulzura. José Enrique Oti García.

La amistad espanta la soledad, por eso si un enemigo te da una puñalada por la espalda, lo ves cómo parte de su condición, pero si lo hace un amigo, te parte el corazón. José Enrique Oti García.

La fuente de la eterna juventud está en los labios de la mujer,  y tiene una agua tan fresca que nunca te cansas de beber. José Enrique Oti García.

Mujer, si el sol que iluminaba tu  vida, se va con otra luna, mas joven , una mañana, el cielo se volverá, triste,  anodino, cobrizo, pero si  cierras  de par en par tu  ventana, no podrás ver,  que fuera,  bajo tu  balcón, suspira una mente, dulce, inteligente, sana, por lo que una mente enferma ha dejado. José Enrique Oti García.

Un hombre sin una mujer es  lluvia en día soleado. Sombra en un atardecer Llanto de desesperado. Cuna sin mecer. Viento apocado. Una hoguera  sin arder. Mirlo blanco, denostado. Alma en pena. Anochecer. Trigo que no será trillado, es un hombre sin una mujer. José Enrique Oti García.           

Paloma, dicen que todos los caminos llevan a Roma. La gente está loca, todos los caminos llevan a tu boca. José Enrique Oti García.

Dicen que las mujeres  nacen con "ángel". Un atractivo que las  hace  irresistibles, lo que no dicen, es que, en las mujeres  arrebatadoras,   las que hacen soñar a un hombre, ese "ángel", es un diablillo. José Enrique Oti García.

Los pobres deseamos llegar a unas zapatillas, y con suerte llegamos, luego a unos zapatos, y con suerte llegamos, y  si tenemos la suerte de llegar a unos zapatos, jamás debemos  olvidar que hubo un día en que anduvimos descalzos. José Enrique Oti García.

A usted, señora mía, con  mis besos, la quiero subir a una nube, con mis caricias, la  quiero llevar  al cielo, y cuando vea llegar los ángeles, quiero decirle, que para quererla, vivo, y sin quererla, me muero. José Enrique Oti García.

Tras la pena de una ruptura amorosa, mientras una lágrima rueda por tu mejilla, la felicidad, te mira desde la distancia, y te espera, como un bebé espera su lactancia. José Enrique Oti García.

En sus labios, ambrosía, en sus abrazos, gloria, en su rostro, alegría, en su gozo, historia. La mujer más dichosa es  la mujer enamorada, delicada cómo una rosa majestuosa como granada. No sabe que es la duda. Si hace volar a su amado entrega su alma, desnuda, haciendo pecar al pecado. José Enrique Oti García.

Un ateo es una persona que no cree en Dios, ni en las dudas que tiene. José Enrique Oti García.

Mira a los ojos a tu amada, envuelve  tus deseos en una tierna mirada, y envíaselos en un suspiro que parezca llamarada, si ves que no hay cariño, y su ilusión está muerta, no seas como un niño,, no esperes en la puerta. ¡Qué corra el aire! Y a buscar otra huerta. José Enrique Oti García.

Cuantas más aprendemos, más cuenta nos damos de lo poco que sabemos. José Enrique Oti García.

Hay manos que dan, manos sucias, con guantes de tergal, manos a las que sobra el vil metal pero, ¿Mira el hambre para el panizo y pregunta, quien te hizo? Semana santa, tiempo de perdonar, para mí que ayude, quien pueda ayudar. y si puede, y no ayuda, que no se ponga a criticar. José Enrique Oti García .

Eres, mujer, sueño, sueño dorado, mi sueño de pasión, de perversión, en él te arranco  la ropa a bocados. Caballo  desbocado  es  tu corazón. Viajas al cielo con los ojos cerrados. Suplicas que te haga perder la razón. Me  pierdo  en tus excitantes prados. Te  devoro  cómo  si fuera un halcón, y  desnudos, ardientes, y extasiados, regresamos a la primera estación. José Enrique Oti García.

Una media mentira que nos  halaga, aun sabiendo que lo es, tiene el atractivo suficiente para que nuestra mente se llene de vanidad  y la convierta en una verdad. José Enrique Oti García.

El desierto se hizo de  granos de arena,  atardecer tras atardecer. El mar, de pequeñas gotas de agua,  que cayeron al llover. La vida, de pequeños momentos, de tristezas y de placer ¿Pero, de qué se hacen tus besos, mujer, cuando entregas tu querer? José Enrique Oti García.

Si algún día te visita la adversidad, por muy fuerte que seas, no la afrentes sola,  que no es lo mismo una lágrima abrazando a un ser querido que con la soledad de testigo. José Enrique Oti García.

Si sabes que eres ave de paso, no ayudes a construir un nido, que no hay nada más ruin que dejar un corazón herido. José Enrique Oti García.

Un desengaño otoñal convirtiera a una belleza en la más umbría, penosa, fría y desolada fortaleza. Un enamorado soñaba, día y noche con ella, en su boca navegaba, en su boca de doncella. Con ventanas de acero, con la puerta cerrada, se encontró su te quiero en una  tarde soleada. Mas persistió el enamorado, y las ventanas se abrieron, y a aquel otoño mal parado, bendiciones lo cubrieron. José Enrique Oti García.

Un "si quiero", dura un segundo, las ganas de matar al cura, toda la vida. José Enrique Oti García.

Lo más perfecto que tengo, como hombre, son mis imperfecciones. José Enrique Oti García.

La sabiduría del ser humano comienza cuando acepta su ignorancia. José Enrique Oti García.

Fue un momento, la desnudé con la mirada. Pena que no me di cuenta, que ella también me desnudaba. José Enrique Oti García.

José Enrique Oti García.

Las tormentas de verano destrozan todo lo sembrado, como agua se escapa entre los dedos, lo más preciado. Se nos cae la noche  encima. Nuestro mundo se derrumba, mientras escribimos, lentamente, un nombre sobre una tumba. El tiempo, sabio cascarrabias, al paraíso nos devuelve de la mano. La sonrisa es una  blanca paloma. Luce el sol, vuelve a ser verano. Nada puede con esa semilla   que aguanta el crudo invierno, una semilla, que se llama amor, un  amor, amiga, que es eterno. José Enrique Oti García.

No  busques  respuesta  a todo. Hay cosas que no tienen respuesta, como dónde está el amor, cuando  la fidelidad con la traición  se acuesta. José Enrique Oti García.

Todos somos libres. Todos tenemos derecho a la intimidad,  pero, algunos confunden libertad con libertinaje y otros piensan que su intimidad no termina dónde empieza la de los demás. José Enrique Oti García.

Mateo 13: 45-46. Sucede también con el reino de los cielos, cómo con un comerciante que andaba buscando perlas finas, cuando  encontró una de gran valor, vendió todo lo que tenía y  compró esa perla. Comerciantes y no comerciantes, cuando encontramos nuestra perla fina,  lo dejamos todo y nos  quedamos con ella, porque perlas hay muchas, pero finas, muy pocas, y que se puedan comparar con el cielo, menos. José Enrique Oti García.

Las copas llenas de tristes recuerdos, que se beben en soledad, intoxican el alma, tan lentamente, que cuando nos damos cuenta estamos llenos de veneno, y sólo hay un antídoto, amor, y ese antídoto es, amar. José Enrique Oti García .

La mujer puede pasar de ser dulce, cariñosa y frágil cómo el cristal, a ser  dura cómo  el acero, si descubre que había una mentira detrás de un "te quiero". José enrique Oti García.

Gracias a quienes criticaron mis defectos. Gracias a los que me apuñalaron por la espalda. Gracias a los que me demostraron que no eran amigos. Gracias a las bellas margaritas que me engañaron con otro. A todos, muchas gracias, de ellos  y de ellas aprendí, a ser mejor persona. José Enrique Oti García.

Hilvanando feas sombras en la penumbra de un callejón sin salida, con fantasmas, horribles, de frustración, me di   cuenta, azucena, que recordar no valía la pena, que debía coger el timón y surcar novedosos mares que devolvieran la ilusión. Eran tiempos de frustración, con poco pan y menos libertad, y una cosa aprendí, corazón, que se es ave, si se quieres volar. se es velero si se quieres navegar. Se puede ser incluso tentación. Lo que no debes ser es, tortuga, que se encierra en su caparazón. José Enrique Oti García.

José Enrique Oti García.

Amiga, si algún día te llega la derrota,  será como si  un caballo patease  tu corazón. J amás huyas, ni hacia  delante,  ni hacia atrás. Nada  contra  corriente, aun  sin saber nadar. Lucha contra el viento, aun  sin  saber volar, apaga el fuego, aunque no lo  sepas apagar, y llora, si tienes que llorar, que en las valientes, las lágrimas, son penitentes que a los ángeles hacen cantar. Amiga. En la lucha se ve a una mujer de verdad. Se ve a la princesa,  a la rosa,   a la amapola. En la lucha, harás de oscuridad, claridad. José Enrique Oti García.

Ángel de la guarda de dulce mirada, sabes, dulce ángel, que sin ti no soy nada. Ángel de la guarda, que por la noche buscas mi espada, tú  haces derroche de pasión guardada. Ángel de la guarda, ángel diosa y hada, me cuidas de día, me amas en la madrugada. José Enrique Oti García.

Cuando la noche, vieja Celestina, de locos, cubre  con su magia la  pasión desbordada, las hojas de otoño, vuelven a su primavera. El  gorrión  ve en la paloma su  niña amada, y  la  ventura  la  hace  sentirse  aventurera. Son  momentos  que  no  sabes  dónde estás, son  momentos  de  miel, de  locura pasajera, momentos  que,  o  vives, o  viviste , o vivirás, pues el amor acecha por donde quiera que vas. José Enrique Oti García.

El deseo es caprichoso, pues a veces  nos hace estar con quien no debemos, porque  con quien deberíamos no quiere estar. José Enrique Oti García.

No hay un camino que te lleve a ser buena  persona, ser buena persona es el camino. José Enriue Oti García.

Mujer, las  cosas  difíciles me  llevan un tiempo conseguirlas, las imposibles, un poquito más, y un milagros, cómo que sigamos juntos,  los 40 años que llevo contigo. José Enrique Oti García.

Nunca nos equivocamos al elegir a alguien que nos hace, o nos hizo feliz, siempre estamos, o estuvimos, con la persona ideal, en un momento puntual. José Enrique Oti García

Hay quien es feliz comiendo chocolate, pero se pone triste al ver sus michelines. Hay quien come chocolate y le importan una mierda sus michelines. Yo soy feliz comiendo chocolate, y si un día hay que descojonarse viendo mis michelines, me descojonaré, que es mejor un cabronazo que se ríe de sus defectos, que un desgraciado que ríe de los defectos de los demás.  José Enrique Oti García.

José Enrique Oti García.

1.-El amor es el sentimiento que más llena y que más vacío deja. 2.-Haciendo el amor, el buen amante, triunfa, llegando el último. José Enrique Oti García.

Llorando, entre las sombras, vaga, cómo una solitaria alma en pena, porque sin ella, su vida se apaga. Llora cómo un niño su triste pesar, llora cómo un pobre palomo herido, llora el  que busco otro palomar, llora el palomo que fue bandido, llora por la que fue su paloma amada, un hombre, que no supo ser marido. José Enrique Oti García.

La mujer, es aire, es tierra, es agua y es fuego. Aire que necesita un hombre para respirar. Tierra que necesita un hombre para cultivar. Agua que necesita un hombre para su sed saciar. y fuego, el fuego mas bello que se puede apagar.

Debemos saber distinguir entre una sonrisa, franca, y una sonrisa, forzada, la primera, vale más que el oro, la segunda, no vale nada. José Enrique Oti García.

Hay muchos caminos para recorrer ,  pero el único que tiene aroma a menta  está en el delicado talle de una mujer,  comienza donde nacen  sus sonrisas,  que son cómo rayos de sol al atardecer,  pasa por montañas con floridas cimas,  las más hermosas que se pueden ver, y termina en un campo de amapolas,  donde dos seres, se vuelven un solo ser. José Enrique Oti García.

El silencio trae dulzura trae ternura, trae belleza, trae deseo, trae suspiros, trae sensualidad, el silencio trae... ¡Silencio! Ahí viene Ella. José Enrique Oti García.

José Enrique Oti García.

José Enrique Oti García.

José Enrique Oti García.

Con una mujer desnuda un escultor haría una escultura, yo, como no soy escultor, haría locuras. José Enrique Oti García.