El día de los locos (obra de teatro)
PERSONAJES
BLAS ( 48 años, moreno, de ojos negros y estatura mediana.) MÓNICA (26 años, delgada, pelirroja, de ojos azules y estatura mediana) DOCTOR MÓRRISON (50 año, alto y negro) CURIOSO (25 años, moreno , de ojos marrones y bajo de estatura), DON JUAN (46 años, alto, de ojos verdes y complexión fuerte.) DOÑA INÉS (24 años, rubia, de ojos azules, delgada y de estatura mediana.) NAPOLEÓN (60 años, ojos marrones, bajo de estatura y gordito.) JOSEFINA (22 años. baja de estatura, y de cabello y ojos negros.) CELESTINA (49 años, morena, de ojos color avellana y de estatura mediana), NOSTRADAMUS (70 años, moreno, de ojos negros muy alto y muy serio.) TORQUEMADA (43 años de ojos marrones, alto y moreno.) JONNY (33 años, rubio, delgado, de ojos claros y estatura mediana , GARDENIO (24 años, rubio de ojos marrones, muy delgado y amanerado. ) JOB (5O años, de complexión fuerte y con mucha paciencia.) TÁCITO (65 años. moreno y poco hablador.), SALOMÓN (66 años, alto, gordo y de caracter apacible.), RISITAS (58 años, es ciego, sordo y mudo.) ELLA (morena, alta y fuerte.)
ESCENARIO
Una gran mesa con 17 sillas, 4 puertas, 2 a la izquierda, la de la oficina de los enfermeros, la izquierda, y la de la cocina. Una en el centro, que da acceso a la sala y otra a la derecha, que lleva a los dormitorios, los aseos y a las celdas de castigo. En frente de esta puerta hay una gran alfombra, que delimita la sala de estar, y en la que hay una mesita, unos cuantos sillones y una televisión, en la pared.
PRIMER ACTO
(Vemos, en la mesa del comedor, jugando al parchís, en parejas,
a NAPOLEÓN y JOSEFINA, NOSTRADAMUS y JONNY y a CELESTINA y TORQUEMADA. A DON JUAN, sentado en un sillón de la sala de estar, con DOÑA INÉS, sentada sobre sus rodillas. A BLAS, enfermero, y a MÓNICA, enfermera, de pie, al lado de un carrito, preparando las dosis de medicina para los pacientes y a CURIOSO, paseando por la sala con una pequeña grabadora en la mano.)
BLAS.-(A MÓNICA.) No sé quien sería el lumbreras que tuvo la idea de darles voz a estos gamberros. Va a ser una tarde movidita
MÓNICA.-Ya verás como la cosa no es para tanto.
BLAS.-¿¡Qué no?! Espera a que Celestina empiece a hacer de las suyas, o doña Inés, la loca...
DON JUAN.-(Se levanta, cómo un resorte, y casi tira con DOÑA INÉS.) ¿Dónde escondéis mi espada, vil hijo del averno? Dádmela y haré invierno vuestra vida soleada. ¿Cómo osáis insultar a mi amada? ¿Cómo despreciáis algo tan tierno?
BLAS.-(Vacilando a DON JUAN.) Loca de amor, don Juan.
DOÑA INÉS.-(Enfadada con DON JUAN.) Guardad la estocada certera para mi rosa perfumada, que habláis mucho y no hacéis nada, aparte de comerme la sesera. Me sabéis locamente enamorada, mas me dejáis cada día acalorada esperando la vez primera.
(Todos se ríen y DON JUAN, aún se enfurece más)
DON JUAN.-¡Alejáos del gavilán, alejáos, dulce paloma, que una cosa es la broma y otra faltar a don Juan.
DOÑA INÉS.-¿Me amenazáis, don Juan? ¿Acaso he dicho alguna mentira para desatar esa ira que convierte al señor en rufián?
DON JUAN.-¡¿Cómo podéis ser tan descarada?! ¿A qué vienen esas palabras hirientes? ¿Pensáis que no tengo dientes para vuestro pan con mermelada?
DOÑA INÉS.-Quizá tanto castillo escalado os ha dejado sin fuerzas, querido, quizá tanto os habéis divertido que ya estáis acabado.
(CELESTINA, se levanta de la mesa y va junto DOÑA INES. Acaricia su melena, dejando a DON JUAN, con la palabra en la boca. Roza sus seno con una mano.)
CELESTINA.-¿Decís qué estos pechos prietos aún no saben lo que son las caricias? ¿Cómo puede ser posible? ¿Acaso está ciego el halcón para no ver la grandeza de las almenas?
DOÑA INÉS.-(A DON JUAN.) ¿Oís sus palabras, don Juan? Quizá estamos muertos, y es porqué no corre el río que produce escalofrío cuando mis pechos están yertos.
DON JUAN.-¡Voto a bríos! Me estáis insultando. Yo hago que se muevan montañas cuando tiendo mis telarañas. ¡Ya os estáis desnudando!
(CELESTINA, se marcha, sonriendo y contoneando las caderas. Ya sentada a la mesa. Mira como DOÑA INÉS, comienza a desabotonar la blusa.)
JONNY.-(Se levanta.) ¡Cómo me estás poniendo, cordera! (Canta.) Sigue, sigue, no pares, sigue, sigue, no pares.
TORQUEMADA.-(Se levanta.) Peeeeeeeeeecadora. Peeeee...
JONNY.-Calla y siéntate, místico.
BLAS.-(Enérgico,) ¡Sentaos los dos! (Se sientan.) Y tu, doña Inés, deja de de hacer el tonto.
(DOÑA INÉS vuelve a abotonar la blusa.) DON JUAN, respira aliviado, tras el cariz que tomaran las cosas.
MÓNICA.-(A BLAS.) Hemos visto las dos caras del amor, el puro y el del puro deseo.
BLAS.-El puro te lo voy a meter yo a ti...
MÓNICA.-(Sonriendo?¿Cuándo
BLAS.-¡¿Se te fue la olla?!
JONNY.-(Sentado.) Si el no quiere, aquí estoy yo. ¡Siete! ¡Te echo, siete!
BLAS.-Siete días vas a llevar en una celda de castigo.
MÓNICA.-Deja hablar, hombre. Es su día.
BLAS.-Habla, Jonny, habla.
JONNY.-Ya está todo dicho.
MÓNICA.-Jonny, Jonny, Jonny, si no estuvieras loco...
JONNY.-Si no estuviera loco no te echaría siete, te echaría uno o dos.
BLAS.-(Los interrumpe.)Ala. Mañana más, don Juan, doña Inés venid por la medicina.
(DON JUAN y DOÑA INÉS, cada uno por su lado, van hasta el carrito de las medicinas.)
MÓNICA.-(A DON JUAN y a DOÑA INÉS.) Tenéis que hacer las paces.
(Ninguno de los dos dice palabra. Toman sus dosis y vuelven a la sala de estar y se sientan en sillones, alejados. Se oye música de Beethoven. Viene de la oficina de los enfermeros)
BLAS.-(A MÓNICA.) Se debió estropear la cadena musical y enciende sola.
MÓNICA.-Eso parece.
(CURIOSO, va junto a don JUAN y DOÑA INÉS.)
CURIOSO.-¿Puedo entrevistarlo, don, Juan? (DON JUAN, asiente con la cabeza.) ¿Y a usted, doña Inés? (También asiente con la cabeza.) Empezaré por usted, don Juan. ¿Qué espera de este día tan especial?
DONJUAN.-(Se levanta.) Alegrías en una vida sedentaria y no públicas humillaciones, ha sido echada a los leones mi bravura legendaria.)
CURIOSO.-¿Y usted, doña Inés?
DOÑA INÉS.-(Se levanta.)También alegrías, señor, para conocer el gozo de verdad, que me coma la felicidad en los brazos de mi amor.
(Pasean por la sala.)
CURIOSO.-(A DON JUAN.) ¿Usa preservativos?
DON JUAN.-No, pero son un gran invento, pues al amar a una mujer en la preñez no ha de caer si ese no es buen momento.
CURIOSO.-(A DOÑA INÉS.) ¿Piensa que ese y otros anti conceptivos son la causa de la baja natalidad en España?
DOÑA INÉS.-Mas quisiera el pueblo llano que tener al menos la pareja, pero no se le da en bandeja y ante un futuro villano no se le puede ir la mano porqué la hambre es perra vieja.
CURIOSO.-(A DON JUAN.) Todos sabemos que la violencia machista, el maltrato a las mujeres está e auge y muchas están perdiendo la vida. ¿Si doña Inés se fuera con otro, qué haría? ¿Le pegaría?
DON JUAN.-Dios no lo quiera, amigo mío. Mas si la paloma se hace viajera y vuela tras una loca quimera, lo lamentaría, pero buscaría otra primavera, dejando que mi verde pradera fuera regada por otro río. Pegar es de calavera y castrarlo es la mejor manera de acabar con su poderío.
CURIOSO.-¿No llegaría con meterlo en la cárcel?
DON JUAN.-Una preciosa flor nos dio la vida y con su recuerdo en nuestra mente, dañar a otra flor, inocente, es de alma corrompida. ¿A la cárcel decís, imprudente? ¿Para que salga el muy indecente y siga hurgando en la herida? ¡Castrarlo! ¡Dejarlo impotente!
CURIOSO.-Gracias por la entrevista, don Juan, gracias, doña Inés.
DON JUAN.-Vaya con Dios, caballero.
DOÑA INÉS.-Vaya con Dios, reportero.
(DOÑA INÉS, coge de la mano a DON JUAN, sonríen y se van a sentar a un sillón, DOÑA INÉS, se vuelve a sentar en las rodillas de DON JUAN.)
MÓNICA.-Hablemos en serio. ¿Qué opinas del amor, Blas?
BLAS.-¿Entre quién?
MÓNICA.-Del amor de Don Juan y doña Inés? Por poner un ejemplo.
BLAS.-Que se quedan con las ganas.
MÓNICA.-Ya, don Juan, doña Inés, Napoleón, Josefina, yo.
JONNY.-¡Siete!
CELESTINA.-¡Ocho! ¿Alguien da más?
BLAS.-(A MÓNICA.) Ya la armaste. Napoleón, Josefina, venid.
(NAPOLEÓN y JOSEFINA, se acercan al carrito cogidos de la mano.)
JOSEFINA.-Yo también paso ganas, muchas, muchas ganas.
MÓNICA.-Es una epidemia, hija, es una epidemia.
JOSEFINA.-¿Cuándo me haréis feliz, ¡Napoleón?
NAPOLEÓN.-Dadle tiempo al tiempo, querida, dadle tiempo al tiempo.
(NAPOLEÓN y JOSEFINA, toman sus dosis y vuelven a ,la partida, cogidos de la mano.)
BLAS.-Torquemada, Nostradamus. Vuestro turno.
(TORQUEMADA, se acerca al carrito, detrás de NOSTRADAMUS, cómo si le tuviera miedo)
BLAS.-(A NOSTRADAMUS.) Tú, del amor, nada de nada, ¿Me equivoco?
NOSTRADAMUS.-Sí, os equivocáis. El amor, en si mismo, es una profecía. Mas es mejor no saber nada aún que se sepa todo.
BLAS,-(Intrigado.) ¿Qué quieres decir?
NOSTRADAMUS.-Que la cobardía del hombre y el sarcasmo de la mujer son escudos que impiden que se toquen las armas.
BLAS.-Me pierdo.
NOSTRADAMUS.-Lleváis más de cuarenta años perdido.
BLAS.-Anda. Toma tu dosis y sigue con tus galimatías
(NOSTRADAMUS, vuelve a la mesa, TORQUEMADA, lo mira de reojo.)
MÓNICA.-Estás muy callado.
TORQUEMADA.-Pecadora.
MÓNICA.-Menos de lo que quisiera, mucho menos de lo que quisiera.
(NOSTRADAMUS, regresa a la partida. Vuelve a sonar música de Beethoven. Ya ni caso le hacen. CURIOSO, se acerca a NAPOLEÓN y JOSEFINA. Va a hacer su segunda entrevista.)
CURIOSO.-¿Puedo entrevistarlo, emperador
NAPOLEÓN.-Sólo si entrevistáis también a mi emperatriz.
CURIOSO.-A eso venía, señor, a eso venia.
(NAPOLEÓN y JOSEFINA, se levantan y se ponen a pasear por la sala con CURIOSO.)
CURIOSO.-(A NAPOLEÓN.) ¿Qué tal se vive en paz, señor?
NAPOLEÓN.-De maravilla.
CURIOSO.-(A JOSEFINA.) Estará de acuerdo con él, ¿no?
JOSEFINA.-Demasiada paz, caballero. Yo adoro la guerra en la que se ven las estrellas.
CURIOSO.-(A NAPOLEÓN.) Eso parece ir con segundas, señor.
NAPOLEÓN.-(Inmutable.) Cada uno opina como opina.
CURIOSO.-Hablemos de la guerra. Hable de la última en que se metió España.
NAPOLEÓN.-El tirano acabó en una soga, pero debieron ser utilizadas cuatro sogas.
CURIOSO.-¿Por que tiene que haber guerras?
NAPOLEÓN.-Mientras haya de por medio, intereses económicos, religiosos y prepotencia, tiene que haberlas.
CURIOSO.-Entonces, siempre las habrá.
NAPOLEÓN.-Desgraciadamente, sí.
CURIOSO.-(A JOSEFINA.) ¿Qué es lo que más le impresiona de las guerras, señora
JOSEFINA.-Todo, pero lo que me llama la atención son los mártires, esos que dan la vida y arrebatan las de otros para encontrarse en la otra vida con no se cuantas vírgenes.
CURIOSO.-Sí que llama la atención sí. Y digo yo: ¿Las mujeres qué se inmolan también tendrán en el cielo a una tira jóvenes esperando por ellas
JOSEFINA.-(Seria.) Las ironías me las deja a mí.
CURIOSO.-Perdón. ¿Quería añadir algo más?
JOSEFINA.-Sí, que si tuviesen que inmolar los Imanes de esa religión se acabaría el fanatismo.
CURIOSO.-¿A usted qué le impresiona más de las guerras?
NAPOLEÓN.-Todo. En la guerra nada es bueno.
CURIOSO.-Pero habrá cosas que le impactan más que otras.
NAPOLEÓN.-Quizá, ver a mujeres, ancianos y niños con una ametralladora en las manos, disparando al ruido que hace un misil al pasar, a una sombra, o a la mismísima luna, que puede que en cualquier momento dejen de ver.
CURIOSO.-Y dijo que nunca se acabarán.
NAPOLEÓN.-Dije, y lo mantengo.
CURIOSO.-(A JOSEFINA.) ¿Usted piensa como él?
JOSEFINA.-No, y no es por llevarle la contraria a mi amado. Imagine una cadena humana, desde Siberia a Finisterre, cogidos de la mano y gritando. ¡!Paz"! Imagine que se le uniese otra en África, otra en América y otra en Oceanía. ¿Quién iba a ser el guapo que empezase una guerra?
CURIOSO.-(A NAPOLEÓN.) No es una mala idea. ¿Quién se atrevería?
NAPOLEÓN.-¿Los de siempre?
CURIOSO.-Me temo que sí. Gracias a los dos.
TELÓN
SEGUNDO ACTO
(vemos a los de la partida en la mesa, a CURIOSO, paseando, a DOÑA INÉS, sentada en las rodillas de DON JUAN, y a BLAS y a MÓNICA, al lado del carrito, Suena el timbre de la puerta de acceso a la sala, Mónica, va a abrir. Abre la puerta, que está cerrada con llave. Es el DOCTOR MÓRRISON.)
D. MÓRRISON.-(De espaldas, en el quicio de la puerta, a alguien que no vemos.) Todos los días son iguales en este sitio. (Se vuelve.) Buenas tardes, Mónica.
MÓNICA.-Buenas tardes, doctor. (Cierra la puerta con llave.) Ahora mismo lo atendemos.
BLAS-Jonny, Celestina, Curioso, venid.
(El DOCTOR MÓRRISON, va con MÓNICA, junto a BLAS.)
DOCTOR MÓRRISON.-¿Te falta mucho, Blas?
BLAS.-Sólo estos tres.
CELESTINA.-(Está delante de JONNY y de CURIOSO.) Sin prisas, sin prisas que nos puede envenenar.
BLAS.-A ti el veneno no te haría daño.
JONNY.-(Mirando a Mónica. Canta) Dame veneno que quiero morir, dame veneno...
DOCTOR MÓRRISON.-(A BLAS.) ¿Es una impresión mía, o aquí esta pasando algo raro?
BLAS.-¿Raro? Lo raro es que no pasara nada raro.
DOCTOR MÓRRISON.-Si tú lo dices..
(Los tres toman sus dosis y vuelven a lo que estaban haciendo.)
BLAS.-(A MÓNICA.) Lleva el carrito para la oficina.
(MÓNICA, lleva el carrito de las medicinas a la oficina. BLAS y el D. MÓRRISON, se sientan en dos sillones de la sala de estar. El DOCTOR MÓRRISON, ve a DON JUAN, muy contento.)
D. MÓRRISON.-(A BLAS.) ¿Qué le pasa a Juan que está muy sonriente?
BLAS.-¿Qué quieres, don Juan?
DON JUAN.-¿Da usted la venia, señoría, para que doña Inés, mi fiel amada, se pierda conmigo en una llamarada, que a la misma gloria abrasaría?
(MÓNICA, llega de la oficina.)
MÓNICA.-(A BLAS.) ¿Les abro la puerta de los dormitorios?
BLAS.-¡Uy, qué contagioso es esto! ¿Tú sabes lo que acabas de decir?
MÓNICA.-Están sedados. ¿Qué va a hacer?
D. MÓRRISON.-Tenemos que hablar, Mónica.
BLAS.-Abre esa puerta. Mañana me voy del centro. Que se queden un buen recuerdo mío.
D. MÓRRISON.-Yo, me voy. Antes de irte, ven a verme, Blas.
MÓNICA.-¿Nos va a reportar.
D. MÓRRISON.-No. Mónica, voy a intentar buscar una cura a lo que habéis pillado.
MÓNICA.-¿No se queda a tomar café?
D. MÓRRISON.-Y lo dices tan pancha.
BLAS.-Tengo un brandy nuevo. Napoleón. Es francés. Tiene diez años.
D. MÓRRISON.-¿Intentas sobornarme? No os voy a reportar.
BLAS.-No era un soborno, era la invitación de un amigo.
D. MÓRRISON.-Lo había olvidado. Somos amigos. Venga ese brandy y que sea lo que Dios quiera.
(MÓNICA, abre la puerta de los dormitorios a DON JUAN y a DOÑA INÉS, cierra con llave y se sienta en un sillón.)
D. MÓRRISON.-(A BLAS.) Mientras Mónica va por ese brandy, háblame de los pacientes. Tú los conoces mejor que nadie. ¿Cómo vino a para aquí, Hipólito.
(MÓNICA, se va a la oficina de los enfermeros a por el brandy.)
BLAS.-Napoleón era un cabo chusquero, En unas maniobras sufrió un accidente y se quedó así (NAPOLEÓN, mira a BLAS, con cara de pena, BLAS, lo ve.) Claro que eso es lo que pone en su ficha, pero él y yo, sabemos que no es cierto. ¿Verdad, Napoleón? (Vuelve la sonrisa a la cara de NAPOLEÓN.) Y como querrá saber de los otros...
(BLAS, se calla, al oír las voces de DON JUAN y DOÑA INÉS.)
DON JUAN.-(Recita.) Con diez cañones por. por...
DOÑA INÉS.-(Canta.) Juntos, amor para dos...
(MÓNICA, llega con el brandy en dos vasos de plástico.)
BLAS.-(A MÓNICA) Así que estaban sedados. ¡Entra ahí y sácalos de inmediato.
MÓNICA.-Entra tú.
BLAS.-(Al D. MÓRRISON.) ¿Por dónde íbamos? Ah, sí. Le iba hablar de Curioso, era un estudiante de periodismo. Demasiadas horas de lectura...
(MÓNICA, les da los vasos de brandy, casi llenos.)
D. MÓRRISON.- (Mirando su vaso.) Falta me va a hacer. Habla de Cristina y a Josefa.
BLAS.-Josefina, quedó así al morir su marido. Era mercenario...
D. MÓRRISON.-¿A que guerra fue)
BLAS.-¿Guerra? Tenía una mercería. Y Celestina era una mujer alegre...
CELESTINA.-(Sin levantarse de la mesa.) Sólo cuando me pagaban, señor, sólo cuando me pagaban.
D. MÓRRISON.-Blas, una persona que tiene una mercería no es un mercenario.
BLAS.-Para Josefina, sí.
D.MÓRRISON.-Sí, claro. ¿Qué le pasó a Dámaso
BLAS.-Nostradamus...
NOSTRADAMUS.-De mi no vais tener tiempo a hablar.
(Se oye una conversación en los dormitorios.)
DOÑA INÉS.-¡Volved a mis brazos, don Juan! A medias me habéis dejado. Mirad mi rosa de agrado, que espera vuestro titán para hacer trizas el afán con su poderío embrujado.
DON JUAN.-(Suplica.) Dadme un respiro, por piedad, que tengo el talle agotado con tanta felicidad, pues tanto he nadado y nadado que me ahoga la humedad.
DOÑA INÉS.-Vos no me amáis, desvergonzado. Tres cabalgadas en la yegua y se os ve a la legua que ya no estáis interesado.
DON JUAN.-(Aporreando la puerta de los dormitorios.) ¡Abrid! Abrid, por el amor de Dios! ¡Abrid la puerta, puñeteros, que ya no tengo veinte eneros y ésta acaba con los dos!
(MÓNICA, abre la puerta de los dormitorios. DON JUAN, aparece, descamisado y con el pelo alborotado. DOÑA INÉS, lo tiene cogido por la cintura. MÓNICA, se ríe. DOÑA INÉS, suelta a DON JUAN, que se queda de pie, arrimado a la pared. MÓNICA y DOÑA INÉS, se sientan en dos sillones.)
BLAS.-(A DON JUAN.) ¿Qué te pasó, don Juan?
DON JUAN.-Tengo hambre, tengo sed, tengo ganas de meditar, que no todo va a ser amar. Amar está bien de cuando en vez, pero viendo llegar la flacidez, lo mejor es no arriesgar.
DOCTOR MÓRRISON.- (Ya está contentillo con el brandy.) Perdiste la pelea, Juan. No creo que te vuelvas a vanagloriar. ¿Qué sabor tiene la derrota?
DON JUAN.-(Muy serio.) Os veo muy poco moreno para ser un moro alocado, un rufián, un necio, un chalado, un sucio Galeno nazareno.
DOCTOR MÓRRISON.-Me sabe mal, pero a ti te meto una dosis que duermes tres días. ¡Puñetero racista!
BLAS.-(Al D. MÓRRISON.) Don Juan, no es así. Jamás le oí salir de su boca una palabra racista.
MÓNICA.-(A DON JUAN.) ¿Eres racista, don Juan?
DON JUAN.-Las palabras de un enfado son cómo las olas del mar, ellas no quieren dañar, mas lo hacen con desagrado, cuando se ven acorraladas por el acantilado. No es racista mi pasado, ni será racista mi caminar, no odio ni sé odiar, no soy un desalmado.
BLAS.-(Al D. MORRISON.) Ya sabía yo que Juan no es racista. Aquí, en esta sala, nadie lo es.
CELESTINA.-(Se levanta de la mesa. A BLAS) ¿Tendríais una noche de pasión con una negra.
BLAS.-O dos, o tres, o las que hicieran falta.
CELESTINA.-Si un día os casáis y tenéis una hija. ¿Meteríais a un negro en vuestra casa?
BLAS.-¡¿Estás por joderme, Celestina?!
CELESTINA.-(Volviendo a la mesa.) A eso andamos, jefe, a eso andamos.
(Suena de nuevo música de Beethoven. CURIOSO, se acerca a CELESTINA.)
CURIOSO.-¿Me concede el placer de entrevistarla?
CELESTINA.-El placer es todo mío, caballero.
CURIOSO.-(Paseando por la sala con CELESTINA.) Vamos al grano. ¿Qué me puede decir de la prostitución?
CELESTINA.-¿Prostitutas? Flores de la noche, amapolas de las equinas. Flores que por necesidad venden su aroma, Ellas ejercen la profesión más vieja del mundo.
CURIOSO.-¿Cómo son? ¿Cómo viven? ¿Qué opina de ellas?
CELESTINA.-¿Cómo se puede ser viviendo en un averno en el que la miseria lleva su nombre grabado a fuego? ¿Y cómo puede vivir alguien soportando fétidos alientos en un catre de mala muerte? ¿Y qué opino de ellas? Son ángeles desterrados del Paraíso, son, mis hermanas.
CURIOSO.-Hable de cuando estaba fuera.
CELESTINA.-(Suspira,) Yo era la luz de una posada. La que recibía a señores y a vasallos, a religiosos y a rufianes, y por supuesto, a alguna bella dama.
TORQUEMADA.-(Se levanta.) ¡Pecadoooooooora!
JONNY.-Sienta y calla o te callo.
(TORQUEMADA, se sienta. CURIOSO, sigue con la entrevista.)
CURIOSO.-`Parece que vivió en Sodoma y Gomorra. Las damas...
CELESTINA.-No confundáis las cosas, caballero. Con las damas, les aprendía el lenguaje del amor, para que supieran como dar placer a sus futuros esposos.
CURIOSO.-¿Por qué os metieron en este centro?
CELESTINA.-Por unir a un poderoso caballero con una de mis amigas de profesión. A su esposa, la amante de su confesor, no le gustó
CURIOSO-.Antes, me dijo que las.... flores, lo pasan fatal, pero hay flores que ejercen la prostitución de lujo.
CELESTINA.-¿Cuántas son? ¿Cuánto tiempo les dura? La belleza y la edad son enemigas. Vos queréis ver gloria en la miseria,
CURIOSO.-¿Y no la hay?
CELESTINA.-¿Gloria? Queréis ver las arena y no queréis ver las rocas. Imagine a una vieja, sonriente, que se quita la ropa en una habitación de mala muerte. Aparece la flacidez de sus senos, la grasa de su cintura, sus arrugas. Esta vieja tiene que vender sus despojos para poder comer... ¿La imagináis?
CURIOSO.-Sí, y no es una grata visión
CELESTINA.-Imaginad ahora que esa vieja es vuestra madre.
CURIOSO.-¡Sería terrible!
CELESTINA.-Lo es. Podría ser más llevadero si el cinismo no fuese tan viejo como la prostitución
CURIOSO.-¿Qué quiere decir?
CELESTINA.-Quiero decir que la sociedad es tan hipócrita como para aceptar que formen una familia dos hombres o dos mujeres, que lo veo bien, y está en contra de que se legalice la prostitución. ¿Os imagináis a una prostituta cotizando a la seguridad social por su trabajo?
CURIOSO.-Sí, y me parece una buena idea. Estarían con seguridad social y se evitarían muchas enfermedades.
CELESTINA.-¡Qué pena que nosotros estemos locos y los que mandan, cuerdos
CURIOSO.-Sí que es una pena, sí. Gracias por la entrevista.
CELESTINA.-Gracias la que tú tienes, guapo.
BLAS.- (Al D. MÓRRISON, viendo cómo CELESTINA, vuelve a la mesa con su peculiar movimiento de caderas.) ¿Usted iría a una casa de prostitutas?
D. MORRISON.-De flores, Blas, de flores.
BLAS.-Vale, flores, ¿iría?
D.-MÓRRISON.-Tengo en mi casa una mujer que es mucha mujer.
BLAS.-La aprecia mucho.
D. MÓRRISON.-Sí, aprecio mucho mi dentadura.
BLAS.-Pues sí que es mucha mujer, sí. Yo, nunca iría a un sitio de esos. Un hombre de verdad no paga por sexo, y yo soy muy hombre.
D. MORRISON.-¿Empieza a hablar el brandy?
BLAS.-(Hace como que no escucha. A CURIOSO.) ¿Por qué no haces la próxima entrevista, aquí, en la sala? Que digo, la próxima, todas las que te quedan.
(CURIOSO, va junto a NOSTRADAMUS, que le dice algo al oído. CURIOSO, sonríe. Esta vez no hay música.)
CURIOSO.-(A JONNY.) ¿Te animas, Jonny?
JONNY.-Vamos allá.
(JONNY, se sienta en un sillón, CURIOSO, esta de pie, con su inseparable grabadora de juguete en la mano.)
CURIOSO.-¿Esperas algo especial de este día, Jonny)
JONNY.-Nada, tronco, nada, aparte de la entrevista, nada.
CURIOSO.-Tu tocabas en un grupo. ¿Verdad?
JONNY.-(Sonríe.) Los Sexy Boys, tio. Molábamos mazo. Las titis se meaban en las bragas cuando tocábamos y después las lanzaban al escenario. ¡Éramos los putos amos!
CURIOSO.-¿No erais teloneros?
JONNY-Sí, fiera, éramos teloneros de los teloneros de algunos que se las daban de importantes.
CURIOSO.-Lo malo fue lo de las drogas. Te jugaron una mala pasada.
JONNY.-(Altivo.) ¡Mentira podrida! No fueron las drogas las que me metieron el soponcio. Fue el calor de la sala.
CURIOSO.-¿Quieres negar qué tomabas drogas?
JONNY.-(Sonriente.) No, claro que tomaba drogas, colega. Las drogas es lo mejor que hay. ¡Vives en un mundo maravilloso! Eres un dios. Tienes tu propio universo. Las titis te adoran porqué saben que vas a dar el mil por cien. Vives en tu propia nube. ¡Eres la estrella de las estrellas.
CURIOSO.-Eso en las subidas... ¿Y en las bajadas?
JONNY.-¡A qué te meto una guaya y comienzas a derramar ideas más placenteras!
CURIOSO.-(Inmutable.) ¿Por qué? ¿En que te ofendieron mis palabras?
JONNY.-Llega un aroma a café...
CURIOSO.-Nadie está tomando café.
JONNY.-Estás en Babia, tolay. Pregunta por cosas hermosas. ¿A quién le importa el lado oscuro? De miserias ya está el mundo lleno.
CURIOSO.-Vale. ¿Qué es para ti algo bueno?
JONNY.-¡¡Un viaje!!
CURIOSO.-¿Adonde?
JONNY.-A la paz, a la felicidad, a...(De repente, se pone triste.) ¡Malditos sean los caminos de la selva! Aún puedo ver cómo me persigue el mono. ¡Aún puedo sentir el león de fuego que quemaba mis entrañas! ¡¡Maldito aquel mundo infame!! ¡Y malditos sean los que viven de él!
CURIOSO.-Otros quedaron en el camino, tú sigues vivo.
JONNY.-¿Pero no soy nadie. Soy una piltrafa humana.
CURIOSO.-Aquí dentro eres una estrella.
JONNY.-(Vuelve a sonreír.)¡Tienes razón! ¿Te canto algo?
CURIOSO.-Más tarde. Tengo que torear a tres toros bravos
BLAS.-(A JONNY.) Las drogas destrozan muchas familias Jonny, lo malo es que todo empieza con una simple cerveza, se pasa al porro y del porro la escalada ya es imparable.
JONNY.-A mí me lo va a decir.
CURIOSO.-(A BLAS.) Si no fuera porque alguien va a venir reclamando su turno, iba con usted.
BLAS.-¿Conmigo? ¿Me has visto cara de loco?
(TORQUEMADA, se levanta de la mesa y va hasta el comedor. Se oye otra vez música de Beethoven.)
TORQUEMADA.-(A CURIOSO.) Reclamo mi turno para ser entrevistado.
BLAS.-(A CURIOSO.) ¿Cómo sabías que Torquemada iba a venir? ¡¿Y qué coño le pasa a esa maldita cadena musical?!
CURIOSO.-(Sonríe.) Cosas de Merlín.
BLAS.-(Mirando a NOSTRADAMUS, que sonríe.) La cosa se está complicando, Mónica.
MÓNICA.-Y más que se va a complicar.
DOCTOR MÓRRISON.-¿A qué os referís, Blas.
BLAS.-Yo, si fuera usted, me iba.
TORQUEMADA.-(Sentado en un sillón, a CURIOSO) Dejad a estos necios con sus paranoias y comenzad la entrevista.
CURIOSO.-(De pie.) ¿Qué opinión tiene de mi tutor?
TORQUEMADA.-¿Quién es vuestro tutor?
CURIOSO.-Usted lo conoce por Nostradamus.
TORQUEMADA.-(Mira a NOSTRADAMUS, que sigue sonriendo.) Lo odio. ¡Cómo lo odio!
CURIOSO.-Despáchese, despáchese a gusto.
TORQUEMADA.-No merece mis palabras. Desde luego, ¡Quién me ha visto y quién me ve!
CURIOSO.-Mucho poder no tiene, no. ¿Usted pecó alguna vez?
TORQUEMADA.-(Sorprendido.)¡¿Yo?!
CURIOSO.-Si quemar personas en la hoguera no es pecar...
TORQUEMADA.-No fui yo, fue el inquisidor, yo lo que tengo de él, es su espíritu. Se metió dentro de mí.
CURIOSO,-Hoy, no, pero a veces, cuando se enfadó, llegó a decir que quemaría a más de uno.
TORQUEMADA.-Sí, lo he dicho, pero mi hoguera es la de la crítica.
CURIOSO.-¿Quemaría en esa hoguera a los pederastas?
TORQUEMADA.-En esa hoguera y en la otra.
CURIOSO.-Ahora es usted mismo. ¿Quemaría en esas dos hogueras a los que atesoran riquezas mediante engaños?
TORQUEMADA.-Sólo en la primera.
CURIOSO.-¿Y a los que pudiendo ayudar a los necesitados no los ayudan?
TORQUEMADA.-Sí.
CURIOSO.-Usted sabe que en las Iglesia hay pederastas y que casi todo lo que tiene fue conseguido con engaños y que si quisieran acabarían con el hambre en el mundo. Que en el mismo Vaticano hay luchas por el poder. Dígame. ¿Los quemaría en alguna de las hogueras?
TORQUEMADA-No hace falta que los queme en la hoguera de la crítica, ya los habéis quemado vos.
CURIOSO.-Hay muchas religiones. Cristiana, Budista, Mahometana... ¿Cuál sería la mejor opción para las personas de Fe? Eso, sabiendo que, todas y cada una de ellas, esconden detrás un negocio.
TORQUEMADA.-¿Os gusta el fútbol?
CURIOSO.-Sí.
TORQUEMADA.-La religión es cómo un gran club de fútbol al que cualquiera puede seguir. Este club puede estar en Arabia, en China, España, América..., si vos sois de este club, desde niño, de mayor, es muy raro que os cambiéis a otro. Y da lo mismo que sus dirigentes sean unos incompetentes, que veáis que detrás de él hay un negocio... ¿Respondí a vuestra pregunta?
CURIOSO.-(Sarcástico.) ¡Alá, Madrid!
TORQUEMADA.-(Más sarcástico todavía.) Y los árbitros que le hacen ganar.
CURIOSO.-Agárrese fuerte que vienen curvas. ¿Usted, antes de qué el espíritu de Torquemada, hiciera de las suyas. ¿Tenía novia?
TORQUEMADA.-(Nervioso.) Sí. Murió quemada. No conseguí salvarla. Aquel maldito cigarrillo, en el pajar, después de hacer el amor. ¡El pajar en llamas! ¡¡Sus gritos!! ¡Maldito sea este camino de espinas! ¡¡Malditas las sombras qué me persiguen!!
CURIOSO.-¿En ese momento llegó el espíritu de Torquemada?
TORQUEMADA.-¿El espíritu? ¡La maldición de Torquemada.
(MÓNICA, se levanta y va junto a TORQUEMADA, que está abatido.)
MÓNICA.-(A CURIOSO.) ¿Cómo puedes ser tan cruel?
CURIOSO.-No es crueldad. Llevaba años encerrado en si mismo. Hoy pudo soltar toda su rabia.
(Suena música de Beethoven. Todos miran para CURIOSO. Para la música.)
NOSTRADAMUS.-(A TORQUEMADA.) Volveréis a ver a vuestra amada.
TORQUEMADA.-(Sonríe, por primera vez.) ¡¿De verdad, profeta? ¿Cuándo la veré?
NOSTRADAMUS.-Cuando os conviene soy profeta y ya no me odiáis. Os responderé. Antes de ver a vuestra amada, veréis regresar a las golondrinas, treinta veces.
TORQUEMADA.-Tendré más de setenta años, seré viejo para ella.
NOSTRADAMUS.-El alma no tiene edad, amigo mío.
(Suena la Heroica de Beethoven, una marcha fúnebre. El que más y el que menos, se acongoja. NOSTRADAMUS, sonríe.)
CURIOSO.-Le toca, Jefe.
BLAS.-Mira, no iba a dejar que me entrevistaras, pero ahora, por la musiquita de las narices, puedes preguntar lo que quieras.
CURIOSO.-Sabía que lo entrevistaría, después le toca al doctor Morrison y a la señorita Mónica.
BLAS.-Eso será si quieren.
CURIOSO.-(Mira para MÓNICA y para el D. MÓRRISON, que no dicen nada.) Querrán. Lo están deseando.
BLAS.- (A CURIOSO.)Adelante, sacapuntas, dispara.
CURIOSO.-De disparar me va a hablar. Con once años persiguió a un petirrojo media hora. Cuatro balines le metió, casi lo despluma antes de matarlo. ¿Por que esa saña con los pájaros?
BLAS.-(Mira a NOSTRADAMUS, que no quita su sonrisa de sátiro de su boca.) Era un niño.
CURIOSO.-Con 16 años mató de un balazo a un ciervo. ¿Qué pasó cuando fue a cobrar la pieza?
BLAS.-Prefiero no hablar de eso.
CURIOSO.-Ya, porqué vio en los ojos del ciervo. a un asesino. ¿Quién era ese asesino?
BLAS.-No sigas por ahí.
CURIOSO.-¿Se considera un asesino?
BLAS.-¡Te dije qué no siguieras por ahí!
CURIOSO.-Vale. Antes de enfermero, fue policía. ¿Por qué dejó el cuerpo?
BLAS.-No soy un asesino.
CURIOSO.-¿Cuántos años tenía el niño qué mato?
BLAS.-(Se derrumba.) Siete. Fue una bala perdida. No fue culpa mía... ¡Fue culpa mía! Maldita sea. ¡Soy un asesino!
CURIOSO.-Ahí quería llegar. Usted no es un asesino. En el momento en que vio su cara reflejada en los ojos del ciervo, se dio cuenta de lo que hacía estaba mal. Murió la criatura y nació el hombre. Lo del niño, fue un trágico accidente. No debe culparse.
BLAS.- (Creciéndose. Al D. MÓRRISON.)Se tiran los pájaros a las escopetas. Ahora, los locos, son psiquiatras.
D. MÓRRISON.-¿Por qué no le das las, gracias, Blas? Te acaba de quitar un enorme peso de encima.
BLAS.-(Mira a NOSTRADAMUS.) ¿Un enfermero, darle las gracias a un loco? Me lo pensare.
CURIOSO.-(Al D. MÓRRISON.) ¿Vamos allá, patero?
D. MÓRRISON.-¿Qué me has llamado?
CURIOSO.-Patero. ¿Cómo llegó a España?
D. MÓRRISON.-En primera clase...
CURIOSO.-No lo sabía. ¿Iba de primero en la patera?
D. MÓRRISON.-Mentir no va a servir de nada, ¿verdad?
CURIOSO.-No. ¿De que huía cuando vino a España?
D. MÓRRISON.-De la guerra y de mis enemigos políticos.
CURIOSO.-Vamos por buen camino. ¿Qué opina de los "sin papeles"?
D. MÓRRISON.-Que hay de todo. Los que vienen a delinquir y los que buscan una vida mejor.
CURIOSO.-Cómo los que venían con usted en a patera. ¿Qué pasó en alta mar?
D. MORRISON.-Una desgracia. Un golpe de mar se llevo a siete mujeres tres hombres y dos niños. Imagino sus últimos pensamientos... a las mujeres pensando en sus chozas. a los hombres, en dunas y en camellos y a los niños, pobrecitos, jugando con una pelota. Muchas noches, puedo ver sus ojos, mirándome desde el fondo del mar, y lloro desconsoladamente.
CURIOSO.-¿Remordimientos?
D. MÓRRISON.-Sí, yo fui e que los animó a emprender la aventura.
CURIOSO.-Deje de echarse la culpa, si no emprendieran esa aventura con usted, la hubieran emprendido con cualquier otro.
(MÓNICA, se levanta, y trata de escapar de la quema.)
BLAS.-(Sonriente.) ¿Adonde vas, Mónica?
MÓNICA.-(Sentándose.) A ningún sitio. Estiraba las piernas.
D. MORRISÓN.-(Lanza otro lingotazo de brandy, A MÓNICA.) ¿Qué puedes tener tú escondido en el baúl de las miserias? Eres demasiado joven.
CURIOSO.-(A MÓNICA.) Cuando tenía 16 años...
MÓNICA.-(Se levanta.) No, Curioso, no, por ahí no paso. Ya pasé una vez.
CURIOSO.-¿Tiene miedo del qué dirán?
MÓNICA.-Me importa un bledo lo que los demás piensen de mí.
CURIOSO.-No quiere recordar a su amiga muerta.
MÓNICA.-(Se sienta.) Eres cruel. No te apiadas ni de tu sombra.
BLAS.-¡Se terminó la entrevista, Curioso! ¡¡A joder a tu puta madre!!
MÓNICA.-No te reconozco, Blas.
BLAS.-Éste y el cabronazo de Nostradamus se están poniendo las botas con las miserias de los demás. ¡Ya está bien, coño!
D. MÓRRISON.-Yo creo que nos están ayudando, Blas. Seguro que si Mónica, se desahoga contando lo que le pasó, se quedará aliviada. No es bueno guardar ciertas cosas en nuestro interior.
BLAS.-Y una mierda.
MÓNICA.-Calle, jefe, calle que está más guapo callado.
CURIOSO.-(A MÓNICA.) ¿Seguimos?
MÓNICA.-Dale.
CURIOSO.-¿Qué había entre Alicia y usted?
MÓNICA.-¡Hasta el nombre le sabes! Éramos amigas. Amigas íntimas, muy íntimas.
CURIOSO.-Alicia, se suicidó, ¿verdad?
MÓNICA.-Sí, se suicidó por que se creía causante de la muerte de otra chica.
CURIOSO.-¿La chica de la que hacíais burla porqué era bajita y gorda?
MÓNICA.-Sí.
CURIOSO.-¿Fue ese día cuándo usted se cortó las venas?
MÓNICA.-¿Ahora quieres jugar conmigo? Sabes que fue por culpa de mi padre.
CURIOSO.-El alcohólico, desgraciado que abusaba de usted desde los 7 años y al que su madre, que era otra alcohólica, le daba el visto bueno.
MÓNICA.-Eso no me daba derecho para pegar o acosar a nadie, y menos a una cría que bastante tenía con su sobre peso.
CURIOSO.-¿Y las ostias que le daba su padre, tampoco ayudaban?
MÓNICA.-No, era mi naturaleza, yo era mala.
CURIOSO.-Señorita Mónica. La educación que reciben los niños en sus casas es lo que se va a reflejar en la calle. Créame, si su naturaleza fuese mala, sería mala, antes, y ahora. Por cierto, su padre y su madre están bien.
MÓNICA.-Bien muertos, dirás.
CURIOSO.-Muertos, pero bien. Están está en la caldera 666. 666. 666 del infierno.
FIN DEL SEGUNDO ACTO
TELÓN
TERCER Y ÚLTIMO ACTO
Vemos a MÓNICA. CELESTINA, JOSEFINA y a DOÑA INÉS, de pie, junto a la puerta de acceso a la sala, al D. MÓRRISON y a BLAS, apurando lo poco que queda de la botella de brandy, DON JUAN , está sentado en un sillón, JONNY, TORQUEMADA, NAPOLEÓN Y NOSTRADAMUS, siguen sentados a la mesa, CURIOSO, sigue paseando por la sala.
MÓNICA, seguida, por las otras TRES mujeres, va junto a BLAS.
MÓNICA.-Creo que se avecinan problemas, jefe.
BLAS.-(Contento.) Problemas a mí. Trae esos problemas que me los meriendo.
MÓNICA.-Josefina quiere ir a los dormitorios con Napoleón.
BLAS.-¡Sobre mi cadáver!
NAPOLEÓN.-(Se levanta y viene corriendo. A MÓNICA, y señalando a BLAS.) ¡Sobre el cadáver de este señor!
BLAS.-(A JOSEFINA.) Tu emperador se acojonó.
JOSEFINA.-Con la ilusión que me hacía...
NAPOLEÓN.-(A BLAS.) Nadie llama acojonado a un emperador y sigue con vida. ¡Levantaos!
BLAS.-(A MÓNICA.) Abre la puerta de los leones.
NAPOLEÓN.-Bromeaba, señor, bromeaba. Vos no me podéis mandar a galeras...
JOSEFINA.-(A NAPOLEÓN.) No muerdo, señor.
NAPOLEÓN.-Morder, no morderéis, pero dientes, tenéis. Mirad a don Juan, fuerte, joven y cagado, cagado hasta las orejas...
JOSEFINA.-¿Y vos queríais conquistar el mundo?
DOCTOR MÓRRISON.-(Le quita las castañas del horno a NAPOLEÓN.) La psicología inversa que estás usando con Blas, no te va a servir de nada. No os va a abrir la puerta de los dormitorios.
NAPOLEÓN.-Me pillasteis. ¡Yo, que iba a hacer la faena de mi vida! No cómo don Juan, que la cagó.
DON JUAN.-Amigo, mío, a toro pasado todo el mundo es valiente, mas no seáis imprudente, que podéis ser toreado por un bello tornado, que os nublará la mente, si al jefe, de repente, se le ocurre ser malvado.
(Llaman a la puerta. MÓNICA, va a abrir. Son los pacientes que fueron al dentista, JOB, RISITAS, que viene de la mano de GARDENIO, SALOMÓN y TÁCITO. Los traen un enfermero y una enfermera, a los que no vemos, Los pacientes se irán acomodando en la sala de estar.)
MÓNICA.-(Desde el quicio de la puerta, a Él.) Gracias por traerlos.
VOZ DE ÉL.-Forma parte de nuestro trabajo.
MÓNICA.-(A ELLA.) Nos vemos más tarde.
VOZ DE ELLA.-Nos vemos.
BLAS.-¿Cómo os fue en el dentista, Gardenio?
GARDENIO.-(Andares, ademanes y voz de mariquita.) Horrible. El sucio taladro, haciendo, hiiiiiiiiiiii, hiiiiiiiiiiiiiii, hiiiiiiiiii. Fue horrible, cielo.
BLAS.-Eso de cielo, sobraba.
JONNY.-(Desde la mesa.) Dios los da y ellos se juntan. ¿Jefe, me chupa la punta?
BLAS.-(Se levanta.) ¡Lo mato, a ese lo mato!
GARDENIO,-No se manche. Déjemelo a mí.
(GARDENIO, va hacia JONNY.)
JONNY.-(Se levanta.) Ven, ven que te voy a hacer un agujero nuevo.
GARDENIO.-(Encara a JONNY. Le enseña las uñas.) No te pego porqué es de hombres, pero te araño, te araño y te
araño.
JONNY.-Acongojado.) ¡Va de retro, Satanás!
BLAS.-No vale la pena, Gardenio. ¿No ves qué está temblando?
JONNY.-(A BLAS.) Lo que me tiembla es el culo, maricón.
BLAS.-¡Lo mato!
GARDENIO.-Lo tengo yo más cerca, vida mía.
BLAS.-¡¡Los mato a los dos!!
(Suena música de Beethoven. Gardenio, se sorprende.)
GARDENIO.-¿Y esa música, Jonny?
JONNY.-¡Ojalá sea la de tu funeral!
(CURIOSO, se acerca a GARDENIO.)
CURIOSO.-¿Dispuesto a confesarte, Gardenio?
GARDENIO.-¿Es mi momento de gloria? ¡Qué ilusión!
BLAS.-(Al D. MÓRRISON.) Los salvó la campana. Les iba meter a los dos las del pulpo,
D. MÓRRISON.-Blas.
BLAS.-¿Qué?
D. MÓRRISON.-¿Estás borracho?
BLAS.-Calle, calle que van a destripar a Gardenio.
MÓNICA.-(A GARDENIO.) Yo, si fuera tú, no estaría tan contento.
GARDENIO.-¿Envidia, bonita?
MÓNICA.-¿Envidia? A mi me encontró las cosquillas. A ti no le va a hacer falta que le ayude Nostradamus.
GARDENIO.-¿Están compinchados?
MÓNICA.-Compinchadísimos.
GARDENIO.-(Mira a NOSTRADAMUS, y ve su sonrisa burlona. A CURIOSO.) Va a ser que lo dejamos para otro día, Curioso.
CURIOSO.-(Sonriendo.) Me da a mí que va a ser hoy.
GARDENIO.-Es que estoy mojada. Tengo que ir a cambiarme las bragas.
CURIOSO.-Las tienes sequitas, Hablando de bragas. ¿De que color las llevas?
GARDENIO.-Me gusta la pregunta. Rojas, las llevo rojas.
CURIOSO.-¿Por qué eres trucha?
GARDENIO.-Soy un mujer prisionera en el cuerpo de un hombre.
CURIOSO.-¿Eres un infeliz?
GARDENIO.-No, las mujeres sentimos las cosas mucho más que los hombres.
CURIOSO.-Te voy a quitar la careta, Gardenio. A ti te gustan las mujeres, de hecho, a los hombres los odias.
GARDENIO.-Mientes más que hablas, guapo, y tu jefe no es más que un chapuzas, oyó tocar las campanas pero no supo donde.
NOSTRADAMUS.-¡¿Qué habéis dicho?!
GARDENIO.-(A MÓNICA.) ¿Es brujo, cómo dicen?
MÓNICA.-¡Brujísimo!
GARDENIO.-La verdad es que marica, soy y no soy, lesbiana, soy y no soy...
CURIOSO.-Raro, raro, raro, pero bueno, no me extraña, los tipos como tú sois raros.
GARDENIO.-Raras.
CURIOSO.-Raras. ¿Tus padres que te dijeron cuando les dijiste que sentías cómo sientes?
GARDENIO.-Mi madre, rompió a llorar y mi padre me rompió la cara y me echó de casa.
CURIOSO.-Tu padre es militar, de carrera, ¿no?
GARDENIO.-Sí, y pasé de ser su hijo a ser su vergüenza.
CURIOSO.-La sociedad, cambió mucho estos últimos veinte años.Ya podéis caminar con la cabeza bien alta...
GARDENIO.-¡¿En qué mundo vives?! Los maricas siempre serán unos come mierda. Unos apestados. Seguiremos recibiendo palizas de los degenerados de verdad, ¿Sabes el chiste preferido de esos hijos de su madre?
CURIOSO.-Yo lo sé todo, Por eso te haré la pregunta a ti. ¿Dónde está la Tierra Prometida de los mariquitas?
GARDENIO.-En el culo, del mundo, Curioso, y ahí es donde nos quieren ver.
CURIOSO.-Gracias por la entrevista, Gardenio. ¿A qué no lo pasaste mal?
GARDENIO.-Al contrario, me gustó.
D. MÓRRISON.-(A BLAS.) ¿Le echamos la definitiva?
BLAS.-Definitiva tiene que ser. No queda más.
(BLAS, sirve el brandy que queda.)
MÓNICA.-Si se enteran los de arriba...
BLAS.-A mí ¡plin! Dentro de poco dejo de formar parte de este circo.
D. MÓRRISON.-Pues, a mí, no me gusta mucho que los pacientes tengan esa arma arrojadiza en la mano. En esta sala nunca hubo secretos.
(CELESTINA, le dice algo al oído a CURIOSO, que va junto a BLAS,)
CURIOSO.-¿Me deja entrevistar a Risitas, jefe?
BLAS.-¿Se te fue la olla?
CURIOSO.-Hace años que se me fue, jefe
BLAS.-¿Te olvidas de qué es ciego, sordo y mudo? Si es casi un vegetal?
CURIOSO.-Hablará Celestina por él.
BLAS.-No me digas más. Olvida a Risitas (BLAS, mira para Risitas, que está sentado en la alfombra, con su eterna sonrisa en los labios.) y la lianta... Risitas, si el pobre no da ni tiene.
CELESTINA.-Da más que vos y tiene más que vos.
BLAS.-¿Qué insinúas, pesadilla?
CELESTINA.-Insinúo que puede oler, sentir, acariciar.
BLAS.-¿Adonde quieres ir a parar?
CELESTINA.-A los dormitorios. La noche. Una enfermera, viciosa y permisiva. Un encargado, aún más viciosa que ella...
BLAS.-¡Mientes más que hablas!
CELESTINA.-Pregunte a alguna hembra de las presentes.
NAPOLEÓN.-(Alarmado.) ¿Habéis jugado con mi hombría?
JOSEFINA.-No podría. No tenéis.
NAPOLEÓN.-Cierto, muy cierto.
DON JUAN.-(A DOÑA INÉS.) ¿Habéis sido ingrata? ¿Habéis metido la pata?
DOÑA INÉS-No creáis a esas enredadora, que yo soy muy señora y sólo a vos doy la nata.
DON JUAN.-Os creo, sois gata, mas mi gata.
CELESTINA.-(A BLAS.) Si es mentira lo que digo ¿cómo es que tengo una llave maestra cómo la vuestra? (La saca de entre los senos y se la enseña.) ¿Podéis explicarlo?
D. MORRISON.-¡La qué se va a armar!
MÓNICA.-Ya está armada.
TORQUEMADA.-¡El apocalipsis está cerca.
CELESTINA.-(A TORQUEMADA.) Callaos o hablo de vos.
TORQUEMADA.-El apocalipsis se aleja.
GARDENIO.-Sois mala, Celestina, las cosas de alcoba se quedan en la alcoba.
BLAS.-¡Estáis todos en el ajo!
GARDENIO.-Algunos estamos en el ojo, cariño.
BLAS.-¡A qué te meto!
GARDENIO.-¿Delante de todos? Impulsivo.
BLAS.-(Se levanta y alza la mano.) ¡Te mato!
D. MÓRRISON.-¡Qué te pierdes, Blas!
GARDENIO.-Déjelo, que se pierda, después me pierdo con usted.
D. MÓRRISON.-¡Dale, Blas, dale!
GARDENIO.-(Echa a correr.) Brutos, que sois unos brutos.
BLAS.-Se me desmadran, doctor. ¿Qué hago?
D. MÓRRISON.-Echa un chupito de brandy que...
(Suena música de Beethoven. BLAS, respira aliviado. Mira a NOSTRADAMUS, y parece darle las gracias con su mirada. CURIOSO, va a entrevistar a JOB.)
CURIOSO.-¿Puedo hacerte unas preguntas, Job?
JOB.-(Sordo, lee los labios) ¿Qué preguntas serán esas?
CURIOSO.-Fáciles. ¿Cómo llevas la sordera?
JOB.-Con paciencia, con mucha paciencia.
CURIOSO.-¿Te llevó mucho tiempo aprender a leer los labios?
JOB.-Ya ni me acuerdo.
CURIOSO.-¿Es pesada la cruz de la sordera?
JOB.-Mucho, pero menos que tener que ver la indecencia.
CURIOSO.-¿Qué indecencia?
JOB.-La indecencia del vuelo del buitre sobre un muerto viviente que llora al ver cómo lo está desangrando.
CURIOSO.-¿A qué te refieres?
JOB.-Al mundo.
CURIOSO.-¿El mundo es un buitre?
JOB.-El mundo es el cadáver.
CURIOSO.-¿Y quién es el buitre?
JOB.-El hombre.
CURIOSO.-¿Nos estás llamando buitres a los hombres?
JOB.-Sí. Tú eres un buitre de la noticia. Otros lo son del Poder. Cada uno, a su manera, es un buitre en lo suyo. Hasta el pobre es buitre del que es más pobre que el.
CURIOSO.-Explica eso del pobre.
JOB.-¿Has visto algún pobre que no quiera ser rico?
CURIOSO.-En ese caso, tú también eres un buitre.
JOB.-Yo soy el peor buitre de todos. Un buitre que se ensaña con todos y que se olvida, aposta, de que también hay calandrias y ruiseñores.
CURIOSO-Así que sí. Lo haces aposta. Tú lo has querido. Hace años, tu esposa era una calandria y tu mejor amigo, un ruiseñor. ¿Qué pasó para que se volvieran buitres?
JOB.-Veo que quieres hurgar en la herida. No sé quien te habló de mi pasado, pero has dado en el clavo, las personas que más quería, me devoraron vivo.
CURIOSO.-¿Cuándo te enteraste?
JOB.-Los encontré en mi cama. Oí su vuelo, el vuelo de dos buitres que estaban devorando mi mundo.
CURIOSO.-¿Qué hiciste?
JOB.-Temblar. Se me rompió todo por dentro.
CURIOSO.-¡¿No les diste su merecido?!
JOB.-¿Y qué querías qué hiciera? ¿Querías que los atacara con los cuernos?
CURIOSO.-¿Tan lejos te quedan los hechos como para tomártelo a broma?
JOB.-Cosas mucho peores pasan cada día.
CURIOSO.-¿Y no tendrá algo que ver cierta rubia... ¿Cómo se llamaba?
JOB.-Salomé. Sí, con el tiempo comprendí que lo que me hizo mi esposa lo tenía bien merecido.
CURIOSO.-Tu esposa y tu mejor amigo están juntos y tienen 5 hijos...
JOB.-Querías llegar ahí, buitre, querías llegar ahí.
CURIOSO.-Es el origen de tu locura, ¿Cómo se llama?
JOB.-Se llama, Salomé, cómo su madre, fue el primero de los 5.
CURIOSO.-Si volverías a nacer volverías a engañar a tu mujer?
JOB.-Sin dudarlo, sí,
CURIOSO.-¿Para qué?
JOB-Para que fuese feliz.
CURIOSO.-Gracias, Job.
JOB.-¡Qué te den, Curioso, qué te den!
MÓNICA.-(A BLAS.) ¿Tú eres cazador o presa?
BLAS.-Ni una cosa ni la otra. Me gusta pasar desapercibido.
MÓNICA.-Te gusta formar parte del paisaje.
BLAS.-Algo así.
MÓNICA.-(Al D. MÓRRISON.) ¿Usted fue conquistador o conquistado?
D. MÓRRISON.-Yo conquisté a mi esposa dejándome conquistar.
(Suena música de Beethoveen. BLAS, se mosquea.)
BLAS.-¡Ahora, no, Curioso!
CURIOSO.-Ahora, sí, falta muy poco para el cambio de turno. Por cierto. tirar la botella de brandy a la basura. Aunque no se yo si no se darán cuenta igual. Con la tajada que tenéis..
MÓNICA.-(Coge la botella de la mesa.)Voy a deshacerme del cuerpo del delito
(BLAS y el D. MÓRISON, se miran y no dicen nada. MÓNICA, lleva la botella a la cocina para echarla a la basura.)
CURIOSO.-(A SALOMÓN, que es ciego) Vamos al grano, señor sabiduría.
SALOMÓN.-Si empezamos con cachondeos, malo.
CURIOSO.-Era para romper el hielo. Tu estudiabas derecho y se te fue la olla de tanto estudiar.
SALOMÓN.-Cómo a ti, Curioso, sólo que tú estudiabas periodismo.
CURIOSO.-Limítate a responder mis preguntas. ¿Qué opinas de los políticos? Si acabaras derecho, podrías ser uno de ellos.¿Hay demasiado incompetente?
SALOMÓN.-Puede ser. No obstante, entre tanta agua salada, hay agua dulce que, desgraciadamente, mucha acaba en el mar.
CURIOSO.-¿Se contaminan?
SALOMÓN.-No les queda más remedio.
CURIOSO.-¿No pueden evitarlo?
SALOMÓN.-Cuando la media verdad se disfraza de verdad, aparenta ser verdad absoluta. Es imposible huir de su bello atractivo. Luego se llega a la media mentira que se disfraza de media verdad, y la mentira se hace verdad.
CURIOSO.-Te pregunté si podían evitarlo.
SALOMÓN.-¿Puede un ciego dejar de ser invidente?
CURIOSO.-No.
SALOMÓN.-¿Puede un perro ver una salchicha y no zampársela?
CURIOSO.-No.
SALOMÓN.-¿Y un perro, invidente?
CURIOSO.-Tampoco.
SALOMÓN.-Escucha cómo ladran en las tribunas y te darás cuenta que ellos tampoco pueden.
CURIOSO.-Si que parecen perros, sí.
SALOMÓN.-Lo son, Curioso, lo son. Se despedazan entre ellos para alcanzar el poder, y algunos, son capaces de vender a su madre por un minúsculo trozo de la salchicha.
CURIOSO.-Esa madre tiene un nombre, ¿Verdad, Salomón?
SALOMÓN.-Claro que tiene nombre, se llama, España.
CURIOSO.-Gracias, Salomón.
SALOMÓN.-No se merecen, Curioso.
D. MÓRRISON.-(A BLAS) ¿Qué hora tenemos?
BLAS.-(Mirando el reloj, a MÓNICA.? Mira aquí que hora es, Mónica.
MÓNICA.-¡La pillaste buena! (Mira el reloj de pulsera.? Son las 7 y media, doctor.
D. MÓRRISON.-Es hora de irse.
GARDENIO.-¿Huyendo de la quema, doctor?
D. MÓRRISON.-¡Yo no estoy borracho! (Quiere levantarse del sillón y se cae para atrás) Bueno, a lo mejor, un poco, sí.
BLAS.-¡Qué poco aguante tienen algunos! (Quiere levantarse y le pasa lo mismo que al D. MÓRRISON.)Me quedo sentado, no está bien dejar quedar mal a un amigo.
MÓNICA.-(A BLAS.) ¿Hago café? Algo se os pasará.
BLAS.-A mi no me hace falta.
D.MÓRRISON.-Y a mí, menos.
(Suena música de Beethoven.)
BLAS.-Ya me sale Chopitos por las orejas
MÓNICA.-¿Hago el café?
BLAS.-No es por el brandy, es por el autor de esa música.
MÓNICA.-Te refieres a Chopin, pero no es Chopin, es Beethoveen.
BLAS.-¿Beethoven? Ahora entiendo porque se quedó sordo, se quedó sordo para no oír la música que componía.
MÓNICA.-La borrachera es más grande de lo que yo pensaba.
(BLAS, iba a hablar, pero se calla al parar la música. CURIOSO, va a entrevistar a TÁCITO, que es sordo mudo, habla por señas JOB, le lee los labios y traduce sus movimientos de manos.)
CURIOSO.-(A JOB.) ¿Me ayudas?
JOB.-¡Qué paciencia hay que tener, Señor, que paciencia!
CURIOSO.-(A TÁCITO) ¿Tú te quedaste sordo mudo de una paliza de la guardia civil, hace muchos años. ¿Verdad?
TÁCITO.-(T. J.) Y ojalá me hubiese quedado también ciego. Así estaría a par con el mundo.
CURIOSO.-¿Qué le pasa al mundo? La tenéis tomada con él.
TÁCITO,.(T.J,) Que es un jodido ciego, sordo mudo.
CURIOSO.-¿Ciego, sordo y mudo?
TÁCITO.-Sí, ciego ante el hambre y la sed que mata niños, hombres, mujeres y ancianos, sordo, ante sus gritos y mudo, porqué le da vergüenza, y esto se puede extrapolar a muchas otras cosas.
CURIOSO.-Estoy contigo, pero hablemos de España. Cuando a ti te dejaron como te dejaron no había libertad. Ahora estamos en democracia. ¿Te gusta?
TÁCITO.-(T. J) La democracia tiene desventajas, pocas, pero muy importantes.
CURIOSO.-Dime alguna.
TÁCITO.-(T.J.) Los muertos que no se sabe dónde están porque sus asesinos no quieren decir donde lo escondieron. ¿Tú te crees que en mis tiempos no aparecían los cadáveres? Después de una tormenta de hostias, aparecían cagando leches.
-Eso es tortura.
-¿Y para los padres de los asesinados que es no poder enterrar a sus hijos y a sus hijas?
CURIOSO.-No lo había visto de ese modo, en todo caso aparecían unos y desaparecían otros que hacía desaparecer el régimen.
TÁCITO.-(T.J.)No confundas mis palabras. Mírame y te darás cuenta de que odio aquellos tiempos, pero tenía sus cosas buenas, que coño, una de ellas es que no había cojones a decir que Cataluña no es España.
CURIOSO.-Estaba ETA.
-No me jodas, Curioso, antes eran un camarilla de asesinos, ahora está en el gobierno, ellos y los chavistas, es otra desventaja de la democracia, que hay mucha mierda.
-¿Podemos?
-Esa es una mierda que cuando llueva se la va a llevar la corriente y con ellos se va a llevar al mentiroso más grande que parió madre.
CURIOSO.-Me quedan muchas preguntas en el tintero, pero no me queda tiempo. Gracias por atenderme, Tácito.
TÁCITO.-(T.J) Fue un placer, Curioso, fue un placer,
(Suena la 5ª sinfonía de Beethoven. CURIOSO, va a hacer su última entrevista. La entrevista estelar: NOSTRADAMUS.)
CURIOSO.-(A NOSTRADAMUS, que está sentado a la mesa.) Le toca.
NOSTRADAMUS.-(Se levanta. Empiezan a pasear por la sala.)Ya puedes empezar a preguntarme por Dios.
CURIOSO.-Sabe lo que le voy a preguntar. Eso es jugar con ventaja.
NOSTRADAMUS.-Así hace quien puede, no quien quiere.
CURIOSO.-¿Cuál es el misterio de la Santísima Trinidad?
NOSTRADAMUS.-El misterio es que no hay ningún misterio. Padre, san José, hijo, Jesús, Espíritu Santo, Dios. Tres personas distintas y un solo Dios verdadero.
CURIOSO.-¿Cómo concibió la Virgen?
NOSTRADAMUS.-Fue una fecundación Divina.
CURIOSO.-¿Algo así cómo una fecundación in vitro?
NOSTRADAMUS.-Esas fecundaciones son simplezas de los hombres jugando a ser dioses. Una fecundación divina, es lo que su nombre indica, divina.
CURIOSO.-¿Dónde está Dios?
NOSTRADAMUS.-Ya lo dijo Jesús: "Mi reino no es de este mundo".
CURIOSO.-¿Es un extraterrestre?
NOSTRADAMUS.-Sí.
CURIOSO.-La religión dice que el hombre tiene miles de años, la ciencia que tiene millones. ¿Quién tiene razón.
NOSTRADAMUS.-Ambos. ¿Qué fue lo primero que hizo Dios?
CURIOSO.-La luz.
NOSTRADAMUS.-Exacto, el Big Bang. Ahora tengo que matizar algo. Los días divinos equivalen a cientos de miles de años terrestres. Por eso hasta que se separaron las tierras del mar...
CURIOSO.-Ahora lo entiendo. Después pasarían cientos de miles de años para las plantas... ¿Pero eso no explica lo del hombre
NOSTRADAMUS.-El hombre fue hecho el sexto día en el Jardín del Edén entre los ríos Eufrates y Tigris, pero había hombres y mujeres sobre la tierra, descendían del mono. Caín y Set se juntaron con estas mujeres descendientes el mono, por eso el hombre que Dios creo sólo tiene miles de años. ¿Lo entiendes ahora?
CURIOSO.-Sí. Miedo me da preguntarle esto. ¿Llegará el Apocalipsis?
NOSTRADAMUS.-Llegará, pero no será el fin del mundo, cómo muchos piensan, será el comienzo de un nuevo mundo. Hay que estar muy loco para creer todo lo que te estoy diciendo, pero, eso es la Fe, un poco de locura y un montón de esperanza.
CURIOSO.-Y yo lo estoy, loco, pero que muy loco ¿Habrá guerra?
NOSTRADAMUS.-Es inevitable. Los ángeles tendrán que eliminar a los tiranos. Será la última guerra, después llegará el reino de los Cielos a la tierra, Judas.
CURIOSO.-¿Qué me llamó?
NOSTRADAMUS.-Judas.
(Llaman al timbre de la puerta de la sala, MÓNICA, va a abrir. Son un enfermero y una enfermera.
ÉL.-(A BLAS.) ¿Cómo fue la tarde, Blasfemo?
(BLAS, se levanta, inexplicablemente, está cuerdo. Se quita la bata y se la da al enfermero.)
BLAS.-Maravillosa, jefe, maravillosa.
ELLA.-¿Y tú qué tal lo pasaste, Monina?
MÓNICA.-(Dándole la llave y la bata.) Ojalá podamos repetir otro día.
ÉL.-(Al D. MÓRRISON.) ¿Y tú por qué no te levantas, Morritos?
D. MÓRRISON.-(Sonríe, al ver que se puede levantar. Se quita la bata y el fonendoscopio y se los da.) Estaba esperando a que terminaseis con Blasfemo y Monina, y antes de que me lo pregunte, bien, lo pasé bien
ELLA.-¿Queréis escucharos? Curioso grabó todo
CURIOSO.-(Le da la grabadora.) Ahí tiene.
BLAS.-¡Serás hijo de...¡
ÉL.-¡Ni se te ocurra !
ELLA.-Me parece que está cinta nos va a decir muchas cosas.
(La enfermera, después de rebobinar le da al play, Se oye la canción: "No estamos locos, que sabemos lo que queremos...")
ÉL.-¿Esto qué es, Curioso?
CURIOSO.-¿Y yo qué sé?
(ELLA, apaga la grabadora. La canción sigue en la cadena musical de la oficina.)
ELLA.-Esto es cosa de brujas.
CURIOSO.-De brujas, no, de brujos.
(EL, va a la oficina. Desenchufa la cadena. La música sigue sonando. Mira para NOSTRADAMUS.
ÉL.-(Acongojado.)¿Dónde escondes el mando a distancia, Nostradamus?
ELLA.-Acabas de desenchufar la cadena musical.
NOSTRADAMUS.-(A los DOS)
Ingenuos.
TELÓN
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