Capricho (poesía)

Dieciocho eneros en su atardecer.
Dieciocho diamantes aún por pulir.
Dieciocho ensueños que iban sentir
lo delicioso que puede ser morir
para en gozo volver resplandecer.

Garza que se bañó al anochecer
en el río del eterno sin vivir.
Y me dio. me dio el dulce elixir
que logró delicadeza exprimir
hasta saciar mis deseos de beber.

Tesoro bello halló al entender
que  era la causa de mi existir.
Que sin ella la luz podía herir
y la calma lograba aterecer.

Como llamarada supo encender
una fogata que consiguió fundir
el amor y la dicha en el latir
del gorrón que moría por su querer.

Como Ave Fénix supo renacer
de frías cenizas para conseguir
entre besos volver a fallecer.

Si todo me dio, todo quiso tener,
mi corazón, mi alma, mi combatir.
Mas un día voló... para no volver.

José Enrique Oti García.


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