La primera vez (poesía)




Le abrieron al gorrión la ventana,

tembló en los brazos de su albor,
limpia y soleada era la mañana,
transparente su maravilloso amor.

Negras trenzas caían sobre su pecho,
sus labios rosados sentía ardientes,
de pétalos de rosa era aquel lecho,
mágicas las caricias convergentes.

Caricias que sin saber acariciar,
acariciaban lo profundo del alma
eran cómo bellas olas en pleamar,
que gozan la dulzura de la calma.


Lejos queda el sueño primaveral
cuando la mañana lo hizo atardecer,
lejos queda aquella vez especial,
en que la aurora lo quiso querer.

José Enrique Oti García.


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