El soñador


Si desearla es pecar
él va seguir pecando,
si pecar lo va a condenar
se va a seguir condenando.

Pues cada día le dice te quiero
bajo un avellano florido,
para después comerla a besos
hasta que pierde el sentido.

En sus brazos alza el vuelo.
hasta lo más alto de la loma,
en sus brazos llega al cielo
volando cómo una paloma.

Abre los ojos y ella no está,
hace  años que la ha perdido,
pero el soñador sigue soñando
que vuelve a ser su marido.

José Enrique Oti García.











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