La ofensa

No hay peor ofensa que una mujer te escupa a la cara,
pero yo, prefiero que me escupa a la cara a que lo haga por la espalda, ya que el escupitajo de la cara, si lo mereciera no dudaría en perdonarlo, el de la espalda, si se levantó la  falda, no lo podría perdonar.

José Enrique Oti García.

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