Soñador cortés (soneto, poesía)
Muere un día y nace otro mes
mientras nosotros morimos lentamente.
Si penando muerte el penitente
llorando se muere el feligrés.
Amando muere un soñador cortés
que se entregó en cuerpo y mente
a navegar por un mar refulgente
sin poner jamás en tierra los pies.
Y sonriéndole a la eternidad
va buscando ese amor soñado
entre las nubes de su soledad.
¡Ay gorrión que jamás has sido amado!
¿Aún estás esperando con ansiedad
darle el cariño atesorado?
José Enrique Oti García.
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