Creyó oír su risa (poesía)

Creyó  oír su risa en la campiña

en la que florecían las azucenas,

mas era el viento besando colmenas

el que le recordó su risa de niña


La soledad era su compañera

cuando divisó a un ave de presa

volando en lo alto de la dehesa

y se sintió mirlo por vez primera.


Quizás eran los últimos bandazos

de un amor que no quería morir

pero que tenía que dejarlo partir

porque lo estaba haciendo pedazos.


Luchaba contra dodos los recuerdos,

y lo hacía como gato panza arriba

para que su barco no se fuese a la deriva,

para no dejar el mundo de los cuerdos.


Por eso en el prado se debió detener,

para enterrar los últimos lazos

del calor que sintió entre sus brazos,

y de un querer nunca debió de ser.

José Enrique Oti García


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