Ángel de amor (soneto, poesía)

Ni las violetas del jardín del Edén

tenían su frescua al mediodía,

ni las abejas en un plácido día

fabricaban la miel mejor que su bien.


Ni la estrella del portal de Belén,

ni colibrí libando ambrosía,

tenía la beldad de la poesía

que escribía al hacerlo rehén.


Ángel de amor, torbellino de paz,

brisa fresca en tardes de estío,

flecha que partió en dos su corazón.


Suspiro matutino al despertar, 

ella fue ave que se sabía capaz

de hacerlo en sus encantos volar.



José Enrique Oti García.



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