Soneto a la mujer sencilla (poesía)


Titilaba la luz de la bombilla.
Silbaba el viento en el alar.
Su caída de ojos hacía soñar.
Ella era la barca. Él, la quilla.

Talle de diosa. Aires de chiquilla.
Sus luceros comenzaron a brillar.
Sus labios consiguieron balbucear:
"Me voy al País de las maravillas.

Era una preciosa amapolilla.
Cayeron sus pétalos en el palmar.
después, voló cómo alada ardilla.

Era mar con oleaje su capilla.
Era bendición ver agonizar
a una mujer, melosa, sencilla.

José Enrique Oti García.

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