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Mostrando entradas de abril, 2015

Morir matando

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José Enrique Oti García.

No es lo mismo

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José Enrique Oti García.

Las relaciones de los enamorados

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José Enrique Oti García.

El mundo está como está

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José Enrique Oti García.

Consejo

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José Enrique Oti García.

Si eres creyente

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José Enrique Oti García.

Penas de amor

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José Enrique Oti García.

El pan nuestro de cada día

Afortunados somos quienes estirando la manta conseguimos       llegar a fin de mes, pues otros no llegan ni a mediados,          y todo por culpa de más de cuatro desalmados, más           de cuatro que dedican a robar y más de cuatro que             no saben gobernar. Ahora vienen las elecciones                y quieren que vayamos  votar. Yo elegiría                    botarlos de cabeza a la mar,  mas sería                           tiempo perdido, seguro que                                        saben nadar.                                                                                                       José Enrique Oti García.

Las buenas palabras

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José Enrique Oti García.

Usted invita a soñar (poesía)

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Sentir  la  brisa que llega del mar. Sentir el aroma de las azucenas. Sentir arder la sangre en las venas, es lo que usted hace sentir al besar. Usted, señora, usted invita a soñar con hadas, ninfas, princesas, sirenas, pues es fantasía de fantasías plenas. es lo mas grandioso del sistema solar. Usted es, delicado, tierno consuelo, es de la vida, azúcar, sal y canela, es de los anhelos el más bello anhelo. Usted, la de las caricias de terciopelo. Usted, que de su amado nido, cela. Usted, señora, usted en un cielo. José Enrique Oti García.

Hasta el día en que me muera

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José Enrique Oti García.

Dulce trampa

El amor puede llegar a ser una dulce trampa, y en ella todos podemos caer, porque no hay más bella estampa que ser querido y querer. José Enrique Oti García.

De mutuo acuerdo

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José Enrique Oti García

Flores de un jardín precioso

Americanos y americanas. Europeos y europeas. Asiáticos y asiáticas. Africanos y africanas. Todos y todas somos flores de un jardín precioso. Yo soy de los que creo que la diversidad es lo que lo hace maravilloso. José Enrique Oti García.

Hay quien presume sin tener

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José Enrique Oti García.

Atardecer (rimas)

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Cerca de ti, precioso atardecer, el gorrión encuentra ternura de niña fragancias de rosas de la campiña. Ere un rayo de luna al anochecer. Eres ese resplandor que ilumina un sendero de  bendita libertad, donde se encuentra la felicidad cuando el gozo al talle le atina. Eres dama que no quiere por querer. Loba, princesa, pantera, feligresa, Lava, agua cristalina, fuego, dehesa. Eres, un ángel que se hizo  mujer. José Enrique Oti García.

La lámpara maravillosa

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José Enrique Oti García.

O avó (el abuelo)

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Tempo de pan de millo, tempo formal, o aldeán aínda  tiña porte, burras, cabalos, achaban a morte no medio dunha estrumada corte porque se respetaba ó animal. Tempo de pan de trigo, tempo fatal, porque o aldeán perdeu o norte, e na súa impiedade se fai forte. Nada neste mundo lle da corte, xa non se lembra do vello ouriñal. Moito topo presume de racional, sabendo que con moita sórte, el, e a alimaña da consorte serían porcallada dun manancial. Estatuas de granito nun pedestal que quizais un día sexa resorte. Xogadores dun despiadado deporte onde gaña quen ten corazón de metal. Levan ó avó o asilo letal. o levan sen que a niguén  lle importe, mais queda unha carga espiritual. Está aprendendo o novo pardal, e se no hai una acción que o aborte o seu pai achara o mesmo final. Xosé Enrique Oti García.

El cambia chaquetas

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José Enrique Oti García

Peregrino

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José Enrique Oti García.

Es arte de dos artistas en un verde palmar (rimas)

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El sexo con amor no conoce la cordura. Se nada, se navega y se vuelve a nadar Es arte de dos  artistas en un verde palmar, donde esculpen la pasión más bella, más pura. Y cuando la preciada fantasía madura en los ardientes talles que se mueren por amar, dos almas maravillosas se van a transformar en una pantera y en un toro de mihura. No es el diablo con su latente dictadura el que en una preciosa senda de azahar nos transporta por un océano de ternura, Es Él, con su bondad y su eterna dulzura. quien nos da alas para volar , volar y volar unidos en gozosa y celestial atadura. José Enrique Oti García.

La fidelidad

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José Enrique Oti Garcia.

Dos enamorados

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José Enrique Oti García.

Mujer madura - Capricho- (poesía)

                Mujer madura Mujer madura de praderas floridas. de besos dulces. largos, ardientes, de caricias, cálidas, vehementes. Agua cristalina de mágicas fuentes. Agua que en esta vida da vidas. Tesorera de pasiones escondidas bajo puentes que miman las corrientes acumulando crecidas candentes hechas con cascadas iridiscentes que bajo la piel estaban dormidas. Tus besos, de dulzuras contenidas, derriten los labios mas reticentes. Vuelven imprudentes a los prudentes. y curan cualquier clase de heridas. Son besos con ideas atrevidas, que ligados a roces complacientes se hacen  calandrias en las mentes y anidan en ilusiones perdidas. Son besos de ficciones consentidas cuando las sábanas están calientes y las miradas ya están perdidas. Son besos que quedan el las despedidas. cómo las libélulas, fluorescentes, besos, de mujer madura, comprometida. José Enrique Oti García.

Consejo

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José Enrique Oti García.

Una persona inteligente

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José Enrique Oti García.

Quiero que me quiera (poesía)

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¿Que cómo quiero que me quiera , bello lucero? Quiero que me quiera cómo yo la quiero, igual  que quieren al mar las rebeldes  olas. igual que  quieren al campo las amapolas. Quiero que me quiera cómo  quieren las nieve el mes de enero. ¿Qué cómo quiero que me quiera, florido sendero? Quiero que me quiera  cómo yo la quiero con el alma, con los cincos sentidos, Susurrando dulces palabras a sus oídos. Quiero que me quiera hasta que dulcemente le llegue la ceguera. ¿Qué cómo quiero que me quiera, bendito aguacero? Quiero que me quiera cómo yo la quiero con la fuerza de un torbellino, arrollador, hecho de pasión, de ternura, hecho de amor. Quiero que me quiera hasta que en miss brazos de gozo se muera. José Enrique Oti García.

El pastor Amador - Cuento con moraleja

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Estaba  el lobo Jacobo, en la colina de la Encina, mirando cómo en la explanada de la Vaca Salada, apacentaba un rebaño de ovejas, con muchas jóvenes y muy pocas viejas.  Al mediodía, vio cómo el pastor Amador, se arrodillaba y rezaba. Esperó, el bandido, a que Amador, tomase la siesta y se quedase dormido.  Se puso una piel de cordero, el muy puñetero. Lo despertó y así le habló: -Soy un mensajero de Dios y vengo a enseñarte el camino mas recto hacia lo Divino. -Dime, mensajero, el  mensaje espero. -El camino más recto hacia lo divino es tu odre vino. El que tienes para toda la semana debes beberlo esta tarde y beberlo con gana. -¿Y veré a Dios? -Lo veremos los dos. El pastor Amador, el vino se bebió y la borrachera que agarró lo sumió en un profundo sueño.  El lobo Jacobo, de su rebaño era el dueño. Cuando el Pastor Amador, despertó, las manos a la cabeza se echó. No había viva una sola oveja, ni joven ni vieja. MORALEJA: Que no te tomen por iluso por

Verdades como puños

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José Enrique Oti García.

Hoy me muero por navegar

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José Enrique Oti García.

Cobardía

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José Enrique Oti García.

Usted, señora (poesía)

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Sé  quien tiene la dulzura de una criatura. Usted, señora... la de caricias aterciopeladas que llevan al bendito cielo de la locura Usted, señora... la de cariñosas miradas. Sé quién es un bello angelito terrenal. Usted, señora...  la del talle perfumado La que en su otoño parece flor primaveral. Usted, señora... la de los labios anisados. Sé quien soñando puede hacer soñar.  Usted, señora... la de los besos melosos, besos que  hacen amar después de amar. Usted, señora... la gloria  de los gloriosos. Sé quién es un sueño hecho realidad. Usted, señora... la del aroma a azucenas. La que nunca renegará de su humildad. Usted, señora... la de la ternura en las venas. José Enrique Oti García.

La mentira es esa fruta que casi todo el mundo ha probado

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José Enrique Oti García.

Disfruta de la vida

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José Enrique Oti García.

Existe un poder oculto en la nturaleza

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José Enrique Oti García.

Los pequeños problemas

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José Enrique Oti García.

Me gustan las rosas con espinas

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José Enrique Oti García.

Soneto- Deja que sea como placentero gemido (poesía)

Deja que mis sedientos labios sean tentación en el instinto animal que tienes dormido. Deja que sea como placentero gemido que encienda la dulce hoguera de la pasión. Deja que los latidos de mi loco corazón suenen a música celestial en tus oídos. Deja que mis besos trastornen tus sentidos Deja que convierta la noche en canción. Deja que te ame como se debe amar,  recorriendo valles, colinas y desfiladeros. Deja que navegue como bucanero por tu mar. Deja que sea tu guía. Tu luz estelar. Deja que haga de ti lucero de luceros. Deja que agonice, mujer, viéndote agonizar. José Enrique Oti García.

Tu vida

Siempre hablarás de tu vida según te fue en ella, más, por tu bien, cuando hables no le des el valor que no tiene a la parte mala y valora en todo lo que vale a la parte buena. José Enrique Oti García.

Limpiar la casa del vecino

Nunca debemos limpiar la casa de nuestro vecino, que nuestro            vecino, al enterarse, la nuestra va a limpiar, pues por más        que digamos que nuestra casa está  limpia,  en un casa,                         siempre hay algo que limpiar. José Enrique Oti García.

Me dices que estás a gusto en tu soledad

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José Enrique Oti García.