Así es la vida
Ya no eres aquel ruiseñor
que un día abandonó el nido
cambiando escarcha por flor,
eres un cuervo y mal herido.
Hacerla arder quisieras,
con fuego pasional, lento,
que recorriendo su rivera
la llenase de dulce contento.
¿Mas quien puede hacer arder
unas caderas que son de hielo?
¿O quien se puede perder
en un infierno que fue cielo?
No volverán momentos de gloria
en que fuiste caballo de batalla,
por hacer de tu vida una noria
en la que no supiste dar la talla.
José Enrique Oti García.
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