Y vicevesa

El niño, travieso, ve a una niña  obesa y se  mete con ella, sin saber el daño que hace, el hombre, imbécil de nacimiento, hace lo mismo, sabiendo que causa sufrimiento. Si se parase a pensar un momento,
cuenta se daría, que obesa puede estar, su madre, su abuela o su tía,
o  las  tres, y  que algún día, él,  que ahora esta delgado, puede estar de michelines cargado, y cuenta se dará, de que la obesidad, cuando no es por enfermedad, trae felicidad.

MORALEJA: La misma inquina con la que vas dañando, a la vuelta de la esquina te puede estar esperando.

José Enrique Oti García.

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