No debemos olvidar de dónde venimos (rimas)
En nuestra casa, cuando yo era niño, había telas de araña, cómo en todas las casas de clase baja, era la morada que tenían en España los que no podían hacer caja. Casa con sus inolvidables cuadras. con dos cerdos y una burra, donde los tábanos, en verano, daban a los animales la zurra.
Los gorriones en las paredes anidaban, pues las paredes, de piedra, con mas de una hiedra, no las recebaban.
Tenía un suntuoso arcón, con el cerdo salado, que nunca daba llegado, y una artesa. El arcón, casi siempre vacío, y la artesa, se las tenía tiesas para tener dentro un trozo de pan.
De piedra era la cocina, con el horno en una esquina, donde se cocía pan de maíz. Nunca comí una perdiz, pero en esa casa, fui feliz.
José Enrique Oti García.
Los gorriones en las paredes anidaban, pues las paredes, de piedra, con mas de una hiedra, no las recebaban.
Tenía un suntuoso arcón, con el cerdo salado, que nunca daba llegado, y una artesa. El arcón, casi siempre vacío, y la artesa, se las tenía tiesas para tener dentro un trozo de pan.
De piedra era la cocina, con el horno en una esquina, donde se cocía pan de maíz. Nunca comí una perdiz, pero en esa casa, fui feliz.
José Enrique Oti García.
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