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Mostrando entradas de marzo, 2014

La tristeza (rimas)

             Si un día estás marchita en tu habitación             porqué quien era tu fiel ruiseñor se ha ido,            si las nubes que parecían hechas de algodón          se  volvieron, feas, grises, plomizas y anodinas,         si  en  mil pedazos se te rompió el pobre  corazón        al  ver  cómo  desapareció  un maravilloso sueño...      Sastre  vendrá  que  te  devuelva  esa  perdida  ilusión    cosiendo a  besos  sentimientos  que  tendrás  reprimidos.  En esta vida, cielo, no debe marchitar no tener a quien amar, lo que realmente marchita, que nos lleva a conocer el  infierno, y que destroza los entresijos del alma, es, no tener amor que dar. José Enrique Oti García.

La luz de tus labios

La noche jamás me sumirá en su oscuridad, mientras me ilumine la luz de sus labios, y si sus labios dejarán de brillar, me iluminará el recuerdo de los besos que nos hicieron volar. José Enrique Oti García.

El hombre bueno en la cama y el malo

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El hombre bueno en la cama se llevará un palo si su chica conoce a un hombre que en la cama es malo. José Enrique Oti García.

Quiero ver como sueñas (poesía)

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José Enrique Oti García.

Amores de sangre caliente (poesía)

Amores, amores de sangre caliente, en nuestra divina juventud, que nacieron y murieron en loca y agitada mente, donde dormía la inquietud. Amores amores de sangre caliente,  jamás caerán en el olvido porque es hermoso imaginar lo que pudo ser y no ha sido cuando quisimos enamorar. José Enrique Oti García.

Envidia y maldad

Hay  personas que te alaban tus virtudes y critican tus defectos, te hablan de ellos a la cara, dicen que es sinceridad, pero la supuesta sinceridad,  esconde, envidia y maldad. José Enrique Oti García.

Pregunta

Si todas las mujeres son hermosas, bajitas, altas, gorditas,  flacas, rubias.  morenas, pelirrojas...  ¿Por que se  buscarán defectos las unas  a las otras? José Enrique Oti García.

Nadar contracorriente

Si nadas contra corriente no te extrañes si te critica la gente. José Enrique Oti Garcí.

Nadie es un verso suelto (rimas)

Nadie es un  verso suelto, mujer, formamos  parte  de  un  poema, que dulcemente escribimos, ayer, que  vamos  a  escribir,  mañana y que estamos escribiendo, hoy. Un poema que habla de ese amor, que  envuelve  en  un  fino manto de  ternura,  calor,   fuego, calma, un  amor tan hermoso y profundo en  el  que  entregamos el alma. José Enrique Oti García.

El enamorado, la edad y la gordura

Cuando un hombre  está enamorado  de una mujer,  de veinte  años, cuarenta o  ochenta, la mujer siempre  está en el peso ideal, porque pese lo que pese, le da igual, tener  más o menos que abrazar, lo que quiere es amar. amar amar y hacerla soñar. José Enrique Oti García.

Cambiar la forma de ser

Si cambias tu forma de ser para gustar a todo el mundo acabarás por no gustarte ni  a ti mismo. José Enrique Oti García

Aunque a mil años quedase su primavera (rimas)

Aunque a mil años quedase su primavera, aunque a mil años quedase su primera relación, aunque a mil años quedase su vez primera, aunque después de mil años llegara la traición, no permita que la felicidad se vuelva quimera, porque la dicha es cómo ese solitario gorrión que en las ramas más tristes de la vida espera para anidar en lo profundo del corazón. José Enrique Oti García.

Si un día la tristeza te invade

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Si un día la tristeza  te invade, mujer, si son cómo cuervos los recuerdos, captura esos momentos de placer en que los besos pararon el tiempo y el tiempo se volverá a detener porque hay recuerdos que matan y recuerdos, que te hacen renacer. José Enrique Oti García.

Girando sobre si mismas

Algunas personas, que están en la cima, reniegan de los amigos. Se ven cómo  soles y se  creen   que  la Tierra  gira  alrededor de ellas. Cuando les  llegue el  momento  de la bajada, comprenderán, tarde, que estaban girando sobre si mismas. José Enrique Oti García.

La envidia sana

La envidia sana es ese gusanillo que tiene toda la gente saludable,  pero que dice no tener la gente enferma y miserable. José Enrique Oti García.

A cada una lo suyo

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Cuando la vida te de palos, enséñale  tus mejores sonrisas, c uando alguna persona te los de, enséñale los dientes, que lo de la otra mejilla, está muy bien, pero hay un refrán muy  viejo que dice: Al conde de Romanones le han dado una guitarra y le han dicho, señor conde, el que las hace, las paga. José Enrique Oti García .

La persona que amas

Acostarse con la persona que amas es hermoso, despertar a su lado, precioso. José Enrique Oti García.

La mujer perfecta no existe

La mujer perfecta no existe, existe la perfección hecha mujer. José Enrique Oti García.

Los tres caminos

En la vida, hay tres caminos,  el que quieren que sigas, el que quieres seguir tú y el que te hace seguir la vida. José Enrique Oti García.

Rimas

En mi primavera encontré flores de adolescencia, frescas como la rosada mañanera. En mi verano encontré ángeles que querían ir a cielo y diablesas que me llevaron de su mano. En mi otoño  encuentro a la amapola de mi hogar, y la paz, junto a mis frutos y sus retoños.ç En mi invierno no se si veré mi invierno, preciosa flor, pero, vivo o muerto, mi amor será eterno. José Enrique Oti García.

El reino de una mujer

Para conquistar  el reino de una mujer, ese reino divino,           debe verte con la sabiduría de un rey             y la humildad de un campesino. José Enrique Oti García.

Cada uno es feliz a su manera

Para mí, la bendit a felicidad, señora, es verla feliz,  acurrucada entre mis brazos, sonriendo a la luna, buscando la aurora, envuelta en un manto de luces y sombras. hecho con mis labios y su boca, seductora, la felicidad, para mí, es verla feliz, señora. José Enrique Oti García.

El caballero

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El caballero, debe tener al menos cinco virtudes: Ser fiel cómo un cisne, dulce cómo una caricia, soñador cómo un poeta, ardiente  cómo el fuego y humilde cómo un peregrino. José Enrique Oti García. ç

La arena de tu pensamiento (versos)

No dibujes corazones floridos en la arena de tu pensamiento, dibújalos en una bella sonrisa con el aroma de tu fresco aliento. Si  no ves la llamada del amor, transforma tu mirada en viento para que lleve hasta su sueño tus angelicales sentimientos. José Enrique Oti García.

Nuestro pasado

Nuestro pasado es cómo nuestra sombra, siempre estará a nuestras espaldas, por mas que lo querramos rehuir siempre nos va a seguir. José Enrique Oti García.

La educación

Los niños no deben ir a la escuela a aprender educación, la educación, la deben llevar de casa. José Enrique Oti García.

No lo llames

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José Enrique Oti García.

Leño que arde

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Me preguntaste que es el amor mientras acariciaba tu cabello bajo la mirada de lo más bello, tus luceros  de color avellana. El amor, preciosa criatura, el amor es cómo leño que arde y más temprano o más tarde se va a convertir en humo, humo que al subir a las alturas se transforma en bella nube a la que la vieja ilusión se sube para que volvamos a soñar, porqué el amor, cómo la materia, se transforma, jamás desaparece, y siempre será esa brisa que mece la cuna de nuestros sueños. José Enrique Oti García .

¿Olvidar? ¡Que solemne tontería! (rimas)

¿Olvidar ? ¡Qué solemne tontería! Olvidar, es enterrar parte de nuestra vida. ¿Cómo podríamos olvidar la alegría que nos produjo un maravilloso   amor porque se fue como el rocío al mediodía? ¿Cómo olvidar unos besos, dulces, frescos cómo la aurora porque se hizo noche el día? ¿Cómo olvidar caricias que erizaban la piel porque el tren llegara al fin de una vía? ¿Olvidar? ¡Qué solemne tontería! ¿Cómo vamos a olvidar a quien nos mintió a la cara mirándonos a los ojos mientras sonreía? Olvidar, es querer enterrar parte de nuestra vida. ¿Olvidar? ¡Qué solemne tontería! José Enrique Oti García.

Ocho versos

¡Ay, cuando fuimos penitentes!! ¡Cuántas veces hemos deseado tener el amor a nuestro lado en nuestros sueños más calientes! Era soñar con almas encendidas. soñar, soñar, soñar, soñar, soñar con lo que ni podíamos rozar. Éramos, dulces balas perdidas.  José Enrique Oti García.

Paciencia y devoción

Con paciencia y entrega,  educación y tierna mirada,  podrás  llegar al corazón  de la mujer más reservada. Se  un perfecto caballero, haz que  se sienta amada, que de ignorarte totalmente tendrás a tu diosa interesada. No hacen falta filigranas, ni ser un apuesto  seductor. con ir todos los días de cara iras despertando su amor. José Enrique Oti García.

Nada especial (rimas)

En esas cosas de hacer  el amor, yo, no  soy, nada, nada especial, tan solo  soy  un  viejo trovador que  envuelve  con  sus palabras cada  preciada  gota de su sudor. En cada abrazo busco  despertar la pasión, esa pantera, dormida, que quiere rugir en noche estelar, y en cada beso, busco un bocado, apasionado, embrujador, celestial. A  veces  me   gusta  ser domado y  otras  me  gusta  ser   domador. Me  encanta  recorrer las veredas, que por haber sido miles de veces recorridas, no dejan de ser de seda. Me  gusta  contemplar  la  beldad, ese  toque  angelical, casi  divino, de  lo  femenino y su sensualidad mientra voy abriendo camino. Me  gusta  hacer  volar  a  la mujer porque  no  hay  nada  más sensual que una diosa falleciendo de placer volando hacia lo divino, lo celestial, Amante a la vieja usanza, seductor, Me encanta lo  típico, lo  elemental. En  esas  cosas  de  hacer  el  amor yo, no soy, nada, nada especial. José Enrique Oti García. .

Enamorar a una nujer

El hombre que a una mujer quiera enamorar, debe saber hablar, cuando tenga que hablar. debe saber escuchar, cuando tenga que escuchar, y sobre todo, debe saber amar, cuando tenga que amar. José Enrique Oti García.

El hombre es infiel por naturaleza (poesía)

Sólo desde un prisma sentimental podrías ver al hombre ideal. Mujer, desengáñate, salvo cuando está enamorado, el hombre es un malvado. El hombre es un animal mal llamado, racional. El hombre es infiel por naturaleza, la naturaleza de la mujer lo hace infiel. Mujer, desengáñate, no quieras ver el derecho en el revés, no quieras ver mariposa en un ciempiés no quieras ver al gato tres pies, no quieras ver en la cizaña la mies. Mujer, el hombre, es cómo es. José Enrique Oti García.

Hoy no es un día cualquiera (rimas)

Hoy no es un día  cualquiera, mira a tu alrededor mira ahí fuera, mañana será distinto, será de otra manera, la tarde será más triste, o será mas llevadera, hoy no es un día  cualquiera, no se volverá a repetir de la misma manera. José Enrique Oti García.

Marcos, mi tercer nieto

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  José Enrique Oti García.

Loca, loca, loca, loquilla enamorada (poesía)

Loca, eres una loca encantadora que sonríe en plena madrugada mirando a la luna y a las  estrellas, loca, loca, loca, loquilla  enamorada. Piensas en abrazar al bello universo cuando estás tremendamente acalorada, en él universo ves a tu amate secreto, loca, loca, loca, loquilla enamorada. Bendita sea tu locura y que de dicha y satisfacciones sigas estando colmada,  que loco está todo el mundo un poco loca, loca, loca, loquilla  enamorada.  José Enrique Oti García.

Versos en el día de la mujer

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Eres, mujer, pedacito de cielo en la tierra, posesora de la lengua de la risa y del llanto, del amor, de la ternura, y del encanto, destilas ternura, pasión, miel, sutileza, en cada beso tuyo se dibuja  la belleza. en cada abrazo la ternura de una diosa, en cada mirada el vuelo de una mariposa y tu pasión, es luz, al hacerse despedida, sí, luz, luz, esa bella luz, que da vida. José Enrique Oti García.

La infidelidad

La infidelidad es como una una niña revoltosa que se lanza al vacío por curiosidad, sin paracaídas, sin parapente, sin importarle lo que pueda decir la gente, mas por lo regular, echar al aire una cana  acaba arruinando una vida  de la noche a la mañana. José Enrique Oti García.

¿Te interesa saber donde estas?

¿Te interesa saber dónde estás? Estás en lo profundo de mi ser, donde duermen las mariposas, ahí, ahí es donde estás, mujer. José Enrique Oti García.

Las olas

Nos mentimos a nosotros mismos cuando pensamos que ya nos pasó la cresta de la ola. Siempre quedan olas que coger. Lo único que no debemos hacer es esperar que las olas lleguen solas. José Enrique Oti García.

La ofensa

No hay peor ofensa que una mujer te escupa a la cara, pero yo, prefiero que me escupa a la cara a  que lo haga por la espalda, ya que el escupitajo de la  cara, si lo mereciera no dudaría en perdonarlo, el de la espalda, si se levantó la  falda, no lo podría perdonar. José Enrique Oti García.

Llegar a viejo

Hay quienes dicen que llegar a viejo es triste, muy triste, y no se dan cuenta que lo triste, muy triste, es no llegar. José Enrique Oti García,

Ser feliz

Hay muchas maneras de ser feliz, pero la más hermosa es ser feliz haciendo feliz a quien te hace feliz. José Enrique Oti García.