Ya no vuelve
Ya no vuelve, ya no va a volver.
Al viejo león lo ha abandonado
su precioso tesoro adorado.
Lo dejó un tórrido atardecer.
Ya a nada ni a nadie quiere ver.
El aire le llega contaminado.
Es un viejo animal desolado
que rumia el pesar de su anochecer.
¿Por qué se marcharía la princesa
dejándole ese vacío brutal
que como una gran losa le pesa?
Se llevó con ella la luz angelical
y la risa de la boca traviesa
con la que se sentía tan especial.
José Enrique Oti García.
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