El apestado (soneto - poesía)
Cada beso robado con la mente
esconde una preciosa historia
que será imborrable en la memoria
mientras este río lleve corriente.
Porque ella era, dulce, caliente,
y su tez morena celestial noria
que no fue creada en la Gloria
para refrescar a un indigente.
Quise en sus encantos refugiarme
y luego como loco apasionado
en sus aguas cristalinas bañarme.
Quise de sus labios ser soldado.
Quise en su boca emborracharme,
y acabé siendo su apestado.
José Enrique Oti García.
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