Capricho del baúl de los recuerdos - No fui una joya
Recuerdo tiempos sin pan ni cebolla
cuando el hambre fue hiel que hería
al ser el trabajo una utopía
y la transición un lento tranvía
que no traía chicha para la olla.
En la boca una mísera roya
fue manjar que alegró el día,
pero pocas veces la conseguía,
aun así era mi picardía
tan sabrosa como una centolla.
Aguanté atado a una argolla.
Mi esperanza estaba vacía.
Eran pocos los ratos de alegría,
si acaso alguno con mi pimpolla.
Mas como la vida siempre se desarrolla.
Mala prosa se hace poesía
la acepta la triste monotonía
y con singularidad la arrolla.
Yo, el anónimo tras la tramoya,
cuando la pena me escarnecía
nunca dudé en formar la de Troya,
Es que quien no se asía a la boya
en la sucia miseria se hundía,
y quizás por eso no fui una joya.
José Enrique Oti García.
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