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Mostrando entradas de agosto, 2020
Te quiero por lo que de ti veo (poesía)
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Te quiero por lo que de ti veo, no te quiero por lo que de ti ves. Tú puedes verle tres pies al gato mas un gato no tiene tres pies. Te veo como reluciente aurora no te puedo ver como anochecer. Te veo como mora de la zarzamora, no te puedo ver como espina, mujer. Tu quieres ver solo tus defectos, yo al quererte no los puedo ver. Eres el centro de mi universo. Simple gota de agua tú quieres ser. Te quiero por lo que de ti veo, no te quiero por lo que de ti ves. Tú puedes verle tres pies al gato mas un gato no tiene tres pies. José Enrique Oti García.
Capricho (poesía)
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Vivian en nubes azucaradas. Amor y paz eran su compromiso Sus besos eran frescos cuan heladas, mas estaban de otra madera talladas, madera de fantasías preñadas no les bastaba un gorrión sumiso. Eran ángeles con fuego en el viso. Querían envolverse en llamaradas. Vivían en sus nubes azucaradas. Dichosas sin estar enamoradas en su estrafalario paraíso. Cómo un campanero indeciso toqué a misa en las madrugadas dando mil placeres sin compromiso. En los setenta t odo era conciso. Si deliciosas eran las cascadas. grandes eran las heridas dejadas si el gorrión se volvía insumiso. Al ensuciarse los talles en el piso la paz se perdía entre cañadas. y la vida daba al amor un aviso. Mas el gorrión hizo caso omiso, eran tan deliciosas las veladas que dejó correr el caudal preciso, José Enrique Oti García.
Deseé (poesía)
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Deseé su precioso talle ardiente. Deseé que con su cimbreante cintura reptase por mi cuerpo muy lentamente y me llevase a su cielo de locura Deseé de sus lindos labios de fresa besos dulces, tiernos, apasionados. Deseé ser el halcón y la presa en sus verdes y húmedos prados. Deseé a la chiquilla, mala, traviesa. Deseé a la leona que exhala sensualidad. Deseé a la pantera que muere matando, a la garza que se baña en su humildad. Deseé a la capitana cuando está al mando, a la mujer que veo cómo una deidad. Deseé que su aliento bebiese mi aliento y me encontré de nuevo con mi soledad. José Enrique Oti García.
Le falta el aire (poesía)
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Aire, le falta el aire, que le daba su seductora mirada, que le daba su sonrisa angelical, que le daba su voz aterciopelada. ¡Que daño pueden hacer los equívocos! ¡Pueden convertirse en acerado puñal que se clava en las entrañas sacrificando un cariño sin igual! ¡Qué triste no poder dar explicaciones y que quede por chacal el cordero! un cordero que balando querría decirle, te quiero. ¡Te quiero! ¡¡Te quieeeero!! Y aunque ella sólo fuera un dulce sueño, el spam, el correo no deseado, jamás debió usurpar el lugar del correo que debia haber llegado. Las sombras lo vuelven a envolver. Volvió el invierno. Se fue la primavera. ¿Será la diosa feliz en su Olimpo? Él daría la vida porque lo fuera. Aire, le falta el aire, que le daba su seductora mirada, que le daba su sonrisa angelical, que le daba su voz aterciopelada.
Antollo en galego - Os pecados capitais
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Eu pequei de "soberbia", petulante, porque non quixen na fame esmola, anque viñera deses da estola. De "envexa" co cheiro dunha ola ateigada de chicha fumeante. De "gula" ó ver algo diante, en especial se era de tixola acompañado de pan e cebola De "ira" ó zouparme na escola porque quería morder ó cargante. De "avariza" o soñar con ante cando abordei a idade tola, e mentres trepaba por unha farola funme convertendo nun tunante. De "luxuria" coma un mangante ó ver nunha rosa una centola. De "preguiza" por non romper a cachola dalgún que se pasaba de arrogante. A inseguridade foi insultante. Fíxome moverme na vella pola donde pousa o reiseñor sen cante. Desde cativo fun un inconstante. Vagaba no meu mundo de trola porque me via insignificante. Xosé Enrique Oti García.
Quizá (poesía)
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Quizá fue por tu carita seductora. Quizá fue por tu figura espectacular. Quizá fue por tu belleza cautivadora. Quizá fue por tu peculiar forma de mirar. Quizá fue por que te abriste cómo una flor que muestra su lindo cáliz perfumado. Quizá fue por que destilabas candor en un mundo donde está todo descontrolado. Quizá fue porque eres una hada hecha mujer, una mujer que rezuma fresca primavera. Quizá fue porque eres cómo un río al atardecer, que dulcemente desemboca en la ribera. Quizá fue por que me hiciste volver a navegar en una barca con los remos plateados, en la que este tonto y loco rema sin cesar por un mar donde navegan los viejos chalados. José Enrique Oti García.
Viejo loco (poesía)
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Desaprendiendo lecciones con su mano tocó la luna. Estaba soñando, el viejo lo sabía, mas bendijo su fortuna. Ya no desgranaba sombras en medio de la dehesa, ahora desgranaba suspiros de la más bella princesa. Ya su mano no temblaba al perderse en su cintura, ya su boquita de fresa lo llevaba a la locura. Ya su aliento era caricia en su piel aterciopelada, el momento era irrepetible, después de ella no habría nada. El viejo loco estaba en el cielo. y no quería de las Alturas bajar. Era tan hermosa la paloma que del sueño no quiso despertar José Enrique Oti García.
Hay amores que no mueren (poesía)
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Hay amores que no mueren aunque otro amor los quiera matar, son amores iluminados por sus dulces ganas de amar. Hay amores que no mueren aunque los quieras matar, se irán un día con el alma cuando la parca nos venga a buscar. Hay amores que no mueren aunque intente matarlos la soledad, esos son los grandes amores, los amores de verdad. José Enrique Oti García.
Quisiera ser... simplemente él (poesía)
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Quisiera ser rayo de sol y soy sombra. Quisiera sentir su piel en mi piel. Quisiera ser en su talle alfarero. Quisiera ser... simplemente él. Quisiera hacer de ella un poema. Quisiera probar de su fuente la miel. Quisiera llevarla seis veces al cielo. Quisiera ser... simplemente él. Quisiera ser el aliento de su boca. Quisiera que me viese como su corcel. Quisiera estar en sus pensamientos. Quisiera ser... simplemente él. Quisiera ser quien la haga reír. Quisiera que me viera cómo palomo fiel. Quisiera oír de sus labios un te quiero. Quisiera ser... simplemente él. José Enrique Oti García.
La belleza femenina en la pintura
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Sombra en su sombra (poesía)
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Él es sombra en su sombra, es el que busca una tierna mirada, es peregrino de su dulce voz, es gota de rocío en la madrugada. Ella es la ternura personificada. Es la belleza hecha mujer. Es un rayo de sol por la mañana. Es un rayo de luna al anochecer. Es un sueño que lo hace soñar. Es ventura y es descontento. Es una bella rosa de Alejandría. Es la muñequita del cuento. es la ventura de un loco perdido, pues la flor más bella y lozana vive por y para su marido. José Enrique Oti García.
¿Quién puede retener la brisa? (poesía)
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¡Qué duro es despertar, amigos, con los brazos desnudos, vacíos. después de haber imaginado que sus dulces labios eran míos! Mas. ¿Quién puede retener la brisa? ¿Quién pude detener la tempestad? ¿Quién puede detener a una pantera que corre en pos de su felicidad? Ella era mi tierna hada del cuento. Ella era mi princesa carcelera y en su cárcel de melosos besos descubrí una nueva primavera. Y si alguien me viese nostálgico, Y si alguien me viese un día llorar. Creedme, no será porque se fue será porque no se pudo quedar. José Enrique Oti García.
Capricho - Amor adolescente (poesía)
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Tenía dos almendras imponentes en dulce paraíso prometido que iban socavando mi sentido al imaginar el bello colorido de cimas con picos relucientes, Cómo enredaderas complacientes en torrente de gozo prohibido que deje corretear cohibido por mi semblante de ganas vestido, fueron sus cabellos iridiscentes. Cómo fresas fueron su besos candentes entre caricias en su valle florido. No tome el dulce miel ofrecido fui el más prudente de los prudentes. ¡Tonto es el amor de adolescentes! El viento acariciaba un vestido que debí de quitar cuan forajido olvidando las ideas decentes. Sus lindos y virginales presentes. Lo que se presumía bendecido. Lo que era simiente de simientes. Es asignatura de las pendientes que dejó al gorrión arrepentido por no beber frescas aguas corrientes. José Enrique Oti García.