Capricho (poesía)
Encontráramos un nido de jilguero
con cuatro huevos y uno se abría,
la miré, picarón, ella sonreía.
Voló la felicidad aquel día
de mayo, maravilloso, hechicero.
Ya teníamos algo en el sendero
aparte de la vil melancolía,
de todas las noches de agonía
y de la simulada valentía
cuando el suplicio fue compañero.
¡Qué hermoso fue soñar en enero
pensando que el candor envolvía
un amor que no sería agua fría
si llegaba a un desfiladero.
Besos que guardé cómo tesoro
poseían incalculable valía,
era un tesoro que algún día
serían parte del amor verdadero.
Y fui el más galante caballero,
defensor de honra, con gallardía,
con la gallardía de un torero.
Mas un día nefasto, traicionero,
el puñal de su nueva picardía,
clavó en mi amor su frío acero.
José Enrique Oti García.
con cuatro huevos y uno se abría,
la miré, picarón, ella sonreía.
Voló la felicidad aquel día
de mayo, maravilloso, hechicero.
Ya teníamos algo en el sendero
aparte de la vil melancolía,
de todas las noches de agonía
y de la simulada valentía
cuando el suplicio fue compañero.
¡Qué hermoso fue soñar en enero
pensando que el candor envolvía
un amor que no sería agua fría
si llegaba a un desfiladero.
Besos que guardé cómo tesoro
poseían incalculable valía,
era un tesoro que algún día
serían parte del amor verdadero.
Y fui el más galante caballero,
defensor de honra, con gallardía,
con la gallardía de un torero.
Mas un día nefasto, traicionero,
el puñal de su nueva picardía,
clavó en mi amor su frío acero.
José Enrique Oti García.
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