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Mostrando entradas de noviembre, 2014

El primer te quiero

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José Enrique Oti García.

La salud

Si disfrutas de buena salud, no te quejes de lo que tienes ni de lo que no tienes, pues la salud es el mayor de los bienes. José Enrique Oti García.

Pecado de mis pensamientos (versos)

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A ti, pecado de  mis  pensamientos, te voy llevar al cielo de los pecadores, donde las brisas se hacen vientos y los besos tienen diferentes sabores. Veneno con dulce sabor a menta serán mis labios, locos, encendidos, que harán estallar una tormenta con los mas deliciosos gemidos. Y cuando te subas al carro de fuego tirado por los caballos del frenesí, disfrutaré de tu aroma a espliego mientras me convierto en parte de ti. José Enrique Oti García.

Si eres de esas personas

Si eres de esas personas que se creen que estar sola es de gente desgraciada, es porque no sabes lo que es estar mal acompañada. José Enrique Oti García.

No hagas de una arena una playa de lamentaciones

La vida es cómo una película en la que el destino es el director musical. Cuando nos quita la música y no podemos bailar, creemos que es lo peor que nos podía pasar, y como tontorrones, hacemos de lo que es solo una arena una playa de lamentaciones, aun sabiendo que la música volverá a sonar, y lo que es peor, sabiendo que lo único que no tendría solución, jolines, sería que el director, quitase a los bailarines. José Enrique Oti García.

Una persona inteligente

Una persona inteligente nunca habla de su inteligencia. Su inteligencia habla de esa persona. José Enrique Oti García.

En privado y en público

Jamás digas en privado lo que nunca dirías en público. José Enrique Oti García.

El árbol de la tentación

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José Enrique Oti García.

Quisiera ser bello halcón peregrino (poesía)

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Quisiera ser bello halcón peregrino que con sus garras de amor, pintureras, logra hacer un paradisiaco camino desde tus labios hasta tus caderas Quisiera que fueras águila de pasión, que con su dulce pico,  en miel bañado, hiciese una hoguera de este gorrión, hasta que grite tu nombre, extasiado, Quisiera hacer de ti, melosa tigresa, lo que hace el sol mañanero con la nieve, quisiera hacer de ti,  dulce princesa, lo que ni el diablo a hacer se atreve Quisiera que sintieras la primavera naciendo de tus entrañas de diosa, al convertirte en verde enredadera que trepa hacia el cielo, gloriosa. José Enrique Oti García.

Entre querer y amar

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Entre querer y amar no hay ninguna distinción,  si se quiere, o se ama, de corazón. José Enrique Oti García.

la búsqueda de la felicidad

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José Enrique Oti García.

Se convertirá en poesía

El día que logres ver a una mujer como un rayo de luna por la noche y como un rayo de sol por el día, cuando le hagas el amor se convertirá en poesía. José Enrique Oti García.

Lo que se nos antoja duro de pelar

La vida, es ese camino, en el que para ser felices, vamos enterrando                    penas y alegrías desde que comenzamos a caminar.          Si tienes una pena no te olvides que la tienes que enterrar,               que siempre dejamos para mañana, lo que                            se nos antoja duro de pelar. José Enrique Oti García.                     

El amor es inmortal

El amor es inmortal. Hasta el que tuvo mala muerte, después de muerto, vive eternamente en tu memoria, porque en su día,  supo envolverte, en una dulce historia. José Enrique Oti García.

Mil trechos (poesía)

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El amor  es bello verderón, y trina románticas melodías que se instalan en el corazón. Hasta el fin de nuestros días mantendrá viva la ilusión. Cuando busquen tu frente besar,   o una cabeza busque tus pechos para posarse, descansar y hablar, el amor ya anduvo mil trechos, y mil trechos volverá a andar. Mil trechos de sexo, de pasión, de caricias, de vuelos al infinito de la cariñosa leona y del león. De hacer lo pecaminoso, bonito, de perder, por momentos, la razón. José Enrique Oti García.

No es tan malo ser pobre

 D e las profundidades de la pobreza he  llegado a las  mas altas cumbres de la miseria, y de las más altas cumbres de  la miseria volví a la pobreza. No es tan malo ser pobre, si se lleva con entereza. José Enrique Oti García.

Cuatro rimas

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José Enrique Oti García.

Peca, peca, peca sin pecar

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José Enrique Oti García.

Alma bendita, enamorada

Alma bendita, enamorada, debe saber hacer de unos sentimientos, ermita, y de otros, posada. José Enrique Oti García.

Así es la vida

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Ya no eres aquel ruiseñor que un día abandonó el nido cambiando escarcha por flor, eres un cuervo y mal herido. Hacerla arder quisieras, con fuego pasional, lento, que recorriendo su rivera la llenase de dulce contento. ¿Mas quien puede hacer arder unas caderas que son de hielo? ¿O quien se puede perder en un infierno que fue cielo? No volverán momentos de gloria en que fuiste caballo de batalla, por hacer  de tu vida una noria en la que no supiste dar la talla. José Enrique Oti García.

Melancolía

Melancolía, a menudo, es el ayer que llega presumiendo de ser mejor que el hoy, y si la crees, que el mañana, pues el mañana, es el hoy de ayer. José Enrique Oti García.

Demasiado joven para ser viejo

                                      Los 59 Soy demasiado joven para ser viejo y demasiado viejo para ser            joven. Estoy en esa edad que cuando piensan que voy, de       vuelta, vengo, y cuando piensan que de vuelta y media          estoy, ni estoy de  media vuelta. Estoy en  esa edad                  que, a veces, ni yo mismo me  entiendo,                     pero  de algo seguro voy,  si me                             necesitas,  aquí estoy. José Enrique Oti García.

Lamiendo perolas

En política, alegrarse del mal ajeno no es tener en la    sangre veneno. Cuanto peor lo hace uno, más se      alegra el otro.  Izquierda, centro o derecha,  no         duda en prender  la  mecha para   recoger          la explotada cosecha.  ¡Qué  importa           que  la gente  esté en el rompeolas!            Ellos   seguirán  comiendo  caviar,              y el  pueblo,  lamiendo perolas. José Enrique Oti García.

De nada vale (rimas)

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De nada vale recordar el río aquel, de agua  fresca, clara, limpia, cristalina, en el que no sumergiste, cómo ondina, en sus aguas turbulentas, tu tersa piel. De nada vale que lo imagines cuan miel de una colmena cómo la tuya, latina, dónde te ves abeja reina, feliz, divina.. si cuando pudiste no hiciste ese papel. De nada vale ser dichoso, imaginando besos frescos, cuan soleado amanecer, cuando los aguaceros andan rondando. De nada vale el  amor que no pudo ser, si acaso, para que acabes añorando el amor que te rodea y no quieres ver. José Enrique Oti García.

En la cárcel del olvido

En la cárcel del olvido están prisioneros los recuerdos de todos los momentos que hemos vivido. José Enrique Oti García.

Precioso ángel terrenal (rimas)

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Habrá quien crea firmemente  que no existen ángeles ni gloria, y que el tedio es un demente que se inventa mil historias. Yo no albergo ninguna duda. Yo, y mi viejo instinto animal, vemos en una mujer, desnuda, a un precioso ángel terrenal. José Enrique Oti García.

El amigo fuerte y el amigo débil

En momentos en que la vida se comporta cómo una bruja,     compruebas con asombro, que el amigo débil que           arrima  el hombro, es más fuerte que el                          que  más empuja. José Enrique Oti García.

Si tuviéramos que decidir

Muy pocas personas nos consideraríamos dignas de llamarnos buenas, si tuviéramos que decidir entre ser pobres de pedir, o  ricos de no dar. José Enrique Oti García.

Podría decir y digo (poesía)

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Podría decir, y digo, que no me atrae su beldad, señora y luego mil veces me maldigo, al confundirla con la aurora. Podría decir, y digo, que no seré cántaro en su fuente, y luego mi veces me maldigo por que es mi sueño más caliente. Podría decir, y digo, que sus labios no me llaman y luego mil veces me maldigo por que los míos los reclaman. Podría decir, y digo, que no me excita su sensualidad. y luego mil veces me maldigo al desearla en mi soledad. José Enrique Oti García.

Sin amor

Sin amor, el mundo sería un infierno. Viviríamos un eterno invierno.   Nos comerá el frío. Sería sentir el más desolador vacío,  por eso,            conmigo estaréis de acuerdo, que  hay que luchar para           conservar a ese loco que jamás estará cuerdo, pues              tan fácil es que nos coma su ventura como que                                  nos devore su recuerdo José Enrique Oti García.

Pequeño poema de amor

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Criatura de limpia mirada, ingenua, preciosa, tierna, que del amor estás enamorada, que crees en la dicha eterna, cuidado con el bello halcón si un día estás acalorada, Sabe que la más bella pasión, es la de la ternura desbordada. José Enrique Oti García.

Uno de los palos más grandes que da la vida

Uno de los palos más grandes que da la vida, es tener a cualquier ser que amas alejado, cuando lo tienes a tu lado. José Enrique Oti García.

La jardinera se vuelve loca

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La jardinera se vuelve loca... loca que ve rocín en caballero. En él va cabalgando, y lo cierto, es que se siente un lucero. La jardinera se vuelve loca.. loca que va a llegar a puerto y se convierte en un velero que navega en mar abierto. La jardinera se vuelve loca... loca, prisionera de prisionero, que cree que está soñando despierto al ver que se derrite su enero. La jardinera se vuelve loca, loca perdida en cálido  desierto, y lo riega con inmenso aguacero que deja su talle medio muerto. La jardinera se vuelve loca... y ara y ara...  su amado huerto hasta que el pájaro carpintero deja su edén de  rocío cubierto. José Enrique Oti García.

El amor

El amor es ese dulce veneno que todos queremos tomar, sabiendo que nos  puede matar. Unos lo toman en ayunas, otros después de desayunar, y quienes no lo toman, se mueren por poderlo tomar.  José Enrique Oti García.

Si por querer, quisieras (poesía)

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Si por querer, quisieras... Filigranas de oro y plata dibujaría sobre tu piel, para encender a la gata echa de nata  y miel. Si por querer, quisieras... Filigranas gitanas, dibujaría, sobre tus sensuales caderas y de precioso talle comería todo lo que a comer me dieras. Si por querer, quisieras, Filigranas mis besos serían en en tu valle de la poesía.  y cómo maremoto llegarían los  oleajes de la agonía. José Enrique Oti García.

El amor también enferma

El amor empieza a enfermar cuando quien no debía querer tener sexo con nosotros, quiere, y quien debía querer,  no quiere, así que, o la pareja indolente lo cura, o el amor se muere. José Enrique Oti García.

De vez en cuando conviene mirar atrás

De vez  en cuando, conviene mirar atrás para saber de donde venimos, donde estamos y adonde queremos llegar, pues si  no se deben poner límites a nuestras metas, tampoco se  deben buscar metas imposibles de alcanzar. José Enrique Oti García.

El tiempo se nos escapa

El la juventud, quemamos una etapa y no vemos que el tiempo se      nos escapa, ya en la madurez, vemos que el tiempo es como espada que nos tiene contra la pared, y no podemos hacer  nada, más que disfrutar cada segundo, y si mañana se  acaba nuestro mundo,  que nos pille el tren habiendo  comido bien, de los manjares terrenales y de los  de la fruta del Edén.                                        José Enrique Oti García.

La compañera

Si solitaria es la noche para quien tuvo y no tiene en su cama una compañera, más solitaria es, para quien  la tiene y es cómo si no  la tuviera.  José Enrique Oti García.

Si supieras (versos)

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Si supieras... lo que el silencio musita acerca de lo yo que te haría al verte tu cara bonita... o me amabas o me matabas. Si supieras... como te desnuda mi mirada, como te  acaricia mi pensamiento, y lo que te haría en la madrugada... o me amabas o me matabas.  Si supieras... la pasión que tengo guardada y el deseo, cómo te desea, estrella de una noche estrellada... o me amabas o me matabas. José Enrique.

Alfareros de sueños

Los verdaderos artistas, los alfareros de sueños, cuanto más barro encuentran en su camino, más de su destino son dueños. José Enrique Oti García.

Si empuñas la espada de la verdad

Si empuñas la espada de la verdad, en guardia debes estar, por que a mucha gente vas a ofender y tendrás que espadear. José Enrique Oti García.

No es lo mismo

Al desengaño lo acompaña un sin vivir por miedo a volver a sufrir, pero no es lo mismo, tener un recelo profundo que aislarse del mundo. No es lo mismo, por que quien se aisla se hace daño  a si mismo, y quien recela, por su seguridad vela.  José Enrique Oti García.

Ella (poesía)

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Ella, en su frente lleva gravados los besos que le dio la vida, en su carne, a fuego, tatuados, cada duro golpe, cada herida. Ella, en su pecho lleva guardado un precioso jardín de gozos, en su mirar, bien disimulado, un triste campo de sollozos. Ella. en su corazón  lleva una espina en sus manos una bella rosa, tiene alma de criatura divina, la amiga, la novia, la esposa. José Enrique Oti García.

Siempre son los labios

Siempre son los labios, no los besos, los que encienden la pasión y siempre es uno de los amantes, no el amor, quien acaba con una relación. José Enrique Oti García.