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Mostrando entradas de julio, 2014

El amor es como un río (poesía)

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Despiértala con un beso y un ramito de violetas en una bandeja con café, tostadas, miel y galletas. Despiértala con una sonrisa, acaricia su cabello, enredado, abre la ventana al nuevo día, que sepa que sigues enamorado. Que el amor es cómo un río que desemboca en la mar, pero ese caudaloso río, si no se cuida, puede secar. José Enrique Oti García.                                            

La mentira

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Si te pillan en una mentira, pregunta a quien te pilló si nunca mintió, si te dice que no, habrás pillado en otra mentira a quien te pilló. Ojo, que no se debe mentir, seguir mi ejemplo que nunca miento, sí, si, por vosotros lo lamento, y no es vanidad, yo nunca miento, cuando digo la verdad. José Enrique Oti García.

A ti, amigo (rimas)

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A ti, amigo, que amas y eres amado, si en un momento dado,                     cambia tu suerte, y las sombras vienen a verte,                 por que tu paloma  voló a otro palomar,                   buscando a otro  a quien amar...                  Cuando de ella tengas que hablar,            habla de los momentos de felicidad, de cuando  en vuestra relación había paz, jamás pierdas la compostura,  aunque estés rozado la locura, pues el hombre, hombre deja de ser,                              al hablar mal de una mujer. José Enrique Oti García.

La mujer ardiente

La mujer ardiente en la cama, con las manos siente y con el alma ama. José Enrique Oti García.

Tu sonrisa (poesía)

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Sonrisa de miel bañada que se lleva el viento, aturdido, sonrojado,  sonrisa de enamorada. Sonrisa de honestidad que brilla cómo lucero en un mundo de pureza en un mundo de beldad. Tu sonrisa  criatura de dulce mirar tiene hermosura sin par, al ser de lo puro, la pureza. José Enrique Oti García.

La vida es como un inmenso jardín

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La vida es como un inmenso jardín, en el que hay, flores, hierbas                      buenas y hierbas malas. Que la humanidad lo recorra con                        humildad  y honestidad, molesta a los titiriteros ,                        a los asquerosos y viles buitre mañaneros.                             Ojalá el jardinero se volviera  lancero                             y clavara a esas aves de mal agüero                                     Ojala esos mal nacidos                                      pagaran en vida                                          cada muerte                                          cada golpe,                                             cada herida.               José Enrique Oti García.

Lo que importa

2.-No debe importarte saber de donde vienes ni adónde vas, lo que debe importarte es dónde estás. José Enrique Oti García.

Ave del paraíso (poesía)

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Ave del paraíso de bello plumaje blanco es tu viso, colorido tu traje. Sueñas despierta con un conquistador, tu puerta  abierta para un ruiseñor. Bendito sea tu amor, amor sin temporal, bendito sea tu candor y tu aliento celestial. José Enrique Oti García.

Vivir nuestras propias vidas

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Los seres humanos tratamos de vivir nuestras propias vidas, pero, todos hablamos sobre todos, sobre todo, de todos. José Enrique Oti García.

No hay mujer pequeña (rimas)

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José Enrique Oti García.

El sol que más calienta

Si te arrimas al sol que más calienta puedes salir quemado, que en esta  vida, malvada, nadie regala nada, y si alguien te da algo de lo que tú careces, acabarás pagándoselo, y con creces. José Enrique Oti García.

Niña

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Te quedas en casa y me dices que odias estar a solas, pero niña ¿Es que no sabes que hay que ir al campo para encontrar amapolas? José Enrique Oti García.

Cuando se acaben los miedos (poesía)

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Cuando se acaben los miedos. y vea los fantasmas del viejo molino, las tardes de fiestas, de vino, las maldades que se hacían credos. Los primeros cortes, los profundos. las mentiras que robaron ingenuidad,   cuando mi juventud rebosaba maldad, la perversidad de actos inmundos Cuando me enfrente al Creador cabeza gacha, quizás de rodillas, y esté viendo todas las astillas que en su camino dejó el pecador. Lloraré, apenado, desconsolado, no por miedo al infierno, cariño, lloraré mis penas, cómo un niño, por que ya nunca más estaré a tu lado. José Enrique Oti García.

Dez aluvións (diez aluviones) - poesía

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A cabeza afumada. Gaivotas as sensacións. Chega a tronada. Chegan devocións, Noite pechada. Luz de satisfaccións. Fogueira embruxada, Bulideiras insinuacións. A cabeza afumada. Espertan mil tentacións. A mente cegada. Mimbres de ladróns. ¡Ai a mirada! !Ai as sensacións! ¡Ai o voo e as riadas! ¡Ai que son dous os aluvions! A cabeza afumada. As verbas fanse cancións. A calma dourada. Ditas de gorrións. A namorada. O candor dos leóns. A pombiña descarada. Rexurden  tribulacións. A cabeza afumada. Arrecenden leiróns. Chega foliada. Chegan comechóns. ¡Ai, a mirada! ¡Ai as sensacións! ¡Ai o voo e as riadas! ¡Ai que son catro os aluvións! A cabeza afumada. Repousan os corazóns. Houbo algarada. Parecen tizóns. Deusa calada. Lembra os arreóns. Volta escitada. Os ollos piden solucións. A cabeza afumada. Son brasiñas os carbóns. Xa ven a chamada. Xa son dous ciclóns. ¡Ai, a mirada! 1Ai as sensacións! ¡Ai o voo e as riadas! ¡Ai que so seis os alu

Colibrí adulador (poesía)

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Colibrí adulador que libas en la aurora. tuyo es el esplendor de la  flor que aflora. La ves es su plenitud por el rocío bañada, rocío de juventud, de flor entregada. Colibrí adulador, si prometes  la gloria, se caballero, señor, señor con memoria. José Enrique Oti García.

Del enemigo

Al enemigo la discusión lo hace más fuerte, el desprecio lo hiere, la indiferencia lo mata, y el olvido lo resucita. José Enrique Oti García.

El gorrión se transformó en halcón (versos)

En horas bajas, el halcón se transformó en halcón. En horas bajas, cuando el coma lo convirtió en vegetal. cuando hablaban de un inminente final despertó el gorrión, extraño entre extraños, a nadie conocía. Fueran muchos los daños. pero sus cenizas, barro pudieron hacer, y el que daban por muerto, volvió a nacer. En horas bajas,  cuando el silencio le gritó cuando una sombra lo irritó, cuando los amigos se fueron cuando al amor lo zurcieron con un remiendo de colores. sus pensamientos destructores. En horas bajas, cuando las estrellas no sabían  brillar cuando los jilgueros  no sabían trinar, cuando el campo estaba seco y baldío cuando la impotencia le trajo escalofrío. que hizo temblar todo a su alrededor. En horas bajas, el gorrión se transformó en halcón.                                                                   José Enrique Oti García.

Quita las piedras del camino (poesía)

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José Enrique Oti García.

Carta

Villagarcía de Arosa - 24 - 7 2014 Para: X Hay personas, casadas, solteras y separadas, que después de los 50 años comienzan a vivir con más intensidad y otras que comienzan a morir, en su soledad (aún estando acompañadas y sabiendo que son amadas), y  no  por   sus  bienes  ni por sus genes, es su optimismo el que  hacen  que  unas, se sientan jóvenes en su interior, y crean que la  vida, aun les  deparará  lo  mejor, y el pesimismo el que hace que otras, piensen  que  ya  está  bien  de soñar, que cansa demasiado el caminar. Que hacer el amor a cierta edad es una barbaridad, que un beso bajo la luna no lleva a parte ninguna... A estas les  recomiendo dar un paseo por el hospital, que toquen la máquina incineradora, sí, incineradora, señora, cómo yo  hice  en su día, y a su vida  volverán las ganas de vivir, que ni  estaban  muertas, ni tuertas, solo andaban despistadas. En fin, más nada. Atentamente:  José Enrique Oti García

Los buenos mentirosos

Los buenos mentirosos tienen una enorme facilidad para meter en cada mentira una pizca de verdad. José Enrique Oti García.

Seis versos

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¿Qué si tengo ganas de usted? ¿Tiene un niño ganas de un caramelo? ¿Tiene ganas un diablo del cielo? ¿Tiene ganas un gorrión de emprender el vuelo? ¿Qué si tengo ganas de usted? La respuesta es, sí, no, tal vez. José Enrique Oti García.

De mata a encina

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Puede que un día te sientas sola, perdida,  cómo una ave herida,                a la que sus alas, ayer perfumadas de azahar,               ya no la dejan volar, y ahogada por las penas,  sientas cómo se  enfría la sangre de tus venas. Puede que ya tengas            una edad, y creas que la vida no  tuvo contigo piedad.   Es el momento justo de dar un paseo . Te darás cuenta  de que los                    pájaros siguen trinando, que tu sol sigue brillando,               la tierra girando, y que tú puedes hacer dos cosas,                 seguir llorando,  o intentar disfrutar de la vida.  ¿Cómo? Comienza rompiendo la rutina, es el primer paso para pasar            de mata a encina, si lo das, te aseguro que la  felicidad,                             te espera a la vuelta de la esquina. José Enrique Oti García.

Mi perfil

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Nombre: José Enrique Oti García. Edad: Matusalén, a mi lado, un chiquillo. Estado civil: Civilizado. Profesión: Caza sueños. Hobby: Vivir para amar, amar para vivir. Comida preferida: Lo que me pongan y me ponga. Bebida: Vino, aunque pocas veces viene. Virtudes: Ninguna, María, una. Defectos.-Todos, menos el defecto de creer que no tengo defectos. Foto de perfil: .

Toro bravo

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La vida es cómo un toro bravo. Si  eres lo suficientemente valiente,        agarra al toro por los cuernos. A veces lo tumbarás,           otras, te llevaras una cornada. Te llamarán loco,  pero al final, cuando la faena se acabe, los que te tildaron de loco,            se darán cuenta de que mientras tu sufrías y gozabas,                       ellos, miraban al toro desde la barrera.  José Enrique Oti García.

Tu peor enemigo

Tu peor enemigo es aquel que se sabe disfrazar de amigo. José Enrique Oti García.

Entrelazados como enredaderas (rimas)

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Caen las hojas del viejo roble y los pétalos de una flor otoñal que guarda en su alma primaveral el instinto de una leona, noble. Trina en el jardín, un joven jilguero, mientras, un beso, en fase virginal, y una caricia, tierna, dulce, sensual, se va mezclando con un "te quiero. Entrelazados cómo enredaderas, viajarán una vez más por sus cañadas. miles de veces recorridas, exploradas, y cada año que pasa, más deseadas. José Enrique Oti García.

Las miradas a tu pareja

Si miran a tu pareja con deseo, no te molestes, peor sería que no la miraran. José Enrique Oti García.

La persona a nuestra medida

      La persona del sexo opuesto "a nuestra medida" que nos ame             por nuestras virtudes y se olvide de nuestros defectos,                no la vamos  a encontrar, a quien podemos encontrar              es a  una persona que nos ame a por nuestras virtudes                                a pesar de nuestros defectos José Enrique Oti García.

Caricias (poesía)

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Caricias de madrugada, envueltas en dulzura, envueltas en ternura envueltas en una mirada. Caricias de terciopelo, envueltas en azahar, envueltas en el palpitar al emprender el vuelo. Caricias de enamorados envueltas en ambrosía, se convierten en poesía. al incendiar los prados. José Enrique Oti García.

La amistad

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La amistad es como la perla  que encontró el buen mercader.  Es una pieza de inmenso valor,  pero nunca debes vender  nada por ella,  pues podría ser   que la perla fuese mercader, y el mercader una buena pieza. José Enrique Oti García.

La mirada de una mujer

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José Enrique Oti García.

Wife, lover and friend

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You are the best wife, lover, and friend of the world, because, darling, you are my world. José Enrique Oti García.ç

Fe, sí, fanatismo, no

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Hace años vi a una niña en una procesión caminando de rodillas. Tenía las rodillas ensangrentadas, iba caminando así  para cumplir una promesa que le había hecho su madre a la V irgen de las Cabezas. Vi a su madre a su lado, sonriendo. Vi al cura, orgulloso, y creí ver a la virgen llorando al ver como la ignorancia era pasto de la prepotencia. José Enrique Oti García. 

Ilusión, éxito, determinación, esfuerzo, perseverancia y beneficios

La ilusión es  el abuelo del  éxito, la determinación, su abuela, el esfuerzo, su padre,  la perseverancia, su madre, y los beneficios, sus hijos. José Enrique Oti García.

Amar a una mujer (poesía)

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                                        Amar a una mujer                                   por vez primera                           es amar a una primavera                             que empieza a florecer,                              es descubrir la ternura                              en su estado de pureza,                        es ver lo más bello de la belleza,                          es sentir la locura de la cordura.  José Enrique Oti García.

Momento mágico (rimas)

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Un baile, pegada con tu  enamorado, a media luz, en la intimidad de una habitación, junta la ternura y la picaresca. la imaginación se  va de pesca y el momento mágico te deslumbra, pues en la penumbra, entre el fervor, en sus labios ves, la esencia  del amor. José Enrique  Oti García .

Amanecer (poesía)

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Amanecer, eres amanecer, eres amanecer, mujer. Tus ojos son bellos soles, que iluminan el paraíso que ve en tus caderas, el que se vuelve caracol. Amanecer, eres amanecer, eres amanecer, mujer. Tus labios son la rosada donde se baña el halcón eres, embrujada madrugada, eres, la dueña de su corazón. Amanecer, eres amanecer, eres amanecer, mujer. José Enrique Oti García.

La caricia traviesa

La caricia traviesa es una anciana amoral y con el ojo abierto , que lleva desde el principio de los tiempos llamando por el beso informal que nos lleva al huerto. José Enrique Oti García.

Ser tan hermosa (rimas)

Ser tan hermosa es un pecado, mujer, ser tan hermosa hace pecar al querer al querer, mimosa. al querer, tu querer. Ser tan hermosa, es un pecado, mujer. ser tan hermosa, el rumbo hace perder, por una senda gloriosa, la del querer, tu querer. José Enrique Oti García.

Villagarcía de Arosa - Mi ciudad

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El amor es como el vino

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El amor es como el vino, puede ser  bueno o puede ser dañino, pero por mucho que tu vida destruya, siempre quedará el recuerdo de un sentimiento que arrulla, de un sentimiento que  escribió una historia imborrable en la memoria. José Enrique Oti García.

Chiste gráfico

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José Enrique Oti García.

La legaña

La Biblia dice que hay quien ve la paja en el ojo ajeno y no ve la viga en la suyo. Cuando yo era niño, no lo entendía, ahora lo entiendo, pues sé que hay personas que ven la legaña en el  ojo ajeno y no ve un cesto de mierda en el suyo. José Enrique Oti García.

Cara que me queda tras el sábado, sabadete

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Barrer la casa

A  lo  largo de mi vida, aprendí,  que cada vez                       que barría mi casa,                   necesitaba barrer aun más, quizá por eso, me  mantengo ocupado  quitando                  basura de mi casa, para no caer   en la tentación,  de quitar la basura de los demás. José Enrique Oti García.                         

Tú no buscabas príncipes (rimas)

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Tú no buscabas príncipes besando ranas de pozas, ni  mágicas calabazas  que se volvieran carrozas. Sabía que eran cuentos, que la vida es cómo mariposa, efímera como un suspiro, mas, preciada y preciosa. Estabas hecha de libertad, volabas con alas de fuego, y quemaba tu beldad, mas te detuvo un "te quiero. " Un te quiero, desnudo  que llegó hasta tu alma al volar por vez primera al paraíso de la calma. José Enrique Oti García.

Trocito de Cielo

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Si estás enamorada, no pidas la Gloria para tu consuelo, no pidas la Gloria, porque tú ya eres su trocito de Cielo. José Enrique Oti García.

Amor, amar, amarte

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Amor, amar, amarte, es olvidase del "yo" y convertir "nosotros" en una obra de arte. Amor, amar, amarte, es acariciar con  ternura, con tan bella dulzura que  lleve a extasiarte. Amor. amar, amarte. es olvidarse del "yo", y convertir "nosotros" en una obra de arte. José Enrique Oti García.

Optimista y pesimista

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La persona optimista ve en su tristeza que pronto llegará la  alegría, la  pesimista ve en su alegría que pronto llegará la   tristeza,  la primera  disfruta de la vida vive, la segunda la malvive . José Enrique Oti García.

Andrés, las náyades y la arpía (relato)

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Andrés, era un joven de veinte años, moreno y aventurero. Había llegado al pie de una montaña griega que había descubierto en un viejo mapa. Para ello tuvo que cruzar valles, atravesar ríos, subir y bajar montañas, y pasar a través de una cueva, tras una catarata. Allí estaba, majestuosa. -¡Al fin! -exclamó. La hada de los viento, rozando unas rocas, le dijo: "Huuuuuuuuye". pero, Andrés, no la oyó. Subió la ladera de la montaña, al llegar a la cima,  al tiempo que lo celebraba, la vio. Era una casa blanca en medio de un inmenso valle. -¿Quien vivirá  tan alejado de la sociedad? La hada de los vientos, le dijo: "Huuuuuuuuuuuuuuuye" pero, Andrés, no la oyó Bajó la montaña y se adentró en el inmenso valle, por el que pasaban  dos ríos, y dónde había árboles frutales  y animales de todas clases Al fin llegó a la casa blanca. -¿Quién vivirá en un sitio tan apartado? -se volvió a preguntar, Andrés.