Versos subidos de tono

 Anoche la tuve entre mis brazos, rendida.

Fue leña que quemó el fuego de mi hoguera.

Fue gaviota sobre  la cubierta de mi galera

Fue ave con el rumbo extraviado, perdido.


Me refrescaron la boca los jugos de su querer.

Era una corriente que venia, que se iba y volvía.

Siete veces me juró, al tiempo que se estremecía,

que nadie antes que yo le había dado tanto placer.


No hubo palabras de amor, hubo sonoros ladridos.

Yo era perro callejero y ella era perra de callejón.

Si yo no me hartaba de comer su fresco bombón,

la morenaza  no se cansaba de bañarme en gemidos.


Por una noche fui el más grande siendo pequeño.

Por una noche amé a la más sensual de las señoras.

Por una noche fui el dueño de sus minutos y sus horas.

Por una noche tuve el mejor sueño de todos los sueños.

José Enrique Oti García.





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