Y de dos nubes nació la tormenta (soneto - poesía)
Llegó el grato olor a menta
acariciando los labios mojados,
por otro labios dulces, delicados,
y de dos nubes nació la tormenta.
Una tormenta que se volvió violenta.
Abrazos y besos desvergonzados
dejaron los silencios empapados
con una intensidad virulenta.
La beldad miraba y no veía nada,
porque la vista la había perdido
entregando la esencia guardada.
Solo fuera un sueño en la madrugada,
mas el loco había poseído
a su muñequita más deseada.
José Enrique Oti García.
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