Capricho (poesía)
¿Podía ser un abrazo obsceno
si me parecía ser poesía
al guiar un beso que encendía
la luz que el alma estremecía
como su virgen a un nazareno.
¿Podía ser mortal aquel veneno
que con su encanto adormecía
al dichoso gorrión que lo bebía
si al saborearlo ya moría
por perderse en su talle moreno?
¿Podía cautivar un sonido ameno
si perfumada brisa presentía
que iba llegar una algarabía
que haría de lo malo algo bueno?
¿Podía la malicia hacer pleno
uniéndose a la nueva picardía
para desatar una pasión sin freno?
Podía, y fui al jardín del centeno,
jardín de suspiros y alegría
donde la brisa se convirtió en trueno.
José Enrique Oti García.
si me parecía ser poesía
al guiar un beso que encendía
la luz que el alma estremecía
como su virgen a un nazareno.
¿Podía ser mortal aquel veneno
que con su encanto adormecía
al dichoso gorrión que lo bebía
si al saborearlo ya moría
por perderse en su talle moreno?
¿Podía cautivar un sonido ameno
si perfumada brisa presentía
que iba llegar una algarabía
que haría de lo malo algo bueno?
¿Podía la malicia hacer pleno
uniéndose a la nueva picardía
para desatar una pasión sin freno?
Podía, y fui al jardín del centeno,
jardín de suspiros y alegría
donde la brisa se convirtió en trueno.
José Enrique Oti García.
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