Capricho (poesía)

Recorrí tu cuerpo,  era un pecado,
y pequé, pequé hasta la saciedad,
buscando con mis labios la humedad
de tus labios, que con sensualidad
a tu gozo me tendrían atado.

Tus montaña del talle encantado
con sus cimas pidiendo suavidad
fueron  ambrosía en  mi voracidad
y las recorrí con calma, humildad,
humildad, de gorrión apasionado.

Al botón me pareció embrujado,
nublaba apasionada claridad.
Lo besé hasta que la oscuridad
dejo  mi instinto de miel preñado.

El lindo terciopelo sombreado
del monte de la deliciosa beldad
peiné en recorrido de maldad
hacia el el tesoro más preciado.

Al llegar al laberinto dorado
abrí el frasquito de la ansiedad
buscando su manantial templado.

Tus besos me tenían asfixiado.
cuando bajo una fuerte tempestad
llegaste al dulce puerto soñado.

José Enrique Oti García.







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