Acercas al Señor con tus escritos. Crees en los ángeles celestiales. Ves el Edén en tus pastos natales. Tu amor, en silencio, habla a gritos. Estás entre las benditas y benditos que sueñan con paraísos terrenales, con amores, mágicos, espirituales. Tu amor, en silencio, habla a gritos. Eres una dama de delicados cariñitos, de palabras y gestos bellos, cordiales, de sonrisas dulces, tiernas, afables, Tu amor, en silencio, habla a gritos. José Enrique Oti García.