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Mostrando entradas de octubre, 2014

El amor y la mentira

Hay algún te quiero de mentira que con el tiempo se hace te quiero de verdad, pero también es verdad que, casi siempre,  el amor que co n una mentira nace, con otra mentirá muere. José Enrique Oti García.

Cremallera

Compañero, compañera, si eres feliz, cremallera, que hasta a los seres bien intencionados la envidia pega bocados. José Enrique Oti García.

Al renacer la niña traviesa

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Al renacer, la niña traviesa, en el paraíso de la ilusión, cuando su galán  la  besa más le vale ser un león pues libera la pasión, presa, y se convierte en un ciclón Luego, cuando serpentinas,  atrevidas, tiernas, osadas recorren sus bellas colinas y nublan su dulce mirada, es cómo una verde encina envuelta en llamaradas. Envuelta en llamaradas arde la niña, arde la mujer, arden floridas hondonadas. queman sus entrañas, su ser, y buscan esa mágica ensenada donde las olas son de placer. José Enrique, Oti García.

La profunda soledad

De la  más profunda soledad son testigos quienes no tienen amigos ni enemigos. José Enrique Oti García.

Para pensar

En ciertas cosas, a veces, imaginar, es  mejor que la realidad,                     pues en la realidad, no logramos ni la cuarta parte                 de la mitad,  del placer que se puede lograr,                     cuando  la imaginación  echa a volar. José Enrique Oti García.

El miedo al fracaso

Quienes  tienen  miedo al fracaso, no son fracasados, pero para triunfar el miedo hay que dominar, pues ese miedo impide dar el primer paso, y sin dar el primer paso, no se empieza a caminar. José Enrique Oti García.

Reina (poesía)

Los r ayos de luna en sus cabellos son mechas de garza encantadora. Un jilguero, los mira, los adora, y disfruta de sus bellos destellos. Los años maduraron la princesa. princesa que se hizo dulce reina, reina que rayos de luna peina, reina con preciados labios de fresa. Lejos quedan los años de locura, cuando la niña quiso ser señora, y en un beso hallaba ventura. Cerca está la tigresa, seductora, que quiere volver loca la cordura, y perderse, en noches de aurora. José Enrique Oti García.

Mi punto de vista

Siempre veo muy pequeño a quien se cree muy grande. José Enrique Oti García.

Lo queremos tener todo

Lo queremos tener todo y no puede ser. Algunos tenemos salud, de comer y de beber, y nos quejamos. Cuando no es por el amor, es por que llueve, cuando hace sol por que hace sol, y si hay niebla por que hay niebla. Yo no creo que con eso estemos  perdiendo el juicio, pero muchas veces, nos quejamos de vicio. José Enrique Oti García.

Te imagino (poesía)

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Te imagino sobre pétalos de rosas. De piel es el precioso pijama que cosido a besos, clama, por más caricias amorosas. Te imagino siendo la diosa de los sembrados, que siembra y recoge besos, tiernos, ardientes, travi esos, besos, dulcemente apasionados. Te imagino. subida  a un carro de pasión. Las bridas del caballo sujetas, al entregar un ramito de violetas que perfuma la habitación. Te imagino volando por mi firmamento. Tus luceros perdiendo luz, con un placer que es la  cruz de la tumba del aburrimiento. José Enrique Oti García.

La ausencia de miradas

A lo largo de nuestras vidas nos encontramos con miradas, dulces,       que enamoran, miradas sexys, que nos acaloraran, y cuando                llegan,  miradas serias,  que no nos gustan, e incluso con          miradas que nos asustan, creemos que esos momentos             son cruentos,  sin saber que no son tan  malos. Los               momentos que de verdad dan palos, y patadas,                        son los de la ausencia de miradas. José Enrique.

Desgraciadamente, la fotografía es real

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La más bella melodía

Amar por vez primera es empezar a componer  la más bella de las melodías y si el amor es verdadero la seguirás componiendo hasta  el fin de tus días. José Enrique Oti García.

Dicen que quien te quiere no te hiere

Dicen que quien te quiere no te hiere. Mentiras de farsantes. Si te habla con  palabras altisonantes, un extraño, te hace daño, pero si  quien amas se sube a la parra, tus entrañas desgarra. José Enrique Oti García.

Caricias (poesía)

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Caricias de terciopelo, caricias envenenadas que te llevarán al cielo. Caricias tengo guardadas. Caricias que quieren trepar, caricias que quieren descender, por un talle dispuesto a amar por un talle dispuesto a arder. Caricias de golfo, de adulador, de peregrino, de pícaro ladrón, caricias de gavilán seductor, de gorrión, de mirlo y verderón Caricias que buscan atormentar con esperas en besos bañadas, caricias que te harán viajar. Caricias que tengo guardadas. José Enrique Oti García.

No es la manzana, es la calidad

Sabina, canta. "Yo no quiero, comerme una manzana, dos veces por semana, sin ganas de comer..." Yo canto: "Yo quiero, comerme una manzana, una vez por semana, con mis locas ganas de comer..." José Enrique Oti García.

Damos más valor del que debíamos dar

En el amor casi siempre damos más valor a quien nos deja del que le debíamos dar, pues no mereciendo ni una sola de nuestras lágrimas, nos cansamos de llorar. José Enrique Oti García.

Mujer bonita

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I                                           Agua bendita será tu mirar mujer bonita. II Luz crepuscular será tu risa en vuestro palmar. III Bien que anisa será un besar que tabús pisa. IV Dulce caminar será el querer en el palomar. V Precioso cantar será padecer queriendo vibrar. VI Será el vivir el enternecer queriendo morir. VII El sobrevivir, el maravillar y el consentir. VIII El agonizar, será el sentir que vais a volar. José Enrique Oti García.

Mi primer cortejo

Recuerdo mi primer cortejo, se llamaba Lolita. Era bonita, era una muñequita. Un segundo duró, y en cortejo fúnebre se convirtió. con la hostia que me metió. Me dejó la cara de lado, y sólo por haberla besado.  Pero mira por donde, esta mañana tengo ganar de rimar, y la historia entera os voy a contar. Se ve que mi beso le debió de gustar porque a mi aldea me vino a buscar. Una chiquilla preguntando por un chaval en una aldea, en aquellos tiempos era cosa fea. Ademas siendo de ciudad y con aquella beldad, hasta a los viejos se le veía la maldad.  Un verano duró la relación. Todo fue sano, aunque hubiera besos y algún achuchón. José Enrique Oti García.

Para hacer bien el amor hay que ser malo

Para hacer el mal el amor hay que ser bueno, para hacer bien el amor hay que ser malo. Aunque, algunos, somos muy buenos, cuando somos  malos. José Enrique Oti García.

Humor

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Si las relaciones estables fuesen estrellas  que se apagasen  cuando dormimos al lado de la  pareja en vez de dormir  con ella, no  quedaría en el  firmamento  ni una estrella. José Enrique Oti García.

Es más fácil

Es más fácil que un tartamudo, diga: "Supercalifragilistico- espiralidoso", de un tirón, que en una acalorada discusión,  alguien le de al otro la razón. José Enrique Oti García.

Recuerdos de amor

Quien tiene una edad, tiene recuerdos de amor bañados en lágrimas, y sabe lo que es sentir las espinas de la rosa,  quien no los tiene, es que no tiene una edad o no tuvo vida amorosa.  José Enrique Oti García.

Dama de pícaro mirar (rimas)

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¿Tienes clavada una espinita en el fondo de tu corazón por no saber si su boquita sabe a menta, fresa o limón? ¡Ay, dama, dama de pícaro mirar! Teniendo alas tu imaginación... ¡Que lento es tu caminar hacia el paraíso de la ilusión! Hay un sendero frente a tu puerta si tendieras alfombra de coquetería   el más dulce fruto de la huerta por tus encantos se moriría. José Enrique Oti García.

Las cartas del destino

El destino reparte cartas todos los días. Al final del día sabemos si eran buenas o malas. Sabremos si ganamos o perdemos la partida, pero una cosa es cierta, quien no apuesta no juega, y quien no juega, no gana. José Enrique Oti García.

Consejo

No seas dedo que señala, sé mano amiga. No   seas puño cerrado, sé mano abierta y tendida. José Enrique.

Con un beso

Con un beso de almas desnudas nacieron grandes pasiones. Con un beso de Judas se rompieron millones de corazones, y es que un beso puede traer bendiciones y maldiciones. José Enrique Oti García.

Hoy igual que ayer (poesía)

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José Enrique Oti García.

Cuatro consejos en uno

No te metas con alguien más fuerte que tú.  No te metas con alguien más inteligente que tú. No te metas, si no sabes meter, y  jamás, jamás te metas, con quien sabe mal meter. José Enrique Oti García.

Eran enanos, los gigantes (poesía)

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Grandiosos amores se murieron y se creían duros cómo los diamantes, mas cuando las maldades los hirieron vieron que eran enanos, los gigantes. Enanos aparentando ser sansones, que espantaron mariposas a cañonazos   al confundirlas con fieros leones, Enanos,  perdidos, dando bandazos. Jamás debes escupir contra el viento, ni debes decir de esa agua no voy beber, ni le debes echar al destino un tiento, pues es una pelea que vas a perder. Debes amor hasta que la noche suspire al ver cómo entras a degüello, a matar, Hacer que por segundos el mundo no gire. y mañana, que pase lo que tenga que pasar. José Enrique Oti García,

Los silencios

En una relación, a veces, llueven los silencios, y las palabras se echan de menos, por haber hablado de más. José Enrique Oti García.

Nada tenemos seguro más que la muerte

Nada tenemos seguro más que la muerte. Si quieres que no dejen de quererte, no debes olvidar, que en esta vida, lo que más se quiere, es lo que más se debe cuidar. José Enrique Oti García.

Solo tú (poesía)

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Sólo tú, que conoces las tristezas del tortuoso camino recorrido, las mentiras y las traiciones, y también el amor sentido. Sólo tú, que vuelves a soñar, con un amor, dulce, verdadero un amor que te haga revolotear con cada sincero, te quiero Sólo tú, puedes contemplar, con la ilusión de aquella niña, enamorada, en su despertar, el verdor real de la campiña. Por que, solamente tú, mujer, tienes el alma, limpia,  pura, y lo más profundo de tu ser esta hecho de bendita  dulzura. José Enrique Oti García.

Y viceversa

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José Enrique Oti García,

Aprender a nadar

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José Enrique Oti García.

Maravillosa criatura (poesía)

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Maravillosa criatura es la mujer, está hecho de sueños,  fantasías, de amor, de penas, de alegrías, contemplarla, te hace enternecer. Contemplarla es ver el amanecer cuando despunta radiante el día, despeinado, serio, sin tonterías, es ver, la naturaleza florecer. Naturaleza de fuego y aguamiel, de una inenarrable dulzura, que habita en los poros de su piel. Poros de maravillosa criatura a la que solo un necio es infiel, un necio, que perdió la cordura. José Enrique Oti García.

Volverá la primavera un día (poesía)

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Acaricia el viento los limoneros, está la hiedra bañada de rocío, en tus sienes ha anidad el frío, en las mías, hay blancos senderos. Uno de esos días, traicioneros, llegó cómo un caudaloso río, arrastrando todo con su poderío, llevándose el penúltimo te quiero. Día que acabó matando lo ti erno. de la que fue nuestra melodía y convirtió el cielo en infierno. Volverá la primavera un día, más antes llegara el invierno, y luego el verano, vida mía. José Enrique Oti García.

Nos encanta que nos alaben

A todos los seres humanos nos encanta que nos alaben nuestra              sabiduría,  pero tenemos un techo del saber, y cuando              lo alcanzamos, nos sorprendemos, de lo poco                                          que sabemos. José Enri que Oti García.

La vulnerabilidad

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José Enrique Oti García.

Ángeles

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Es verdad que algunas mujeres son ángeles que hacen al hombre mejor, y también es verdad que hay diablesas que lo llevan  a un  cielo  de candor, en ambos casos son ángeles, ángeles de  amor. José Enrique Oti García.

Amar, apasionadamente

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Amar, apasionadamente, es abrazar su mundo de fantasía, y volar entre nubes de colores subid@ a un arco iros de ambrosía gozando de sus nectarinos sabores, Amar, apasionadamente, es matar beso a beso su monotonía, colgad@ de la liana del anochecer y recorrer lentamente esa vía que lleva a la estación del placer. Amar, apasionadamente, es recorrer hasta el ú ltimo rincón del palmar con la más bella palma, haciendo que te entregue el corazón mientras le entregas tu alma. José Enrique Oti García.

Trenzando la trenza

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José Enrique Oti García.

Una persona lista

Si eres una persona lista nunca digas que sabes lo que ignoras. José Enrique Oti García.

Las espinas

El tiempo me enseñó que las espinas de amor que llevo clavadas, son espinas que no deseo sacar, pues me siento un privilegiado.  Me lo  lo dicen las cicatrices que fui  curando  con mis lágrimas.  Me dicen, y me cuentan, que fui afortunado,  por  amar y por ser amado. José Enrique Oti García.

Así escribir quisiera (poesía)

Soy rimador a mucho orgullo, acariciador, a veces, capullo. Soy trovador que cuando toca sube el calor a una roca. Nublo los sentidos, hago que la algarabía vuelva los gemidos, sensual poesía. Soy  rimador, soy trovador reparto amor reparto candor. Soy de la leche, nata, del campo un girasol, de su baño, la bata, del firmamento, el sol. Así escribir quisiera. el gorrión recatado, si palos no recibiera de todos los lados. José Enrique Oti García.

El amor es como un columpio

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Al amor es cómo un columpio, hermoso sentir el vaivén, pero recuerda que el columpio, viene y va, y que tiente tanto donaire, que, a veces,  cuando más confiado estás, es cuando te deja con el culo aire. José Enrique Oti García . José Enrique Oti García.

Loa a la mujer

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Cuando la mujer es religión, sea blanca, morena, color caoba, hallas un altar en su corazón y es humilde ermita la alcoba donde compone una canción, una dulce y romántica trova, el trovador que vende ilusión, mientras ella, suspiros le roba. Cuando la mujer es religión, su boca es pila bautismal, en la que se bautiza el gorrión, el halcón, el mirlo o el pardal, en un nuevo mundo, de pasión, maravilloso, dulce, especial, mundo donde se pierde la razón, un mundo de sueños, virginal. Cuando la mujer es religión, tiene el aroma de una rosa. Es criatura de otra dimensión. criatura grandiosa, maravillosa, lo más perfecto de la Creación, La miras y crees ver a una diosa, un ser que no tiene parangón. pues es, de lo más bello, preciosa. José Enrique Oti García.

Es la eterna primavera

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El suspiro, apagado, el pestañear, lento, del tierno enamorado  es arte en movimiento, arte a su miel entregado. Y su mirada, perdida, sensual, hipnotizante,  tiene a la garza herida Besos dulces, refrescantes, le van quitando la vida. Es la eterna primavera de otoños reverdeciendo, cada uno a su manera, más ella lo va bendiciendo, y él, bendice a su compañera. José Enrique Oti García.

Subiendo y bajando (poesía)

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Su técnica despierta, enervaba a la paloma de mentalidad abierta, con un nuevo idioma. Subiendo y bajando, muy, muy  lentamente, bajando y subiendo cómo loco penitente. Llegó un raudo remolino, y otro, y otro.Tres iguales. Se iba. Estaba en el camino. Chupó hasta los laterales. Movimientos transversales, al centro, la punta,  ¡pa dentro! Los cuatro puntos cardinales. Se iba. Estaba en el camino. Se oyó a la paloma gritar, desde el fondo la grada granota: ¡Pásala que te la van a quitar! ¡Chupón! ¡Pasa ya la pelota! José Enrique Oti García.

¿Quieres volver a ser niña?

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Mujer madura... ¿Quieres volver a ser niña y jugar con las flores con primorosos colores de la bella campiña? Si quieres... Manos de un labrador recorrerán los prados, de un otoño  soleado mientras te habla  de amor. Mujer madura,  de sonrisa melosa, no temas a la desnudez, que si lindo es el verso,    linda es la prosa... Ya quisiera la patena guardar el esplendor, la belleza y el candor, que guarda tu piel morena. Mujer madura, si quieres... volverás  a ser niña y jugarás con las flores con primorosos colores de la bella campiña. José Enrique Oti García.   

Humor

De recién asado, en la cama. ÉL.-¿Me das un besito de buenas noches. ELLA.-O dos..., o tres..., o cuatro.... ¡Pasa pa ca! A los cinco años. ÉL.-¿No hay un beso de buenas noches? ELLA.-Vale, pero no te emociones. A los cincuenta años. EL.-¿Bechito? ELLA.-¡Quita, quita, qué aun te lo di el mes pasado! De recién casados, en la cama, después de hacer... eso. ELLA.-¿Echamos otro? Me quedé con ganas ÉL.-¿Otro? Los que quieras. A los cinco años. ELLA.-¿Echamos otro? Me quedé con ganas. ÉL.-Dame media hora. ELLA.-Me voy a quedar dormida. ÉL.-Sonríe y no dice nada. Alos cincuenta años. ELLA.-¡Esto no hay quién lo levante! ÉL.-Ya te dije que no ibas a poder. Pesa mucho. ELLA.-¿Cachondeo, Manuel? ÉL.-¿A qué soy gracioso? José Enrique Oti García.

Una vez me dijo un amigo

Una vez me dijo un amigo: "¡Hoy es viernes, viernes, dársena de la esperanza que cargan el barco de mi imaginación de ilusiones!" El lunes dormía la mona en un de los callejones. MORALEJA: No importa que día de la semana sea, importa lo que  hagas en él. José Enrique Oti García.

La auténtica libertad

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José Enrique Oti García.

Para quien la quiera abrir

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José Enrique Oti García.

Amor inmortal - Relato corto

   En España, en el año 1936. vivía Tomás,  un conquistador, jugando con  María,  que quería tanto a Tomás, que por el se moría,  pero no se lo daba a demostrar, o él, se podía aprovechar.    La fatalidad quiso que estallara la guerra, la más perra de las perras, la de hermanos contra hermanos, la guerra civil, perra y vil.    Tomás, que estaba haciendo el servicio militar, de ir a la guerra no se podía escapar.  María, apenada, lloraba desconsolada  pues sabía que Tomas, muy conquistador, muy burlador, pero era incapaz de matar para sobrevivir, y en la guerra el que no vale para matar vale para morir.    Dos meses más tarde, la noticia le iba a llegar,  a Tomás, lo acababan de matar.  María se quería morir, sin Tomás no quería vivir.    Su padre a la cama la tuvo que atar porque se quería suicidar.    Llegó la noche y la cosa se iba a complicar, pues el piano, solo, comenzó a tocar. Y a Tomás se oía cantar, caminito, Tomás, parecía confesar que con María no hiciera más

Suspiros (poesía)

Suspiros.  Suspiras en la madrugada. te quieres volver canción te tienden una emboscada, su boca, su risa, la desazón. Suspiros. Suspiras. piensas, suspiras, con la fuerza de su pasión, te está devorando, la miras y te da un vuelco el corazón. Suspiros. Suspiras, dejas de suspirar, has llegado al cielo del amor, te besa, a besos la haces volar, y la matas, cómo se debe matar. José Enrique Oti García.

El amor a primera vista

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El amor a primera vista, existe, pero no confíes en quien te diga que que se enamoró de ti, sólo con verte, ni en quien te diga que está enamorado. El que de ti a  primera vista queda prendado,  sonríe, baja la cabeza y está callado. José Enrique Oti García.

Rosa (poesía)

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Rosa que doblega la tristeza, rosa que a la soledad grita, rosa que el viento ya no agita. rosa que ya no cree, pero reza. Rosa que conoció la grandeza de una relación, dulce, bendita, que la vida volvió, ruin, maldita, habiendo nacido en la pureza ¿Que te impide volver a ser diva siendo atardecer de  atardeceres, atardecer que dulcemente cautiva? ¿Qué te impide coger esa  criba que tan bien aparta busca placeres y te hará sentir siempreviva? José Enrique Oti García.

Hacer leña del árbol caído

Hacer leña  del árbol caído, es de gente que de la vida no sabe nada,  pues con el fuego que esa gente quema,  puede ser  algún  día quemada. José Enrique Oti García.