Reflexión


Sé que lo que voy a escribir
va a poner en pie de guerra a
a muchas personas, pero los 
amigos, están para intentar ayudar 
a los amigos, a reflexionar, aunque 
piensen que los estás atacando.
Envidio a todas esas personas
que tienen tanta fe que ponen
a Dios sobre todas las cosas.
Desprecio a los que se ríen de 
ellos y les llaman ignorantes. 
Pero más desprecio a los que 
aprovechándose de la buena fe 
de las personas, les quitan lo poco 
que tienen y, a veces, hasta la vida.
Por eso mi fe no es fuerte, por 
envidiar y despreciar. Despreciar y
envidiar no es de buena persona, 
pero no puedo dejar de hacerlo, viendo 
como el hombre, cuanto más puede influir 
en las personas, más las van manipulando.
¿A que viene esto a estas horas?
A un vecino, que, por que la religión de su
esposa se lo prohibía, no permitió que le
hicieran una transfusión de sangre, y se murió.
Y cuando su hijo la necesitó, le
hicieron la transfusión de sangre sin 
perdida de tiempo.  ¿En qué parte de la 
Biblia dice que al padre, no y al hijo, sí? 
Es más ¿En que parte de la Biblia dice que 
no se pueden hacer transfusiones de sangre?
Lo dicho, envidio y desprecio. ¡Dios mío, 
cómo desprecio a los manipuladores!

José Enrique Oti García.







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