Amores (poesía)
Con un amalgama de contradicciones. Con dardos de miel envenenados. Con mil razones y mil sinrazones contestó a sus cartas de enamorado. Y soñó que besaba a su gran amor Y vagó con sus sueños en la mochila. Y se creyó el gorrión bello ruiseñor sin saber que era el último de la fila. Y un día aterrizó en la cruda realidad. Su palomita era viajera golondrina. Y se quiso morir en su terrible soledad que cada mañana lo sumía en la rutina. Mas el tiempo es fiera que muere matando. Y el tiempo mató aquel amor de fantasía. Y otro amor a su puerta cerrada fue llegando para abrazarlo cómo una preciosa poesía. José Enrique Oti García.