Feliz noche de brujas
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Micro relato de miedo
Bernarda y Josefa Bernarda y Josefa, Cuarentonas, morenas, juegan a la escoba en casa de la primera. -Me llegó una carta del juzgado, Josefa. Tenemos que ir a declarar sobre la pelea de los gitanos, -¡Que raro! A mi no me llegó nada. -Es mañana, a las doce. Te espero en la pulpería del centro. Josefa, llegó a la pulpería del centro a las 11,30. No había un alma. Sintió como si le golperan la cabeza. Miró hacía la mesa donde habían comido un mes atrás, Antonio, esposo de Bernarda, Bernarda y ella. Se estremeció al ver cabeza de Antonio sobre una de las sillas. Temblando, se iba a marchar para el juzgado, cuando vio como dos manos blancas, que surgían de la nada, depositaban otra cabeza al lado de la de Antonio. ¡¡Era la suya!! Josefa, sabiéndose muerta, musitó: -Nunca me debí acostar con Antonio. José Enrique Oti García.
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Flor de la canela (poesía)
Flor de la canela. B risa marina, rosa rosada es su sonrisa divina. Agua bendita, bendita ilusión, es la grandeza de su corazón. Senda de sueños, senda plateada, es la dulzura de su mirada. Agua de la peña. Delicia soñada, son sus besos en la madrugada. Frutos de la pasión. Frutos granados, son sus abrazos acaramelados Regalo divino, mañana, hoy y ayer, es el amor de una mujer. José Enrique Oti García.
El color del amor (poesía)
¿Has visto las lágrimas de un ángel volando hacia el Edén? ¿Has visto las alas de una paloma cubriendo a su bien? ¿Has visto la espuma que hace una ola llegando a la orilla? ¿Has visto rayos de luna en sus ojos, en el momento de la trilla? ¿Has visto a una diosa salir del Olimpo para volverse luz del albor? Si has visto todas estas grandes maravillas, has visto el color del amor. José Enrique Oti García.
Consejo
Que lo que haga una de tus manos no lo ignore la otra cuando te quedes a solas, estés donde se blindan los derechos humanos o en el país de las gominolas. José Enrique Oti García.
La veo y me veo (poesía)
La veo encendiendo una hoguera de contento. Me veo como volcán que va entrar en erupción. La veo doblándose como un junco ante el viento. Yo soy paja, usted, es encendido tizón. La veo sintiéndose la mujer más deseada. Me veo besando cada poro de su anatomía. La veo cabalgando como una jaca desbocada. Yo soy su poeta, usted, es mi poesía La veo haciendo que mi noche se vuelva día. Me veo comiendo de su boca edulcorada. La veo muriendo en sensual y lenta agonía. Yo soy su rey, usted, es mi reina de Saba. José Enrique Oti García.
Soy una persona confiada
Soy una perso na confiada, pero me fío de Dios y no corro, ya que más de una vez me han pintado el morro. Sí, soy una persona confiada, au nque a veces miro de reojo por si de las sombras sale algún pato cojo. José Enrique Oti García.
Sándalo (poesía)
Sándalo. No quiero ser más que sándalo, en la hoguera de tu pasión. Sándalo que avive tus llamas y perfume tu ardiente corazón. Sándalo. No quiero se más que sándalo en tu boca, en tu sensual obligo. Sándalo entre tus celestiales caderas, y dulcemente fundirme contigo. Sándalo. No quiero ser más que sándalo, en lo más profundo de tus ser. Sándalo que te produce arrebatos, dulces arrebatos de placer. Sándalo, No quiero ser más que sándalo en un bosque de besos sembrado. Sándalo que te haga sentir mujer. Sándalo. Tu sándalo de pecado. José Enrique Oti García.
Las borracheras de felicidad
Las borracheras de felicidad tienen resacones hermosos, están hechas de recuerdos y todos maravillosos. Emborráchate esta tarde, morena, y que mañana, que mañana la resaca sea buena. José Enrique Oti García.
Te imagino (poesía)
Te imagino con tus labios entreabiertos, sensuales, ávidos de miel. Te imagino con tus deseos carnales asomando a flor de piel. Te imagino haciendo de la madrugada un maravilloso vergel. Te imagino navegando hacia el Edén en tu encantado bajel. Te imagino como guerrera amazona cabalgando tu corcel. Te imagino entrando en el paraíso y devorando a tu doncel. Te imagino, mujer, siendo de la dicha su esclava más fiel. Te imagino quemando a un hombre como si fuera de papel. José Enrique Oti Gaercía.
Adivinanza
Adivina adivinanza. Cuesta más subir de ella una bajada que bajar de ella una subida? Si te cuesta adivinar que es, atseuc, te lo dije dos veces del derecho y una del revés. José Enrique Oti García.
Mujer, tú, tú si que sabes amar
¿Has sido motivo de su sonrisa cuando quiso ser parte de tu piel? ¿Has abrazado sus ilusiones cuando tus labios le sabían a miel? ¿Has sido su princesa y su reina, su señora, su dama, su ama y su dueña? ¿Has sido peregrina de tu peregrino? ¿Has sido su agua fresca de la peña? ¿Has sido el más bello sueño de sueños cuando en tus brazos quiso soñar? Si has sido su sueño dulce, crepuscular, tú, mujer, tú, tú si que sabes amar. José Enrique Oti García.
Si un día te vas (poesía)
Si un día te vas Dios se apiade de mi, pues todo soy contigo y nada soy sin ti. Eres un bello lucero en mis noches oscuras. Eres la miel de mi colmena. Eres cordura en mis locuras. Eres mi ángel de la guarda. Eres mi fresco manantial. Eres la sal de mis comidas. Eres mi preciado aire vital. Si un día te vas Dios se apiade de mí, pues todo soy contigo y nada soy sin ti. José Enrique Oti García.
