Son nubes, nubes, nubes en basto mar donde muere un río de miradas. guardianas de fantasías soñadas que de aflicciones están preñadas. Compañeras que se hartan de llorar. Son nubes, nubes, nubes del añorar cuando en el albor vienen cargadas con locas tormentas encaminadas a dejar alegrías enterradas, a ayudar al barco a naufragar. Son nubes, nubes, nubes que van guardar con los silencios de las madrugadas todas las miserias atesoradas en secretos que ni se pueden contar. Son nubes, nubes, nubes de malestar en tétricas soledades odiadas. Anidan cómo cobras ultrajadas en el vil laberinto de mi pesar. Son nubes, nubes, nubes que van regar viejas praderas que fuero n quemadas por las llamaradas de un desdeñar. Son nubes, nubes, nubes de mi palmar. Son nubes con tronadas despiadadas, mas si son nubes, se tendrán que disipar. José Enrique Oti García.