Su rayo de luna (poesía)
Seguía en su bosque encantado el más embrujador rayo de luna y acabó más solo que la una con el pobre corazón destrozado. El cielo que vio el enamorado era tan solo una negra laguna. Era una fúnebre canción de cuna. Era un vil y destructor tornado. Quisiera olvidar a esa mujer, mas querer olvidar es solo recordar las delicias que ha deseado ver. Quizás un buen día deje de llover en tu viejo y destejado palomar. Quizás un día la dejes de querer José Enrique Oti García.