Mojé las sábanas por ti, alhelí. sólo, entre brumas, desolado, desolado como viejo colibrí al que siempre habías regresado y hoy, hoy, sé que te perdí. Mojé las sábanas por ti, cielo, con lagrimas, amargas, saladas, recordando tu piel de terciopelo, tus caricias, dulces, apasionadas, recordando tu vuelo y mi vuelo. Mojé mis sábanas por tí, nena, mientras nubes cargadas de morriña, de silencios, de tristeza, de pena, me recordaban a aquella dulce niña que no volverá a ser mi morena. José Enrique. Oti García