Su sonrisa, lenguaje universal, es arco iris que nace en la mar, hecho con las olas de su caminar, y hasta los mismos ángeles al soñar la ven dulce, hermosa y sensual. Sus ojos tienen brillo celestial, y si la nieve llega a su palomar, su mirada, como mágica luz estelar, la derrite con su sutil pestañear hasta que la pones en un pedestal. Es pureza en medio del carnaval. Es colorida ave que nos hace volar. Es música del más lindo cantar. Es rosa que que viene de bello rosal. Tiene aroma de mimosa estival. Tiene la belleza de lo crepuscular. Tiene la grandeza de la inmensa mar. Tiene eterna gracia primaveral. En su niñez tiene aire virginal. En su juventud nos hace suspirar. En su madurez es miel, es especial. Así es la mujer, un ser angelical, un ser nacido para ser amado y amar, y como ella, no hay nada igual. José Enrique Oti García.
