Recuerdos de mi niñez (soneto, poesía)

 Jugando al escondite la miraba

como me miraba con dulce mirar,

ninguno de los dos podía escapar

de aquella atracción que nos ataba.


Contaba porque ya la adoraba,

o porque estaba loco de atar,

mas era la última en encontrar

por si alguna vez la besaba.


¿Cuándo llegaría dulce momento

que mirando sus negros luceros

pudiese entrar en su firmamento?


Quizás un día en mágicos senderos

llegásemos a juntar los alientos

y al fin florecerían los eneros.



José Enrique Oti García.

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