El soñador (soneto, poesía)
El soñador lejos de su atardecer
es como un perro lleno de tiña,
como la cizaña en una viña,
como un fantasma al anochecer.
Barro era y barro vuelve a ser,
piñón en el suelo que busca su piña,
cardo en medio de una campiña
hongo que tiende a desaparecer.
El atardecer fue luz de la naturaleza
que ilumino el lúgubre callejón
donde caminaba su tristeza.
Brasero que calentó su corazón,
manantial de cristalina pureza,
paloma que domaba a un halcón.
José Enrique Oti García.
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