Miscelánea de autodidacta

Eres río de agua cristalina. pura cómo el amanecer, el aroma a  azahar, divina, perfuma  todo tu dulce ser. Eres ardiente como hoguera, hecha de besos apasionados, eres brisa de  primavera, eres, miel de  enamorados. Eres, tigresa, dulce, mimosa, y leona, fiera, en el querer, eres, amapola, azucena, rosa,   y eres, ante todo, mujer. José Enrique Oti García.

Vestida de blanco, inmaculada, sonriente, radiante, enamorada iba la novia al altar. Una marcha nupcial, sonaba, La dulce madre,  lloraba, al padre le dijo un chaval: -¿Está usted llorando, señor José? el pobre hombre, de pie, respondió, balbuceando: -El incienso se me metió en los ojos y al frotarlo, chavalote,  se ponen rojos, son cosas que suelen pasar. Vestida de blanco, inmaculada, sonriente, radiante, enamorada, iba la novia al altar. José Enrique Oti García.

¡Ay, primer amor! Pájaro de juventud. ¡Quién pudiera volver a tu dulce inquietud! Buscaba como ruiseñor cómo ruiseñor poseso, descubrir el sabor que encerraba un beso , y se juntaron los alientos, y cuando al fin la besé, fuimos dos varas verdes azotadas por el viento. Puede quedar muy lejano tu delicioso aroma pero está  muy cercano  tu  angelical recuerdo. ¡Ay, primer amor! Pájaro de juventud ¡Quien pudiera volver a tu dulce inquietud! José Enrique Oti García.

Entre el amor y el respeto un matrimonio llega a viejo y, al llegar, hay que comprender, que si comiste la carne toca roer los huesos, pero, inalterables, permanecen los  besos, de hecho, son el  principal motivo, de que el fuego siga encendido. José Enrique Oti García .

                Pijama de piel,               sonrisa angelical,             labios sabor a miel,           talle bello,  escultural.          Cómo a  un árbol frutal,         de dulce  fruta prohibida,        así la ve el pequeño pardal     cuando sus besos la tienen herida.     Y de repente la noche se hace día,    sus mejores galas viste la madrugada ,   y se escucha una  encantadora melodía, que habla de preciada hierbabuena mojada. José Enrique Oti García.

Dulces besos, el deseo es gacela la pasión, canela. Dulces besos. el pirómano, espera que arda la hoguera. Dulces besos, el bombero, ciego,  apaga el fuego. Dulces besos, caricias de terciopelo la llevaron al cielo. José Enrique Oti García.

El amor es  un velero navegando en alta mar, su viento es un te quiero y su sino naufragar. Naufragar entre caricias que nacen en su mirar, mirar que trae delicias envueltas en azahar. El amor es un velero navegando en alta mar. José Enrique Oti García.

A veces la miro cuando no me está mirando. ¡Dios mío, cómo la admiro!  ¡Y como la estoy amando! A veces la miro cuando no me está mirando. Un enternecedor suspiro cuan ave se va volando. A veces la miro cuando no me está mirando. Con la mirada, te quiero le digo, y después me voy silvando, A veces la miro  cuando no me está mirando, y cuando, de espaldas no la miro, juraría que me está mirando. José Enrique Oti García.

Si la distancia es el olvido... ¿Porque recuerdas en la distancia todo lo vivido? Si la distancia es el olvido... ¿Por que recuerdas que su amor tuyo ha sido? No, la distancia no es el olvido no se puede olvidar lo que se ha querido. pero se puede empezar a construir otro nido. José Enrique Oti García.

Aroma a rosas y fresas se esparce en la estancia cuando tu me besas, y con esa grata fragancia, visito tus valles y dehesas.   Pecador empedernido, recorro tu talle encendido buscando el dulce gemido, que hace perder el sentido, y bebo, bebo de cada latido. Que en la intimidad, preciosa, todo lo que llaman,  prohibido, a una relación hace hermosa y mientras sea tu consentido, tú, serás mi reina, y mi diosa. José Enrique Oti García.

Hoy voy a decir la verdad, mi  verdad,  la que no queréis oír,  la verdad de la libertad,  esa que trae enemigos. E sa verdad dice que ignoráis la prepotencia y la chulería  de los que os ven como mercancía. Hoy voy a decir la  verdad, mi verdad,   verdad que sube por los cerros  donde mendigáis caridad. Voy a d ecir la verdad que hasta ahora callé.  La verdad que vosotros nunca diréis, y no la diréis por que las ovejas son cobardes, sí, sois como ovejas, y si la cosa sigue así, acabaréis siendo ovejas por lobos gobernados, y lo peor de todo es que ya os habréis acostumbrado a obedecer sin toser. José Enrique Oti García.

El amor es como un naranjo cubierto de azahar. En su primavera, bajo el sol, ves su beldad, en su invierno, en medio de la nieve, su soledad. José Enrique Oti García.

No era viento. su sonrisa no era viento, sonrió y me enamoró. No era viento, su boca no era viento, me besó y me encantó. No era viento, sus brazos me abrazaron y el tiempo se paró. No era viento, su juventud no era viento, me la dio y en mi vida se quedó. José Enrique Oti García.

No es fácil volver a empezar  cuando se lleva clavada una espina, pero tampoco es fácil a habituarse a la rutina llevando dentro una mina que necesita emanar,  porque odiando o añorando,  necesitamos amar tanto cómo respirar.  Por eso te digo vuela, vuela, flor divina,  vuela como golondrina, hasta que las mariposas,  en tu interior te hablen de amor. José Enrique Oti García.

 

José Enrique Oti García.

Hay un paraíso terrenal, hecho de miel y ambrosía, paraíso dónde nace la poesía. un paraíso bello, sin igual. Es un paraíso de perfumada  mies. hecho con trozos de amanecer, comienza en la frente de una mujer, y termina, en los dedos de sus pies. José Enrique Oti García.

Esta noche, os deseo, que sea especial, y que lleguéis al éxtasis celestial.  El éxtasis celestial, ese éxtasis que llega puntual, ese éxtasis que hace de dos mundos un solo mundo, ese éxtasis. tan profundo, que os llevará, juntas, a esos cielos dónde duerme los anhelos. José Enrique Oti García

Soñé que la palabra "libertad" la llevaba bajo el brazo un peregrino, venía escrita  con claridad en un viejo pergamino. Cruzó un río turbulento, el viejo pergamino se mojó y cómo por arte de magia, la palabra, "libertad" desapareció. Desperté de aquella pesadilla, abrí los ojos, respiré profundamente, había sido un sueño perturbador mas había sido un sueño solamente. Encendí la caja tonta y vi el abuso. Un puñado de jóvenes de universidad  levaban porrazos por un tubo, mientras gritaban: ¡¡Libertad, libertad, libertad!! José Enrique Oti García.

He sido más odiado por mis pocas virtudes que por  mis muchos defectos, y he sido más amado por mis muchos defectos que por mis pocas  virtudes, pero en ambos casos no me sentí ofendido, porqué siempre creí que para el ser humano lo importante en esta vida es no pasar desapercibido. José  Enrique Oti García.

José Enrique Oti García

Cerrar los ojos, recostarse en el sofá y recordar la cara de familiares y amigos, ídolos, enemigos, o compañeros, que ahora son en el tiempo viajeros, es tenerlos con nosotros un instante, breve, pero emocionante. Podemos ver sus sonrisas, escuchar sus palabras , con o sin sentido, es cómo si no hubiesen partido.  Rezar luego, por si  alma es penitente, si se es creyente... A mi, me re conforta  pensar que, mañana, seré seré yo el viajero en el tiempo, y alguien, por un mome nto,  me mantendrá vivo en su pensamiento. José Enrique Oti García.

Ella es mi divinidad. es mi sueño, es mi beldad, es mi fantasía, es mi  claridad,  es mi alegría es mi pasión, es mi pecado, mi devoción, es mi agrado, es mi goce, y es mi ilusión. José Enrique Oti García.

En toda relación amorosa  siempre aparece la intrusa  y el intruso, una no duda en quitarse la blusa,  otro es el cobarde al uso,  el que  se hace el encontradizo,  y busca cualquier recóndito pasadizo  para llegar. como serpiente a la que es tu fresca fuente.  A nadie llevan a engaño,  son víboras que quieren hacer daño,  llevan la envidia de bandera,  mas en esta vida puñetera,  la sinrazón, a veces, gana a la razón,  y su veneno, seduce de tal manera,  que convivencias de una vida entera con olas de seducción se fueron por la ribera.   Mas el verdadero amor, prevalece  y con el tiempo crece,  crece cómo un retoño,  que no  para ni el verano, ni el otoño,  ni el invierno, ni la primavera, porque es un amor de primera. José Enrique Oti García.

Le dijo el afortunado a su esposa: -No ha nacido la mañana con el arco iris en el horizonte, es viernes, otro viernes más, va a ser un aburrimiento, lo siento y lo presiento.  Su esposa, callada, necesitada,  se abrazó a la almohada."  Le dijo el desafortunado a su soledad: -¡Llueve¡ Las gotas están besando mi ventana. ¡Qué gran viernes, qué gran mañana. Hoy encuentro  la luz de mi vida, lo siento y lo presiento -y su mirada se posó en la almohada. MORALEJA: Hay quién teniéndolo todo, no disfruta de nada, y quien no teniendo nada disfruta con todo. José Enrique Oti García.