La muñeca se hizo astillas
Fue como tener una visión irreal,
como ver un arco iris de ilusiones,
como ver un mundo de tentaciones,
como descubrir algo magistral.
Tanta beldad no podía ser real.
Mas estaba viendo sus insinuaciones,
su hermoso juego de seducciones,
y su bella desnudez era total.
Luego la muñeca se hizo astillas.
Podría confirmar, y doy fe,
que era la octava de las maravillas.
Aquel día me temblaron las rodillas.
A duras penas me mantuve en pie,
cuando me llegaron las cosquillas.
José Enrique Oti García.
La beldad desnuda se escurriáa
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