A todo cerdo le llega su san Martín.

Cuando un presidente del gobierno pierde la honestidad y sus mentiras, para los suyos, valen más que cualquier certeza, echamos las manos a la cabeza y se nos queda cara de capullos. De momento no podemos hacer nada porque tiene a su tropa comprada o subvencionada, aunque a mí me queda el consuelo de lo que me decía mi abuelo: A todo porquiño lle chega o seu san Martiño.

José Enrique Oti García.

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