Reírse de uno mismo es sano
Decía mi abuela, cuando yo era un niño, "Ahora, le llamas al pirulí "din don", cuando seas un muchacho le llamarás "don din don", después de los sesenta años, le llamarás "don de estás. " Hace unos meses fui a orinar, no lo encontré y exclamé: ¡Qué razón tenía mi abuela!
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