Miscelánea de autodidacta

A los once años supe lo que era un bizcochito. A los dieciocho iba de bizcocho en bizcocho. A los veinte era cundo más le hincaba el diente. A los cuarenta había comido tantos que perdí la cuenta. De los sesenta en adelante me han racionado tanto el bizcochito que cuando me dan a comer uno me derrito. José Enrique Oti García

  A veces está mojada. Tiene dos cosas debajo. Algunos la tienen grande, otros la tienen mediana y otros la tienen pequeña. La mía es de primera, con ella puedo oler la próxima primavera. José Enrique Oti García.

Por mucho que la fruta sea de tu agrado, si no haces nada al ver en el cesto las manzanas podridas, con el tiempo acabarás lamiendo tus propias heridas. José Enrique Oti García.

Las personas que tenemos cierta edad cargamos con una mochila de recuerdos, entre los que están los recuerdos que amamos y los recuerdos que detestamos, los que amamos son de los momentos en que triunfamos, y los que detestamos son aquellos en que fuimos por lana y cardados regresamos. José Enrique Oti García.

Está demostrado científicamente que meditar hace al tonto más tonto y al inteligente más inteligente. José Enrique Oti García

  Dinamita bajo manto de carmín iba a explotar en besos ardientes. Los deseos tanto tiempo latentes le auguraba una pasión sin fin. La noche fue suspiro en el jardín donde se refugiaban los penitentes, eran flores preciosas, relucientes, que exploraban un rocío sin fin. Llegaron transvases de alegría y estremecimientos en la beldad de  rendirle al amor pleitesía. Luego lo abrumó la realidad de quien sueña con la algarabía y se encuentra con su soledad. José Enrique Oti García.

Conocemos la libertad a ratos, pero nunca conoceremos la libertad en su totalidad, porque de niños nos marcan el camino nuestros padres, de mayores nos marca el camino la ley y de viejos nos lo marca la edad. José Enrique Oti García.

Debemos procurar nuestra mano izquierda siempre sepa que hace nuestra mano derecha, porque muy ancha es la vereda de la indecencia y muy estrecha la vereda de la decencia  

Si es triste ver a un pobre vivir en la pobreza, más triste es ver a un pobre con aires de grandeza. José Enrique Oti García.

Es hipócrita, egocéntrico y mitómano. Miente como un cabrón y luego dice que no mintió, que cambió de opinión. Promete darte lo que tiene y  lo que no tiene y luego les da solo a los que a él le conviene. Asalta las instituciones y pone al frente de ellas a otros cabrones y vende a pedazos nuestra nación por seguir en su sillón. Estas son solo cuatro de sus cientos de tropelías y fechorías. Probablemente acabe esposado, juzgado y encarcelado, pero mientras tanto, nos lo mete doblado. José Enrique Oti García.

 

En la fiesta popular no basta con tener una  buena gaita, por lo menos hay que saber tocar tres melodías que a la mujer hagan bailar.  José Enrique Oti García.

En el año 1 324, Clarisa,  una monja del Convento de Espíritu Santo de Jerez de la Frontera, que muy amiga de los animales era, se le ocurrió contar un cuento muy salado que ella misma se había inventado. -------------------------------------------------------------- -------------------------------------------------------------- Y así lo contó: En tiempos ancestrales cuando aún hablaban los animales, a un cerdito llamado Jorgito, que vivía en una casita pequeñita, su mamá se le había ido al cielo, o eso pensaba él, ya que una abeja llamada Colleja, le dijo mientras hacía miel:  -Los  animales no vamos al cielo, lelo.  -------------------------------------------------------------- -------------------------------------------------------------- -Mi mamá en el cielo está. La abeja, que era algo rara, se rio en su cara. -Sí, y yo soy la reina Mariví.  Al cerdito Jorgito la abeja Colleja no lo iba a convencer de lo contrario qu él quería creer -Me voy a echar a dormir...

Los pensadores son personas que piensa las cosas con profundidad. Los pensantes, los que piensan de cualquier manera, somos casi toda la humanidad. José Enrique Oti García.

Un sueño jamás se debe convertir en una obsesión, pues si lo hace lo mismo destruye a una paloma que destruye a un halcón. José Enrique Oti García.

Para saber como es un ser humano escucha lo que dice y mira sus acciones y sus reacciones. José Enrique Oti García.

Si esta noche dejases entrar mi diablo en tu cielo descubrirás un nuevo caramelo, pero como eso no va  a pasar, mi flauta volveré a tocar. José Enrique Oti García.

 

Sentirse solo nunca será un buen bocado, pero es mejor sentirse solo estando solo que sentirse solo estando acompañado. José Enrique Oti García.

¿Qué sería de ella?  Tan delicada, tan inteligente.  Tan escandalosamente ardiente. Tan exageradamente bella. ¿Qué sería de la sensual morena? De su espíritu libre y salvaje. De su mirada limpia, sin equipaje. De su frescura de hierba buena. ¿Qué sería de  aquel torbellino?  Oscuros eran sus bellos cabellos. Intermitentes los místicos destellos de sus luceros al final del camino. ¿Qué sería de la doncella? ¿Seguirá siendo el fuego que abrasa al amor por su talle escultural pasa? ¿Qué sería de ella? José Enrique Oti García.

En la mirada de una mujer enamorada se puede ver reflejado el amor y en su cuerpo desnudo la mano del Creador.  

Creo que estaréis conmigo de acuerdo si digo que algún día todos seremos un recuerdo. Pues bien, en nuestras manos está que sea un recuerdo agradable, o un recuerdo desagradable. José Enrique  Oti García