¡Quién pudiera peinar su negro cabello con el peine de cinco púas de mi mano! ¡Quién pudiera ser un travieso destello que ilumine su sabroso cuerpo serrano. ¡Quién pudiera besar ese cuello que venero! ¡Quién pudiera besar sus labios sensuales! ! ¡Quién pudiera ser un vidente marrullero para conocer a fondo sus deseos carnales. ¡Quién pudiera por su cuerpo navegar! ¡Quién pudiera ser barquito de papel! ¡Quién pudiera en sus puertos atracar! ¡Quién pudiera libar la miel de su piel! ¡Quién pudiera recibir sus dulces abrazos cuando muere de amor en la madrugada! ¡Quién pudiera morir entre sus brazos! ¡Quién pudiera ver su carita enamorada! José Enrique Oti García
Adivina, adivinanza. ¿Quién es esa maravilla de la naturaleza que rebosa belleza, que no ha nacido el hombre que la entienda, que veces está caliente y otras veces está fría y sin ella la humanidad no existiría? rejumaL José Enrique Oti García.